viernes, 26 de marzo de 2010

Cosas infames


Cosas infames es un libro del arequipeño Oswaldo Chanove (1953) publicada por la respetable y pujante editorial Estruendo Mudo el 2009. Compuesto de pequeños capítulos aparentemente inconexos; sin embargo, tienen como vínculo común que muestra a diversos e insólitos personajes de la urbe arequipeña. El libro de Chanove está bien escrito, tiene, además, capítulos interesantes como “El pájaro Jiménez”, “(Fotos de mis ex desnudas”), “¿Qué es lo que yo sé y los demás no saben?”, “En cierta época de mi vida”. A pesar de esto, Cosas infames es solo un texto regular, pues nunca llegan a engarzar sus escenas. Claro, puede ser que esa no haya sido la intención del autor, sino mostrar una suerte de mosaico de personajes singulares, pero aún así no lo siento cuajado del todo. Incluso, al final del libro se quiere redondear o cerrar el círculo con el personaje de Margarita Cervantes (que es el más recurrente o frecuente a lo largo del libro), pero no me llega a convencer. Incluso, diría que Margarita Cervantes es un personaje que no está bien plasmado ni desarrollado.

Eso sí, me gustó mucho ese pequeño capítulo llamado “En cierta época de mi vida” y me parecieron divertidas todas las escenas que hacen alusión a La casa del Rolo.

p.d: Debo destacar la edición del libro a cargo de la editorial Estruendo mudo. El uso de los colores, de la diagramación, de la fotografía, del diseño, ha dado como resultado un libro hermoso.

lunes, 22 de marzo de 2010

Bob Dylan


He escuchado el primer disco que hizo Bob Dylan a la corta edad de 20 años (1962) y aunque este está compuesto, en su mayoría, de canciones de otros autores, ya se ve o se palpa el talento del músico. Dylan tiene una voz que sin ser buena es peculiar y muy expresiva (una voz que raspa como una lija) y le basta, además, de su guitarrita y su armónica para transmitir como pocos lo hacen. El músico norteamericano, en los años siguientes, grabaría discos con sus propias composiciones y letras de gran contenido poético y alcanzaría la fama y el parnaso del mundo del rock. Por supuesto, todo esto cimentado por el apoyo de los medios de comunicación, que son los que fabrican artistas y leyendas. Finalmente, lo que me queda claro luego de escuchar a Dylan es que uno de los componentes básicos del artista es su originalidad o estilo único y esto se cumple a cabalidad con este músico estadounidense.

jueves, 11 de marzo de 2010

Ficciones


El libro Ficciones de Jorge Luis Borges está compuesto de dos partes: "El jardin de senderos que se bifurcan" (1941) -compuesto de 7 relatos- y "Artificios" (1944) -9 relatos-. Luego de 10 años, estoy releyendo dicho libro y tengo impresiones encontradas: creo que la primera vez que leí a Borge me gustó más; ahora, en esta nueva relectura, a pesar de que sí me ha gustado, lo he disfrutado menos debido a que lo he sentido como literatura muy cerebral, racional, erudita para mi gusto. La literatura de Borges es, pues, de tipo metafísica, filosófica, culta y donde priman más las ideas y los juegos de argumento, que las emociones.

Mientras leía a Borges, al menos los relatos de "El jardín de senderos que se bifurcan", pensaba que de repente el argentino era un escritor sobredimensionado, elevado a culto debido a una refinada élite cultural que le había dado su visto bueno (y entendía también porqué no le habían otorgado el Nóbel); sin embargo, hubieron dos cuentos que si me gustaron bastante: "Las ruinas circulares" y "El jardín de senderos que se bifurcan" (los demás relatos me parecieron interesantes, ingeniosos, muy filosóficos, pero no me emocionaron ni me impactaron). Sin embargo, la segunda parte, "Artificios", sí me gustó bastante y mi anterior idea de Borges fue cambiando. Por ejemplo, "Funes el memorioso", "La muerte y la brújula", "El milagro secreto", "Tres versiones de Judas" me parecieron muy buenos cuentos; y gracias a estos, poco a poco, me fui reconciliando con el argentino, aunque sigo pensando, que para mi gusto, resulta literatura muy cerebral y erudita.

domingo, 7 de marzo de 2010

El western


He visto, en los últimos meses, algunas de las películas más representativas del género western y vaya que es un género muy interesante y rico. Clásicos de John Ford, donde actúa John Wayne, como “La diligencia”, “Los buscadores” (“The searchers”); de Sergio Leone, “Por un puñado de dólares” –donde actúa Clint Eastwood-; de Sam Peckinpah, “La pandilla salvaje”; de Clint Eastwood, “Los imperdonables”, son retratos ficcionales basados en torno a ese sangriento periodo de colonización de los inmigrantes ingleses sobre el territorio norteamericano. Aquí, como se sabe, abundan los pistoleros, los indios, los soldados americanos, los mejicanos, y los conflictos se originan en torno a estos personajes. Aquí, en este mundo donde sobrevive el más fuerte, existen también códigos de honor que incluso el más malo y despiadado debe respetar. En estas películas, además, se aprecia las virtudes y los vicios de los seres humanos, y de ahí que como espectadores nos reconozcamos en estas historias.

John Wayne, básicamente, representa en sus papeles la figura del antihéroe: un hombre que a pesar de haber tenido varias muertes en su haber y de ser perseguido por la justicia, es un tipo caballero y justo. A eso hay que sumarle el arte fílmico del director John Ford que logra dotar a sus películas, además del humor y personajes entrañables y bien delineados, de un buen argumento y una estética visual que las hace inolvidables.