miércoles, 30 de noviembre de 2016

No somos nada

Leo hoy en los periódicos, la tragedia de un equipo brasileño de fútbol (Chapecoense) que perdió la vida -salvo 3 jugadores, un periodista y 2 miembros de personal- al estrellarse el avión en el que viajaban rumbo a Medellín. En total, 71 fallecidos entre jugadores, personal técnico, periodistas y personal del avión. El Chapecoense iba a disputar la final de la Copa Sudamericana. Era un equipo humilde y casi desconocido que en base a esfuerzo había llegado a las instancias finales de aquel campeonato. Leo que uno de los jugadores, Thiaguinho, durante el vuelo, se entera por un regalo de su joven mujer, que va a ser padre.También que un comentarista fallecido, el ex jugador Mario Pontes, había tomado el vuelo en reemplazo del comentarista "oficial". Leo, además, que el hijo del técnico del Chapecoense, Matheus Salori, quien también es futbolista del equipo, no viajó porque olvidó su pasaporte. Otro jugador, Martinucci, tampoco viajó porque estaba lesionado. El nombre del alcalde de Chapecó, Luciano Buligon, estaba también en la lista de pasajeros, pero no llegó a subir al avión. Asimismo, leo que el avión -de la empresa boliviana Lamia- se especializaba en transladar equipos de fútbol y que el capitán  a mando -que falleció- era el mismo que llevó, 18 días antes, a la selección argentina (entre ellos Lionel Messi) de Belo Horizonte a Buenos Aires. Finalmente, a uno de los jugadores sobrevivientes, el arquero suplente Jackson Follman, se le amputó la pierna derecha.

En 1987, aquí en el Perú, también ocurrió una tragedia similar con el joven equipo de Alianza Lima, que entonces lideraba el campeonato nacional de fútbol.

¿Qué decir ante lo anterior?
Solo lamentar la pena de tanta gente inocente que iba en busca de sus sueños, y acompañar en el dolor a esas familias que ahora lloran a sus héroes. Y sobre todo, constatar, una vez más, que la vida del ser humano es tan frágil e impredecible, que uno nunca sabe cuando va a morir. Un instante, estamos vivos gozando o sufriendo, y en otro instante, cuando menos te lo esperas, la muerte te envuelve con su manto negro. Solo queda aprovechar la vida. ¡¡¡Carpe diem!!! ¡Que en paz descansen las víctimas de esta tragedia!

Fuente de la imagen:Goal.com

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