Pero luego de ver el mundial, y ver cómo cayeron selecciones
favoritas como España o Brasil, se entiende que es como la vida. Porque incluso
los grandes caen, tienen días pésimos en que la derrota los envuelve, pero eso
sirve, finalmente, para reflexionar, levantarse y seguir adelante. Brasil,
luego de este par de calamitosas derrotas, sabrá, estoy seguro, recuperar la
humildad y trabajar en silencio para recuperar el sitial que ostentan: ser la
potencia mundial en fútbol.
Alemania, por su parte demostró, regularidad en su fútbol,
en su sistema, en una apuesta por un trabajo a largo plazo que dio frutos en
este mundial. En Sudáfrica 2010, quedaron terceros, con un equipo de
jovencitos, y ya se perfilaba como favorita para este mundial. Argentina, por
su parte, mejoró de manera notable y si no ganó el Mundial fue por suerte o
porque su máxima figura, Lionel Messi, no estuvo en su mejor noche. La vida le
sabrá dar una revancha.
Esto también se traslada a equipos como Costa Rica que dio
la sorpresa quedando primero en su grupo derrotando a grandes selecciones como
Italia y Uruguay. Esto fue un ejemplo de que trabajando serio y con un trabajo
de mentalidad se puede llegar lejos.
Lo mismo ocurre con los jugadores. Hubo grandes jugadores
que tuvieron opacas actuaciones, es el caso de Cristiano Ronaldo. Messi tuvo
una regular participación, aunque fue figura indiscutible en la primera parte
del torneo. El holandés Robben demostró ser un gran jugador y estoy seguro pasó
a la historia del fútbol y quedó en la memoria de muchos niños que vieron por primera vez un mundial.
Con qué gusto jugaba el condenado pelado. Parecía un chiquillo de colegio que
sale al recreo dispuesto a divertirse con la pelota. Parecía como quisiera
pasar a la historia y dejar la última gota.
En suma, muchas postales para el recuerdo nos dejó este
mundial, incluido la mordida que le propinó el uruguayo Luisito Suárez al
defensa italiano, pero sobre todo nos hizo o me hizo entender a cabalidad esa
sentencia del escritor y filósofo francés Albert Camus: “La vida es como el
fútbol”. Sin lugar a dudas.
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