martes, 9 de febrero de 2010

Portishead


Cuando uno escucha el disco Dummy (1994) del grupo británico Portishead entiende recién el porqué es inútil o estéril clasificar la música en géneros o corrientes. A pesar de esto, los medios de comunicación o los “críticos” se dieron la maña para etiquetarlos como una banda de “trip hop” (¿qué carajo significa eso?). Pero bueno, eso ya no importa; lo importante es saber que el disco Dummy (su primer disco de los tres que han editado) es muy bueno, porque en su onda experimental, transmite emociones que llegan a la mente y al espíritu de quien lo escucha. La voz de la cantante Beth Gibons y el trabajo del tecladista Geoff Barrow remecen y no resultan indiferentes, además ese juego con los sonidos “raros” enriquece su música: el sonido de la fricción de un disco de vinilo, la simulación del sonido de metales, de fantasmas, etc.

Portishead, qué duda cabe, muestra una sensibilidad diferente, rica e intensa. Y en el disco Dummy las canciones que más me emocionan son: “Strangers”, “Its a fire”, “Wandering Star”, “Mysterons”, “Roads” y alguna más que no logro recordar.

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