jueves, 19 de septiembre de 2019

K.O. P.P.K.

 
K.O. P.P.K. (2019) es un libro del periodista peruano Marco Sifuentes (1979) que narra el ascenso y la caída del ex presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, quien tuvo que renunciar a su cargo en marzo del 2018, luego de 1 año y 8 meses en el poder. 
 
Dividida en 20 capítulos y un epílogo, el libro -tal como señala Santiago Roncagliolo en la contratapa- “desnuda las rencillas, las envidias y las mezquindades que determinan la política en un país sin instituciones fuertes”. Y así se palpa durante la lectura de K.O. P.P.K. Gracias a un amplio trabajo de investigación (con la ayuda del periodista Jonathan Castro), Sifuentes accede al testimonio de numerosas fuentes implicadas en los tejes y manejes del poder, algunas con nombre propio y otras off the record. Así, nos enteramos de lo que ocurrió tras bastidores durante la campaña que llevó al poder a PPK, sus enfrentamientos con la oposición fujimorista, el frustrado primer pedido de vacancia gracias a su vínculo con Kenji Fujimori, el indulto a Alberto Fujimori, los Mamani videos y la posterior renuncia de PPK ante una segunda e inevitable vacancia. Asimismo, se reconstruye el pasado político de PPK y su faceta de exitoso director y asesor de prestigiosas empresas en el mundo.  
 
Como indicó Roncagliolo, resulta desesperanzador el mundo de la política que se muestra en el libro. Casi todos hablan mal del otro. El oponente, el adversario, casi siempre es visto como un “tarado”, como un ser inferior, limitado en sus capacidades, perezoso, “que no la ve”, demasiado débil, falto de carácter, que se viste mal, ingenuo, y otros epítetos despectivos más.  
 
Narrado en estilo ágil y sencillo, Marco Sifuentes logra capturar la atención del lector y nos sumerge en este mundo sórdido de la política lleno de intrigas. También demuestra que PPK era un hombre corrupto, ya que benefició a Odebrecht en la obtención de millonarias licitaciones (por ejemplo, la carretera Interoceánica) a cambio de jugosos contratos de asesoría con sus empresas Westfield y First Capital. Lo curioso es que Sifuentes señala que pareciera que para Kuczynski estos delitos no ocurrieron, es decir, estaba convencido de su inocencia y que su proceder era algo normal. Personalmente, creo que PPK nos agarró de ingenuos a nosotros, quienes votamos por él en el 2011 y el 2016, creyendo crédulamente que era un político diferente al resto y que deseaba servir al Perú. Sí, pecamos de ingenuidad.       

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