Foto: Diario El Comercio
El viernes pasado acudí al bar La Noche a ver a Mar de Copas,
considerado por muchos el mejor grupo de rock peruano. Recuerdo que en la
Universidad decía que no me gustaba, a pesar de que solo había escuchado dos o
tres canciones. Decía, ese joven adolescente que fui, que Mar de Copas hacía
una música para niños. Me sonrojo ahora de solo recordar esta penosa frase.
Hace como seis meses, me compré un disco con los éxitos
de Mar de Copas. Lo coloqué en mi auto y los he estado escuchando una y otra
vez en este tiempo. Y me pasó algo inexplicable: me fue gustando cada una de
sus canciones, luego me fue encantando y pasé casi a estar enamorado. Es cierto,
las canciones de Mar de Copas tienen algo de música tierna como para niños
(como canciones de cuna), pero me di cuenta que dentro había una sensibilidad
especial, un sonido único o particular, letras metafóricas que conformaban un
universo propio del grupo. Sus canciones son parecidas pero diferentes a la
vez. Y sobre todo transmiten, emocionan, cautivan. Y eso me ocurrió a mí. Y
pensaba: este grupo peruano no tiene nada que envidiar al mejor grupo
extranjero. ¿Por qué, entonces, a pesar de que cuenta con un buen y fiel número
de seguidores, no cuenta con el reconocimiento que se merece?
Con esa idea fui al concierto y tras escucharlos creo que
tengo algunas respuestas. Me parece, que no les ha interesado ser mediáticos,
de complacer a los medios y a veces ni a su público. En lo que sí han sido
fieles, y de ahí sus buenas canciones y discos, es que han sido fieles consigo
mismos, parece que no se han traicionado. Y esto lo digo porque en el concierto, que coincidía
con el lanzamiento de su disco Seis, se dieron el lujo (¿o el capricho?) de
tocar canciones que la mayoría de su público no conocía, salvo sus fanáticos
que eran la minoría. Es cierto que debe ser aburrido tocar las mismas canciones
una y otra vez, pero si Paul McCartney o Charly García (monstruos de la música) lo hacen, por qué no ellos también. Creo que está bien que a veces
ignoren lo que pide su público, y toquen lo que les sale de los forros, pero
también deben llegar al balance, al justo medio y saber equilibrar lo que
quieren hacer con lo que el público desea. Y además, ellos no tienen solo 2 o 3
canciones, sino que tienen por los menos unas 15 canciones que ya son clásicos.
Por tanto, podían satisfacer a ellos y su público y todos contentos. Sin
embargo, durante dos horas nos soplamos canciones que desconocíamos (me imagino
que muchas de su nuevo disco), aunque algunas estaban bien, y solo los últimos
15 minutos del concierto, como si nos estuviesen haciendo un favor, tocaron 3
clásicos y eso fue todo. Claro, lo anterior no busca desmerecer la calidad del
grupo (que es excelente), pero caramba hay que también buscar que el público
salga contento.
A pesar de todo eso, Mar de Copas es un grupo que como peruano me enorgullece y que hay que escuchar más.
http://www.youtube.com/watch?v=6MLLxHaBfAw
http://www.youtube.com/watch?v=BBHnYUZsUXU
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