domingo, 15 de enero de 2012

Con ánimo de amar


“Con ánimo de amar” (2000) del director hongkonés Wonk Kar Wai es una película sumamente estilizada, resultando esta característica su principal virtud y, a la vez, su principal defecto. A primera vista llama poderosamente la atención el tratamiento visual del director, su particular sensibilidad, la fotografía, el trabajo con los actores (por cierto, muy buenas las interpretaciones de los actores Maggie Cheung y Tony Leung), el vestuario (los vestidos que emplea la protagonista son hermosos), el juego con la elipsis; sin embargo, la cinta, que es lenta (lo cual no resulta un defecto, pues hay películas lentas que son hermosísimas), llega en un momento a saturar, a cansar, a empalagar, está tan llena de detalles, de sutilezas (lo cual podría resultar una virtud) que llega a hastiar (valga, la contradicción o la paradoja).

“Con ánimo de amar” es, no cabe duda, una buena y sincera película sobre el amor entre un hombre y una mujer que descubren que sus respectivas parejas les son infieles, pero peca de estilizada. No hay que ser mago para adivinar que esta película no es apta para un público masivo sino para críticos o amantes del cine cansados de las fórmulas clásicas. Por supuesto, lo anterior no importa si Wonk Kar Wai lo único que quiso es hacer una cinta sincera y original (cosa que logró). Sin embargo, para ser sincero conmigo mismo, y a diferencia de un buen amigo que lo admira, a mí me resulto una película buena, mas no una obra maestra (aunque claro, todo es subjetivo y más en el caso del arte).

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Leí dos relatos breves, interesantes pero menores, de Robert Louis Stevenson: “La isla de las voces” y “El sótano de la peste”. Y ayer sábado fui al teatro, después de mucho tiempo, a ver “Los Pelópidas” del español Jorge Llopis. Francamente divertida. La magia del teatro, del escenario, de los actores en vivo, resulta única.

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