domingo, 21 de abril de 2013

Las mujeres herméticas

Me he topado con unas 3 o 4 a lo largo de mi vida. Las mujeres herméticas son singulares, únicas. Son esas mujeres que tienen una coraza imposible de penetrar. Si quieres conocerlas, estás perdiendo el tiempo. No importa que hagas miles de esfuerzos, que seas el hombre más caballeroso del mundo: es inútil, nunca vas a entrar a su mundo. A lo más, te dejan asomarte por la puerta de su vida, pero una vez que notan que estás cruzando el umbral, cierran la puerta para siempre no importa que te hagan daño.

Las mujeres herméticas son simpáticas, inteligentes, nobles, al menos en apariencia. A primera vista son las mujeres perfectas. Atrapan a los hombres con facilidad. Somos pequeños peces que caemos atrapados ante tan suculenta carnada. Sin embargo, las mujeres herméticas, cuando recién las conoces, son totalmente lo opuesto. Son mujeres que te abren tu mundo, lo dejan asomar, se muestran desenvueltas, espontáneas, sensibles, te cuentan partes de su vida. Pero una vez que el hombre cae encandilado y se atreve a confesar su interés, ya te jodiste. Te jodiste porque nunca más, hagas lo que hagas, se volverán a abrir.  Y a tus inútiles intentos, te dejarán de contestar el teléfono, alegarán las excusas más inverosímiles, o simplemente se borraran del mapa.  

Las mujeres herméticas, difícil saber la causa de su alejamiento, de sus desplantes, de su silencio, sí de su silencio. Tal vez alguna herida, una herida sembrada en la niñez o adolescencia y que aparece al sentirse amenazadas. No lo sabremos, nunca. Las mujeres herméticas son inexpugnables, no importa si seas sincero al confesarle tus sentimientos, no importa si eres el ser más detallista, porque ellas huirán con su enigma y dejándote con el corazón en la mano. Las mujeres herméticas.

Posdata: La semana pasada leí “¿Quién se ha llevado mi queso?, de Spencer Johnson, y me pareció interesante. Es una fábula (como las de Esopo) que trata sobre cómo adaptarnos al cambio. La palabra clave que se repite a lo largo de todo el texto es “miedo”. Y sí pues, el miedo es lo que muchas veces nos impide avanzar y buscar el cambio que es necesario para avanzar en nuestras vidas y adaptarnos al acelerado mundo de hoy.

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