domingo, 3 de febrero de 2019

Verano de 1994

En el verano de 1994, en el Perú, el programa de los hermanos Romero "De dos a cuatro", en canal 9, era el más sintonizado por la juventud limeña. Sus bellas modelos arrancaban suspiros entre la teleaudiencia: Renata "Ojos de gata" Casallino era a mi gusto la más bonita; y la secuencia "Canta y gana" era la más esperada por todos. 

En las radios, sonaba fuerte "Me haces tanto bien", del grupo español Amistades peligrosas; "Deseperada", de la también guapísima española Martha Sánchez; "Otra como tú", del italiano Eros Ramazzoti (mi favorita); "Karol quiere un viaje a Londres", de Río; "Llámame", del español Jesús Vásquez (que el año anterior había sonado fuerte con "Y yo te bese"); "Noches vacías", de Karolina, y otros temas más. Yo, mientras tanto, me recuerdo de 14 añitos, a un mes o dos de cumplir quince, y jugando básquet día y noche, con mi amigo Alex, en la canchita de cemento que queda a la espalda de donde hoy se ubica la municipalidad de Surco. Ese verano de 1994, recuerdo mis paseos en mi bicicleta Monark, de franjas rojas y negras, buscando conocer amigos y sobre todo chicas. No tenía amigas mujeres pues mi barrio era nuevo y no había chicas de mi edad, además estudiaba en un colegio de hombres. Fue en  febrero, en la época de carnavales, que conocí a la morochita más linda que he visto en mi vida. Tenía un año menos que yo, se llamaba Gabriela, y paraba con dos amigas suyas muy bonitas también. Solo nos vimos un par de veces, pero la tercera vez que me vio, me regaló una hermosa sonrisa y un "hola" que me dejaron hechizado los siguientes dos años. ¿Qué será de la vida de Gabrielita? Recuerdo que al año siguiente, fui a su casa y la invité a una fiesta de mi colegio, pero me dijo que estaba castigada por sus notas. De ahí, recién dos años después, la visité, pero su madre me dijo que había viajado a Estados Unidos para residir allá (algo me comentó ella cuando nos topamos en la calle unos meses antes: incluso me dijo que la visitara, pero cuando lo hice ya era muy tarde ¡Qué quedado que era por dios!). Ya en ese entonces, ella acababa de cumplir 18 y yo me iba por los 19... Espero que te vaya muy bien Gaby: fuiste mi primera ilusión adolescente y aún te recuerdo con cariño y nostalgia.

Ese verano de 1994, a fines de enero, viajé a la tierra de mi padre (Caravelí, Arequipa) y estuve en la fiestas de su pueblo. Mi tío, que dirigía un programa en una radio local, me dio un día la conducción, y yo -tal como los programas radiales de Lima que sintonizaba- hice un ranking de las 10 mejores canciones y, de manera arbitraria, hice que "Otra como tú", de Eros Ramazzotti, ganara la competencia. Como les dije, era mi favorita.

Ese verano de 1994, en marzo, con 15 años cumpliditos, recuerdo que llegué al colegio y me di cuenta de que había dado mi estirón, y por fin había dejado de ser el enano de mi salón. Y en ese instante, se me vinieron a la mente -como imágenes de una película- los innumerables partidos de básquet con mi amigo Alex, las veces que me colgaba del caracol de mi casa, las tardes viendo al conductor Raúl Romero y sus bellas modelos, el viaje a Caravelí, mis paseos en bicicleta, los carnavales y los globos, las canciones de la radio, y Gabrielita, la morochita linda. De eso hace ya, exactamente, 25 años. ¡Quién lo diría! ¡Cómo si fuera ayer!

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