sábado, 22 de agosto de 2015

Doce cuentos peregrinos

Gabriel García Márquez (1927-2014) publicó en 1992 su libro Doce cuentos peregrinos. Su cuarto y último libro de cuentos, de una trayectoria en la que predomina la novela (10). Como el título insinúa, los cuentos transcurren en diferentes ciudades del mundo, sobre todo en Europa, y los personajes estan ahí por circunstancias de la vida. Como una vez me lo indicó un amigo, este libro contiene cuentos disímiles, muy variados en temática, pero tienen como único eje común, como ya lo señalé, que sus protagonistas están lejos de su lugar de origen.

Lo primero que quisiera decir al respecto, es que no se puede negar la calidad de la prosa de Gabo en cada uno de sus relatos. Segundo, el escritor colombiano sabe contar una historia, sabe llevar el ritmo, la cadencia de las palabras o frases y así llevar con él al lector. Tercero, crea atmósferas que te sumergen en el mundo de los protagonistas. Sin embargo, Gabo, creador de obras maestras como Cien años de soledad y El amor en los tiempos de cólera, no es infalible y de ahí -en mi humilde opinión- que haya relatos más logrados que otros. Es decir, hay cuentos redondos y otros que se quedaron en el intento. Personalmente me quedo con los relatos "Diecisiete ingleses envenenados" (¡qué capacidad para narrar!), "Sólo vine a hablar por teléfono" y "Buen viaje, señor presidente", el último una suerte de drama-satira sobre un dictador de un país latinoamericano, que pasa sus días de austero destierro en Ginebra. Luego, en un segundo peldaño, cuentos buenos pero que no llegan a ser obras maestras, señalo "La santa" y "El verano feliz de la señora Forbes". Y finalmente otros relatos, muy bien escritos, pero cuyos finales no me resultaron verosímiles: "Espantos de agosto", "El rastro de tu sangre en la nieve" (este último, cuenta la historia de una jovencita recién casada que se hinca el dedo anular con la espina de una rosa y luego comienza a desangrarse gradualmente hasta terminar muerta en plena luna de miel).

En conclusión, haciendo sumas y restas, Doce cuentos peregrinos es un libro muy recomendable y disfrutable, que encierra algunas joyitas. Sin embargo, pienso que, al menos en el género cuento, el gran Gabo no llega al nivel de grandes cuentistas sudamericanos como Horacio Quiroga, Julio Cortázar y Julio Ramón Ribeyro.
 


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