martes, 31 de agosto de 2010

La sociedad de los poetas muertos


Película de 1989 del director Peter Weir, “La sociedad de los poetas muertos” es una muy interesante película que muestra lo positivo y lo negativo de llegar a ser una persona libre de pensamiento. Todo se inicia cuando llega a la Academia Welton (una de las más prestigiosas de Estados Unidos), el profesor de Literatura John Keating (Robin Williams), quien induce a sus alumnos a pensar por sí mismos y a aprovechar al máximo cada uno de los días de los que se compone sus vidas. Así, logrará en sus alumnos adolescentes un cambio, una transformación que los hará más libres y más auténticos. Sin embargo, esto, les traerá problemas, pues, sin querer, estarán iendo en contra del sistema de la sociedad: representado por el colegio y los padres. Y esto desencadenará la muerte de uno de ellos (Neil, un brillante alumno, se suicida al ser incomprendido, por su padre, en su vocación de actor), además de la expulsión de algunos de los miembros de La sociedad de los poetas muertos, y del profesor Keating (quien es sindicado como responsable indirecto del suicido de Neil). A pesar de esto, al final de la película, los alumnos le rinden un homenaje al profesor despedido, pues saben que gracias a él son personas libres y no sojuzgadas. En suma, esta buena película del director australiano Peter Weir, y que ganó el Óscar a mejor guión original, muestra los pros y los contras de “pensar por uno mismo”.

Finalmente, hay que mencionar el buen trabajo de dirección y el buen trabajo actoral, pues los jóvenes que interpretan a esta Sociedad de los poetas muertos, amantes de la literatura y la diversión, hacen un excelente trabajo que da vida y verosimilitud a la película. Ah, también se aprecia en la cinta a un jovencísimo Ethan Hawke.

martes, 3 de agosto de 2010

Cuentos peruanos (Ediciones Quipu)


Recuerdo haber leído de adolescente la muy buena selección de “Cuentos peruanos” del profesor Hernán Alvarado (Ediciones Quipu) y este fue, precisamente, uno de los “culpables” de que me haya enamorado de la literatura peruana. Esta antología está compuesta de 14 relatos de diversos autores y variadas temáticas, y, después de muchos años, los he releído y me han seguido cautivando. Sigo siendo un fan de cuentos tan hermosos como “Los ojos de Lina” (Clemente Palma), “Jempue, el picaflor, y el origen del fuego” (del olvidado José Luis Jordana), “Mi corbata” (de Manuel Beingolea), “Calixto Garmendia” (Ciro Alegría), “El bagrecico” (Francisco Izquierdo Ríos”), “El banquete” (Julio Ramón Ribeyro), “El niño de junto al cielo” (Enrique Congrains) y “Una mano en las cuerdas” (de Alfredo Bryce). Además, debo destacar el cuento folklóriko “El torito de la piel brillante”. Por último, debo señalar que solo me parecieron regulares relatos como “Un viaje” (Felipe Pardo y Aliaga) –a mi gusto el más aburrido de todos, pues es un artículo de costumbres- , “El alacrán de Fray Gómez” (de Ricardo Palma), “Sangama” (Arturo Hernández) –que es el primer capítulo de una novela del mismo título-, “Una madre” (Fernando Romero) y “Esa vez del huaico” de Eleodoro Vargas Vicuña. A pesar de todo esto, es una antología hermosa e imperdible.

P.d:La ilustración de "El bagrecico" -gran cuento- ha sido extraída de diarioinca.com