domingo, 17 de noviembre de 2013

Diario de un profesor (8)



20/06
Tengo en mi salón una chica hiperactiva. Se sienta atrás, pero no para de hablar con la chica del costado y de observar su celular. Sin embargo, no tiene malas notas e incluso participa en clase y el otro día hizo una buena exposición en su examen parcial. A pesar de eso, y como es hiperactiva, a veces suelta frases o comentarios inoportunos y  yo tengo que callarla. Justo al final de la clase, una alumna me dice: “Profesor, tenga paciencia con ella”. “Sí, ya sé”, le digo en tono casi resignado. Y pienso: ¿Cómo hacer para usar su energía a mi favor? ¿Cómo poder controlarla sin recurrir al grito o la orden autoritaria? ¿Cómo obtener o sacar de ella su mejor potencial sin reprimirla? Tantas preguntas y ni una sola respuesta clara. Solo guiarme por mi corazón.

22/06
Hay un chico en mi salón que es inteligente, pero flojo. No hace las tareas que dejo y por supuesto no ha salido bien en sus exámenes. Incluso le ofrecí una oportunidad para que vuelva a hacer su trabajo, pero nunca me lo envió. Eso sí, el chico, como ya dije, es hábil y educado. Debe tener 22 o 23 años. La última clase que tuve con él, le entregué su examen parcial en el que está desaprobado, luego le pedí leer un texto e hicimos un ejercicio en clase. Sin embargo, él ni siquiera sacaba su lapicero; le pedí que escribiera su opinión del artículo leído, pero no me hizo caso. Al final de la clase, lo llamé y le dije todo lo referido anteriormente. Es decir, que veía su falta de interés y que si él no cambiaba su actitud, no lo iba a ayudar y no iba a aprobar el curso. Él me dijo que se encargaría de cambiar la situación. Y así nos despedimos.
¿Qué hacer en una situación así? ¿Cómo actuar como profesor? Más sabiendo que yo a esa edad también fui un gran flojo. ¿Será la respuesta la misma que sucedió en mi caso? Es decir, esperar a qué él un día se dé cuenta, como yo, de que solo con esfuerzo alcanzará sus metas. Que solo la madurez, o los años, le haga ver lo que yo vi un día… ¿O tal vez, yo como profesor, puedo incentivar a eso?  

25/06
No estoy a favor de llenar de trabajos a los alumnos, pero tampoco es la solución dejarlos sin trabajos y darles total libertad. Hay que obligarlos un poco. El ser humano tiende la flojera, a la pereza. Eso lo he comprobado este ciclo con un salón en el cual hay muchos alumnos que ya habían estado  conmigo el ciclo anterior. Lejos de comprometerse, los veo relajados, sin ganas de trabajar. ¿Cómo hago para revertir eso? Creo que teniendo las cosas claras. No dejar tareas para que escojan, sino dejar las tareas precisas en el momento adecuado. Y señalarles de manera clara cuál es el sistema de clasificación.

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