domingo, 11 de marzo de 2012

El exabrupto

El éxito es una patraña

Siempre soñé, al menos desde que tengo uso de razón, con ser exitoso. Para mí el éxito se traducía en escribir una novela o un libro de cuentos y alcanzar ese halo de gloria que rodea a los grandes escritores que uno siempre ha admirado. Quería ser, en buena cuenta, como Mario Vargas Llosa o Julio Ramón Ribeyro, y me había propuesto como plazo para ésto “antes de los treinta años”.

Es cierto que uno a los veinte años se cree inmortal, genio, e incomprendido por el mundo pero a los veinticinco la realidad termina por enrostrarnos aquellas necedades.

Un buen día descubrí que de genial no tenía nada y que a lo más gozaba de un mínimo y casi inexistente talento. Con estupor comprobé que mi prosa era un mamarracho carente de estilo y que mis historias eran intrascendentes. Por si fuera poco mi disciplina y mi capacidad de concentración era una utopía. Inevitablemente la frustración comenzó a apoderarse de mi. Escribir se volvió un sufrimiento en vano.

Hace poco entendí que él éxito es una patraña, un embuste, una mentira de nuestro sistema (o tradición). Nos han inoculado en la sangre desde niños la cultura del éxito. Una cultura del éxito que nos enfrenta a todos contra todos y nos compara constantemente y sin razón. El leit motiv es “ser el mejor”. Ser el mejor escritor, el mejor atleta, el mejor alumno etc para pasar a la posteridad, para que te recuerden.

Lo que el sistema no dice es que esto genera frustración, crea falsas expectativas, sueños que no nos pertenecen del todo. Y por eso ahora tengo claro que debo seguir escribiendo. Pero ya no pensando en el éxito (que por cierto es arbitrario y no coincide muchas veces con la calidad) sino por esa razón primordial que esta detrás del escribir: la necesidad de expresarse. Y también por el deseo de hacer lo que me gusta y, por supuesto, de hacerlo lo mejor posible pero ya no compitiendo con los demás sino conmigo mismo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien dicho Jorge!!!

Suena bien eso de competir con uno mismo... es como hacer el máximo esfuerzo por conseguir algo por mera autosatisfacción? creo que eso no haría mejores personas que el día anterior, corrígeme si me equivoco.

Mucha suerte,
Mary

Jorge Rodríguez Gil dijo...

Así es , estimada Mary, estoy de acuerdo contigo. Tienes toda la razón. Creo que no hay nada màs empobrecedor que compararse con la gente. Un abrazo. Jorge