Crónica de San Gabriel (1960) es la primera novela que publicó el escritor peruano Julio Ramón Ribeyro. Según la crítica, este libro es su mejor novela de las tres que escribió. Leí, pues, Crónica de San Gabriel y lo que me gustó fue su prosa: Ribeyro es un magnífico prosista que retrata de manera brillante la historia de un adolescente limeño que viaja a San Gabriel, un pueblo en la sierra del Perú, y la serie de anécdotas que le suceden allí.
La visión de este adolescente limeño sobre la sierra me hizo recordar mi propia experiencia cuando visité esta. La diferencia es que el narrador es un fino y sutil observador que recrea a través de hermosas y líricas descripciones los bellos paisajes: sus ríos, su vegetación, su cielo, sus animales, sus caminos, el horizonte, la luz del sol, la lluvia, los frutos de la tierra, etc.
Asimismo, Ribeyro es un acucioso observador de la psicología de las personas, de ahí la fuerte carga psicológica, a través de descripciones, de personajes como Jacinto, Felipe y, sobre todo, Leticia. Es, precisamente, la relación misteriosa entre el adolescente y su prima lo que sirve de hilo conductor de la historia y la que mantiene la tensión.
Sin embargo, la novela en su tramo final decae. No basta la fina prosa y la agudeza psicológica del narrador para sostener la novela, pues la trama decae y pierde su tensión narrativa. El final resulta carente de sorpresa. A pesar de todo, hay que leer Crónica de San Gabriel. Es un buen libro de un verdadero escritor, excelente prosista y mejor cuentista.
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