jueves, 21 de mayo de 2015

Lucía, de Rafo Ráez y los Paranoias


Lucía (2014) es el último disco de Rafo Ráez y Los Paranoias. Está compuesto solo por 6 temas y tiene una duración de  casi 20 minutos. ¿Por qué un disco tan breve? ¿Por mantener una unidad? ¿Por calidad estética? ¿Por mantener el ritmo de producción? Nos ponemos a escuchar el disco pensando que a veces menos es más. Que de repente son pocas canciones, pero tal vez tan buenas que no se necesita más. Sin embargo, “Lucía” es solo un disco regular que tiene como principal logro el afán experimental de Rafo Ráez por seguir probando, innovando y no repetirse. Y sí, Rafo Ráez y Los Paranoias no se repiten, crean canciones, melodías irrepetibles, disímiles, pero que, en su mayoría, y a diferencia de otros discos, no conmueven o no lleguen a la fibra más íntima del oyente. Eso me ocurre con “Detector de mentiras” y “Pluma de cóndor”. “Ella quería ser astronauta” y “Lucía, en una sequía de amabilidad” son canciones superiores a las anteriores, pero tampoco me llegan a conmover del todo, solo tienen breves chispazos. La mejor canción del disco es “María Ramos”. Aquí sí se percibe al mejor Rafo Ráez, ese que perpetró himnos como “Pelícano”, “El hombre que quería ser árbol”, “Artificial de noche”, “Camisa”, “Tronador”, “Rocinante en el hipódromo”, etc. El disco se cierra con “Tras 1000 horas”, una canción con una buena melodía, pero que tampoco llega a despegar del todo.

Para quienes somos admiradores de Rafo Ráez, nos preguntamos si estará atravesando un momento de sequía creativa. No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que Rafo y su grupo volverá pronto a la carga y estamos seguros que nos seguirá regalando joyitas musicales como las que le conocemos.  Una de ellas, por ejemplo, “Tronador”, de su disco El loco y la sucia, que ayer escuché en una versión de un grupo llamado “Las amigas de nadie”.

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