martes, 16 de agosto de 2022

Diario de un profesor (77)

Al final del ciclo universitario, salen los resultados de la encuesta referencial docente,  es decir, las opiniones de los estudiantes respecto al profesor a cargo del curso. Pues bien, este ciclo me fue bien, aunque no tanto como el ciclo anterior. Sin embargo, en una de mis tres aulas saqué un promedio no tan bueno como lo esperaba. Es cierto, fue mi aula más complicada, la que más me costó, pero quizá esperaba un resultado un poco mejor. En todo caso, me sirve para mantener la humildad y seguir esforzándome por ser un mejor docente, ya que hay mucho aún por mejorar: en dominio del tema, en manejo de la motivación y disciplina, en planear clases que sean dinámicas e interesantes, etc. Precisamente, revisando algunos de los comentarios anónimos de los estudiantes, me topé con dos que me llamaron la atención. El primero, acerca de que el docente (yo) retroalimenta los ejercicios y trabajos, pero a la hora de calificar -pese a que el alumno realiza las correcciones sugeridas- corrige con mayor severidad. Esto me lleva a pensar que debo ser más claro con mi sistema de evaluación (mi rúbrica), ya que el alumno debe saber por qué se le califica de determinada manera y que su nota es justa. El segundo comentario trataba de que el docente (yo) busca que los alumnos estén atentos en clase, pero debe entender que ellos también "vienen con problemas de casa" y debe ser comprensivo.... Eso es cierto, yo busco que los alumnos no se distraigan, sin embargo, no debo olvidar que yo también era un adolescente que no se podía concentrar y que, a esa edad difícil, los problemas -por más grandes o pequeños que sean- se les hace una bola de nieve difícil de manejar. Por tanto, sin perder mi intención de atrapar el interés, debo ser más empático y cercano con los jóvenes. 

¡Ojalá sea un buen ciclo el próximo!

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