sábado, 8 de agosto de 2015

El evangelio de la carne



El evangelio de la carne (2013) es una película del director peruano Eduardo Mendoza Echave que, en mi opinión, es una de las mejores cintas peruanas de la los últimos años. La trama gira en torno a 3 historias que se desarrollan en simultáneo y que se entrecruzan al final. La primera historia gira en torno a un policía (interpretado por Giovanni Ciccia) que tiene a su mujer grave (Jimena Lindo)producto de una extraña enfermedad. La segunda, acerca de un hombre sesentón (Ismael Contreras) que, luego de haber estado en la cárcel por haber manejado ebrio y producido la muerte de varias personas, quiere redimirse ingresando a una comunidad de hermanos del Señor de los Milagros y así cargar el anda durante la procesión; sin embargo, a la par, compensando el favor de un amigo que lo ayudó a salir de la cárcel, tiene que trabajar para él falsificando dinero. La tercera historia, finalmente, gira en torno a un veinteañero (Sebastián Monteghirfo) que es líder de la barra de la U, quien ve a su hermano menor ir a la cárcel por un incidente involuntario (pero del que se siente culpable), y busca sacarlo de ahí. Asimismo, dentro de la barra, uno de los miembros cuestionará y retará su liderato.

Una de las cosas que más llama la atención de la película es que se nota el riesgo de su director. Mendoza ha buscado hacer una cinta que cuente una buena historia (historias en este caso) y que el manejo o tratamiento formal (es decir, la parte audiovisual) acompañe o refuerce a la trama. Por ejemplo, los flashbacks que aparecen en varias escenas y que permiten conectar el presente con el pasado. Se me viene a la mente la escena en que el policía regresa a su casa y encuentra a su mujer en babydoll y mientras ella lo encara para que le haga el amor, hay veloces flashbacks que muestran a aquel haciendo el amor con una chiquilla horas antes.

Asimismo, la música crea la atmósfera ideal para esta Lima que se presenta, nuevamente, en estado de descomposición tanto física como moral. Además, las actuaciones de sus protagonistas son convincentes, bien logradas, junto con la de los actores secundarios. Y todo esto permite que Mendoza presente un fresco convincente y algo desperanzador de la Lima del siglo XXI. Esto se vislumbra sobre todo al final, ya que a pesar de que uno de los protagonistas llega a cumplir su sueño de cargar el anda del Señor de los Milagros, el otro (el joven barrista) fallece; mientras que el personaje del policía acude a la procesión del Señor de los Milagros, junto con su esposa moribunda. para que obre un milagro. Siendo el final abierto.

En conclusión, El evangelio de la carne, sin llegar a ser una obra maestra o una película brilllante, es una buena y ambiciosa cinta que muestra a un director arriegado que busca conmovernos, afectarnos con una historia no nos resulte indiferentes. ¡Y vaya que lo logra! 



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