lunes, 16 de febrero de 2015

Diario de un profesor (12)

Exámenes finales en el instituto. Antes del examen, en un aula, entrego tareas calificadas a los alumnos. Tengo una prueba sin nombre y ubico a un alumno que tiene un cuaderno con el mismo tipo de hoja. Infiero que es él y le digo si es su tarea. Y  él la recibe diciendo que "sí es su hoja". Dos más tarde, en otro salón, una alumna, luego de entregar sus tareas, me pide la suya y le digo que no me la ha entregado, que no está. Ella me insiste y luego de ver su cuaderno y percatarme que es el mismo que el del alumno del salón anterior, entiendo todo. A continuación, le pido que me acompañe y me dirijo al salón de aquel alumno. Le pido que salga junto con la tarea que le entregué y los confronto. La alumna le dice que ése es su tarea, pues es su letra. El alumno  se defiende, frente a mí, diciéndome que me había dicho que me había enviado su tarea al Campus Virtual e incluso me muestra una hoja con su borrador. Me amargo y le digo por qué recibió la tarea como suya, sabiendo que no era de él. Pero él se sigue excusando, diciendo que incluso no me dijo que era su tarea, sino "su hoja". En un momento, incluso me increpa que no le suba la voz. Tomo aire, para no perder los papeles,  y finalizo diciéndole, que me deja mucho que desear su comportamiento. El alumno se marcha molesto.

Reflexiono: ¿No hubiera sido mejor para el alumno aceptar su error? ¿No es más digno señalar "me equivoqué"? ¿Vale la pena, para el profesor, en un caso así, llamarle la atención y hacerlo quedar en falta? ¿No estaré, al sancionarlo, incentivándolo a excusarse y mentir sin rubor? ¿Cómo actuar en una circunstancia así? Numerosas preguntas y ni una sola respuesta.   

martes, 3 de febrero de 2015

The Walking Dead (2da y 3ra. temporada)


Las temporadas 2 y 3 de The Walking Dead me llegaron a atrapar, sobre todo la 2da., cuya parte final, es cautivante, con un ritmo trepidante, donde todos casi los personajes tienen un conflicto que deben resolver y la expectitativa por saber qué va a pasar te deja con ansias. El conflicto principal es el del protagonista Rick Grimes (interpretado por Andrew Lincoln) con su "mejor amigo" Shane Walsh (Jon Benthal). Shane ha perdido la cordura, en medio de este mundo de zombies y sobrevivencia, y su objeto de deseo es Lori, la mujer de Rick. Al perder la razón, Shane decide acabar con Rick, pero éste logra acabar con aquel. Al final de esta temporada también se percibe que el personaje de Carl (el hijo de Rick y Lori) va a cobrar protagonismo.

En la 3ra. temporada, el grupo humano liderado por Rick se instala en una prisión liberada de zombies. Pero Lori (su esposa) muere al dar a luz al hijo de Rick. Ahí mismo se entabla una disputa o guerra entre el gobernador de un  pueblo llamado Woodbury y el grupo de Rick. Lo que atrae, a pesar que esta temporada no es tan buena como la anterior, es ver cómo los personajes van cambiando, cómo van perdiendo sus escrúpulos y cómo la sobrevivencia los va deshumanizando. Vemos, por ejemplo, a Rick y al mismo gobernador Philip Blake (David Morrisey) que van perdiendo la cordura (tal como el personaje de Shane) y hacen lo que sea para sobrevivir: incluso, matar otros humanos sin causa alguna. Es ahí, cuando Rick, con la ayuda de sus amigos y el ángel de Lori, recupera algo de lucidez para no caer en la locura y logra que su grupo sobreviva al delirio del Gobernador.

Finalmente, y además de la pericia técnica y los efectos visuales y las actuaciones que brillan en esta serie, el éxito de The Walking Dead  radica en ponernos a los televidentes  en el dilema de qué haríamos en una situación similar, en hacernos entender que en situaciones extremas el ser humano termina deshumanizándose y cometiendo estropicios (aunque implícitamente, a através de los protagonistas, nos alienta a no perder nuestra humanidad, nuestros valores) y que, en este mundo de zombies, el principal enemigo del grupo de Rick no son los zombies sino los mismos humanos. 

domingo, 1 de febrero de 2015

Amantes y enemigos




Amantes y enemigos (1998) es un libro de cuentos de la escritora española Rosa Montero. Diez años atrás había leído su novela La loca de la casa, que me gustó mucho. Ahora, leo aquel libro de relatos que tiene como eje el amor y que como dice la contratapa está conformado por "diecinueve relatos tristes, irónicos, crueles o tiernos centrados en ... las difíciles relaciones de pareja y esa delgada línea que separa la pasión del odio, a los amantes de los enemigos ...". Cabe resaltar que, como en todo libro, este tiene picos más altos que otros; es decir, cuentos que están mas logrados que otros. Por ejemplo, me quedo con "Alma canibal", "Noche de reyes", los cuentos cortos "La otra", los deliciosos "La gloria de los feos", "Mi hombre", además "Tarde en la noche", "Un viaje a Vetusta" y "Amor ciego".

En conjunto, el libro es divertido, ingenioso, está bien escrito, el humor destila incluso en la escena más dramática. Rosa Montero, como todo escritor, nos hace participe de su particular sensibilidad con respecto a ese tema universal y complejo como es el amor. ¡Y vaya que lo logra! En muchos de sus cuentos, y como ella mismo señala en el prólogo, se desliza esta premisa: "El amor es una mentira, pero funciona". Y es que sus personajes, sus protagonistas, ya sean hombres o mujeres, jóvenes o maduros, buscan en el amor, consciente o inconscientemente, y aunque sepan que es "una mentira", una razón o una ilusión para seguir viviendo. ¡Muy  recomendable!