martes, 18 de diciembre de 2012

Francisco Lombardi


Gracias a la promoción del diario La República, he podido ver en las últimas semanas dos películas del cineasta peruano Francisco Lombardi (1949): “La boca del lobo” (1988) y “Bajo la piel” (1996). Meses antes, y por mi cuenta, había visto “La ciudad y los perros” (1985), “Ojos que no ven” (2003) y “Mariposa negra” (2006), las dos últimas sobre la época del fujimorismo. Y años atrás, había contemplado “Cuentos inmorales” (1978), “Maruja en el infierno” (1983), “Caídos del cielo” (1990), "No se lo digas a nadie" (1998), “Pantaleón y las visitadoras” (1999) y “Tinta roja” (2000). Lombardi, y antes de dar mi opinión, ha filmado 16 películas, siendo la última “Ella” (2009). Además, Lombardi es considerado uno de los directores de cine peruano más importante, por no decir el mayor. Sin embargo, y según los críticos, en los últimos años su carrera estaba en declive, pues desde “Tinta roja” (2000) sus películas habían resultado fallidas o al menos no a la altura de las que hizo en su primera época. Su mejor película, según la crítica, es “Bajo la piel”.

Pues bien, luego de este preámbulo, puedo decir que tal vez sea posible que las últimas películas de Lombardi no estén a la altura de las cintas que hizo hasta el año 2000, sin embargo considero que cintas como “Ojos que no ven” y “Mariposa negra”, ambas críticas a la época del gobierno fujimorista, resultan de interés y son ambiciosas, sobre todo la primera. “Ojos que no ven” narra los últimos días del gobierno fujimorista y es un buen retrato de la podredumbre moral del gobierno de Alberto Fujimori. Asimismo, crea consciencia en el espectador sobre lo que pasó en aquella época.

Sobre su primeras cintas, destaco la buena versión que hace del libro de Mario Vargas Llosa, “La ciudad y los perros”. Sin lugar a dudas, una destacada película. Pero las que se llevan los elogios, al menos por lo que he visto, son, sin lugar a dudas, “La boca del lobo” y “Bajo la piel”. La primera es una magnífica película que retrata lo que ocurrió en la época del terrorismo. Y específicamente muestra los abusos que cometieron tanto los senderistas como el ejército peruano contra la población peruana en el interior del país. Y ojo que esas violaciones de derechos humanos ocurrieron entre 1980-1983, es decir durante el gobierno de Fernando Belaúnde…Creo que esta película debería ser pasada en colegios y universidades para dar idea a los estudiantes de lo que ocurrió en aquella sangrienta época y entender la complejidad del problema. Por cierto, las actuaciones, el guion y la dirección son dignos de elogio.

Por otro lado, “Bajo la piel”, y ahora sí le doy la razón a los críticos, es una muy buena película. Este es un filme ya no social, sino de ficción que muestra un thriller policial con reminiscencias filosóficas o metafísicas. Trata de un policía (José Luis Ruiz) que investiga los asesinatos cometidos en un pueblo del norte del Perú y dichas muertes tiene similitudes con los sacrificios que hacían en la cultura Mochica. Poco a poco, el policía se irá identificando o mimetizando con el asesino que persigue y sentirá las mismas pulsiones destructivas que posee el perseguido. El final es redondo.

En suma, Lombardi, más allá de que tal vez sus últimas cintas no tengan la intensidad de las primeras, tiene una carrera interesante y basta esas dos películas antes mencionadas para decir que tiene un prestigio bien ganado y una obra que merece la pena revisar y disfrutar.   

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