jueves, 28 de diciembre de 2017

La joven Dolores

La joven Dolores es el sexto albúm de la cantautora española Christina Rosenvinge (sí, la de Christina y Los Subterráneos). Verdaderamente es una joyita, es hermosísimo. Christina sonó mucho en Lima en 1994 con sus discos Que me parta un rayo (1992) y Mi pequeño animal (94). En esos discos habían hits como "Mil pedazos", "Pulgas en el corazón" "Tú por mí", "Voy en coche", "Pálido", etc. A partir de ahí, Christina empieza a hacer música más personal y se aleja de los circuitos comerciales (y por ende, de las radios). Tal es así que luego de su disco Cerrado (1997), y tras no renovar con la discográfica Warner, viaja a Nueva York y radica ahí de 1999 al 2003. En los siguientes años, graba tres discos en inglés: Frozen pool (2001), Foreign Land (2002), Continental 62 (2006). En el 2008, vuelve a grabar en español y publica su bonito disco Tu labio superior, en el cual destacan canciones como "La distancia adecuada", "Tu boca", "Eclipse". Pero es sobre todo su siguiente disco el que me parece realmente una obra de arte: La joven Dolores. Todas las canciones me parecen hermosas. La primera, "Canción de Eco" es un homenaje al mito de Narciso y Eco. "Eva enamorada" y "Mi vida  bajo el agua" no desentonan y destacan por sus bellas melodías. "Weekend" y "La idiota en mi (mayor)" son el punto más alto del disco aunque sin opacar al resto. Cada canción tiene no solo buenas melodías, sino también excelentes letras de aliento poético a pesar de su aparente sencillez. "Jorge y yo", "Tu sombra", "Nuestra casa", "La noche del incendio", "Desierto", "Debut" y Un hombre muy formal" son claro ejemplo de aquello. No es casualidad que la revista Rolling Stone -según Wikipedia- califique al disco como una "obra maestra".

En una entrevista que dio Christina, hace un tiempo, señaló que en su época de éxito comercial,  algunos productores quisieron convertirla en una especia de Shakira. Ella se rehusó a eso y por eso salió de Warner y empezó a hacer música más personal, más íntima, aquella que le nacía del corazón. Su disco La joven Dolores muestra que su apuesta realmente valió la pena. ¡Es purito arte!

Aquí el enlace para escuchar el disco:
https://www.youtube.com/watch?v=AJ2iP_0ECac 

La soledad de los aviones

 
La soledad de los aviones es un libro de cuentos del escritor peruano Sergio Galarza. Apareció publicado en la editorial independiente Estruendo Mudo en el 2005.  He releído este libro luego de doce años y mi impresión es que es mejor de lo que pensé. Los cuentos que más recordaba, cosa curiosa, no son, sin embargo, los mejores. "Donde anidan las arañas" (una historia sobre la experiencia futbolística de un adolescente) y "La soledad de los aviones" (sobre un periodista que viaja a Nueva York para entrevistar a su ídolo Lou Reed) -que son el primero y el último cuento respectivamente- son historias recordables y bien contadas, pero quizás son muy sencillas en su estructura. Por el contrario, en los otros relatos, se ve un autor más dispuesto a arriesgar y algunas veces consigue el objetivo de conmover al lector y en otras no. Por ejemplo, me gustaron el segundo y el tercer relato: "Emergencia" y, sobre todo, "Lo mejor de la vida" que tratan sobre mujeres ancianas que terminan siendo una carga para su familia o para la gente que los rodea. Francamente, me hicieron reflexionar y me conmovieron. Por otro lado, los cuentos "Concierto para corazones idiotas" y "Abel" tienen en común que trazan la historia de personajes rebeldes e incomprendidos cercanos al narrador y que tuvieron un desenlace poco feliz. Por ejemplo, en el primero, se cuenta la historia del músico subterráneo Chalo Matute  y, en la segunda, la de Abel, un compañero de colegio del narrador, que se convierte en senderista y termina siendo asesinado.  Ambas cuentos están muy bien narrados y hay saltos en el tiempo que agilizan el relato. Finalmente, "Velas" (sobre la época de Sendero y los apagones y las bombas) y "El destino de los patanes" son los cuentos más arriesgados en cuanto a la técnica y de final más abierto (sobre todo el primero), pero no llegan a cuajar del todo, desde mi punto de vista.

En conclusión, haciendo las sumas y las restas, en La soledad de los aviones, Galarza -que entonces contaba con 28 o 29 años- se muestra como un autor con talento, pero todavía en proceso de madurez, de ahí que algunos de sus cuentos sean de interés y otros no tanto. Me quedo con "Lo mejor de la vida" y "Concierto para corazones idiotas".



domingo, 17 de diciembre de 2017

Matilda


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Matilda es una de las novelas más famosas y reconocidas del galés Roald Dahl (1916-1990). Antes había leído una colección de cuentos de este autor que me parecieron divertidísimos y muy bien escritos (aunque tal vez algo superficiales). Sin embargo, me pareció literatura de entretenimiento de excelente factura y de nivel artístico (¿por qué toda la literatura tiene que tratar de temas trascendentales para aspirar a ser considerada literatura de primer nivel).

Pues bien, leyendo Matilda (1988) confirmo mis apreciaciones anteriores. La novela que gira sobre una niña genio de 5 años -que no es apreciada y valorada por sus padres, y que luego descubre que tiene poderes mágicos- es una obra divertidísima y muy bien narrada. Es altamente recomendable para niños a partir de 9 años, pero también podría leerla y disfrutarla un joven o un adulto como yo. Dahl practica una literatura lúdica, ingeniosa, que constantemente te sorprende, y te hace disfrutar como si fueses un niño. Su prosa es simple pero gráfica y hermosa. Sus personajes (el principal y los secundarios) están perfectamente delineados y uno se siente partícipe de lo que le va ocurriendo a la pequeña Matilda. A su vez, los personajes secundarios (los padres de Matilda, la directora Trunchbull, la profesora Honey, la bibliotecaria, etc.) son una delicia.

Aunque el desenlace no es tan redondo como esperaba (quizá es el punto más bajo de la historia), la novela es literatura de entretenimiento de primer nivel. Más aún, detrás de esa aparente "superficialidad", Dahl, en ciertos momentos, se ingenia para plantear temas más "profundos". Por ejemplo, la importancia de la lectura, ya que la precocidad y el talento de la pequeña Matilda se debe a su pasión por la lectura; además, su afición a las novelas la lleva a "escapar" o evadirse del mundo mediocre de sus padres. Asimismo, hay una crítica tácita a la educación autoritaria en las escuelas y a los padres que no valoran el talento de sus hijos. También, a través del personaje de la señorita Honey, hay un elogio al valor que tienen ciertos profesores en la vida de un estudiante, y a la sacrificada labor que realizan aquellos pese al escaso apoyo. 

En suma, Matilda, de Roald Dahl, es una hermosa y entretenidísima novela que podría ser un magnífico regalo de Navidad para un niño o un adolescente que empieza a adentrarse en el fascinante mundo de la lectura. O para un adulto que ha perdido la curiosidad, y desea redescubrirla y dejarse fascinar como en su época de infancia. ¡Muy recomendable!