Publicada en 1961, El coronel no tiene quien le escriba fue la
segunda novela de Gabriel García Márquez, luego de La hojarasca (1955).
Más tarde, en 1967, saltaría a la fama con la célebre Cien años de soledad. El coronel no tiene quien le escriba
es una de las novelas más conocidas del autor y, según Wikipedia, el
diario El Mundo la consideró entre las cien mejores novelas en español
del siglo XX. Sin embargo, en mi humilde opinión, esta pequeña novela
-que no llega a las cien páginas- es solo regular, pero sí muestra el
talento de un joven escritor en ciernes que está consolidando su estilo
y que en unos años deslumbrará al mundo con su talento. Es decir, en
dicha nouvelle ya se aprecia la calidad literaria del futuro nobel, pero
todavía está lejos de la calidad de obras maestras como Cien años de soledad o El amor en los tiempos del cólera.
El argumento de El coronel no tiene quien le escriba
es sencillo: un viejo coronel colombiano retirado, que vive con su
mujer en la extrema pobreza, espera hace más de 15 años su pensión de
veterano luego de haber participado en la guerra civil. Todos los
viernes acude a la oficina de correos, con el fin de recibir esa carta
que confirme el otorgamiento de su jubilación. Y esa esperanza, a sus 75
años, es lo que lo mantiene a flote, además del apoyo de su mujer y el
gallo que heredó tras la trágica muerte de su único hijo. Lo mejor de la novela
es, sin duda, esa recreación de la pobreza en que viven tanto el Coronel
como su esposa, que muchas veces no tienen ni qué comer y se aferran a
la esperanza de que llegue la dichosa carta. Asimismo, encierran también sus
esperanzas en el gallo, sin embargo están en la disyuntiva de hacerlo
pelear o venderlo. No obstante, tienen que darle de comer pero no
cuentan con los medios suficientes.
Por otro lado, el
personaje del Coronel, junto con el de su esposa, está muy buen
delineado y, como indica alguna reseña, uno llega a sentir compasión por aquel. E incluso a identificarse. También se vislumbra en la novela ese estilo
que el autor llevará a su cumbre más tarde: "la economía expresiva" y un estilo
"más puro y transparente" alejándose del "barroquismo faulkneriano de La hojarasca". Finalmente, hay que indicar que aquí ya se menciona al personaje central de Cien años de soledad: el coronel Aureliano Buendía.
En conclusión, El coronel no tiene quien le escriba es
una interesante novela corta de regular calidad, que muestra a un
escritor en ciernes que todavía está forjándose y encontrando su estilo, ese que en los próximos años cuajará para regalarnos algunas de las mejores
novelas de la lengua española.
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