domingo, 16 de octubre de 2016

Diario de un profesor (35)

Fragmento de la novela El profesor, de Frank Mc Court
"También los profesores aprenden. Después de pasar años en el aula, después de encontrarse cara a cara con miles de adolescentes , tienen un sexto sentido respecto a todos los que entran en el aula. Ven las miradas de reojo. Les basta con olisquear el aire de una clase nueva para saber si es un grupo inaguantable o si es un grupo con el que podrán trabajar. Ven a los chicos reservados a los que hay que animar a intervenir y a los bocazas a los que hay que hacer callar. Por la manera de estar sentado un chico, saben si éste va a colaborar o si va a ser inaguantable. Cuando el alumno se sienta erguido, con las manos juntas ante sí sobre el pupitre, mira al profesor y sonríe, es buena señal. Si está repantigado, si saca las piernas al pasillo entre los pupitres, si mira por la ventana, al techo o por encima de la cabeza del profesor, es mala señal. Prepárate para tener problemas con él.
   En todas las clases hay uno que es como una plaga enviada al mundo para ponerte a prueba. Suele sentarse en la última fila, donde puede inclinar la silla contra la pared..."

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