domingo, 29 de marzo de 2015

Breaking bad

Acabo de terminar de ver la serie "Breaking bad" (2008-2013) y tengo que darle la razón a todos aquellos que señalan que es una de las mejores series de televisión que se han visto. Es cierto que, como en una novela, hay cosas que se pudieron omitir o cabos sueltos que flotan en el aire o ciertos quiebres en la historia o el accionar de un personaje que resultan algo inverosímiles, pero aún así es una excelente serie que retrata muy bien, a través de su personaje principal Walter White (Bryan Cranston), la premisa del título "Breaking bad" que significa "corrompiéndose" o "volviéndose malo".

No voy a indicar de qué trata la serie, pues hay abundante información al respecto, pero resulta sorprendente el cambio que sufre este profesor de Química que, tras ser diagnósticado de cáncer, cambia abruptamente su vida y se vuelve productor de metanfetamina con el fin de asegurar el futuro de su familia. Sin embargo, en el trayecto va gustándole ese tipo de vida y su pérdida de principios y escrúpulos se hace patente hasta terminar afectando a lo que más quiere: su familia.

Dividida en cinco temporadas, pensé en un inicio que la última temporada resultaba forzada pero me equivoqué. Los últimos diez capitulos (de los 16) son excelentes, con un ritmo trepidante y los personajes principales (en especial, Walter White) son puestos en situaciones extremas que tienen a los  televidentes en vilo. A lo largo de la serie, uno no puede dejar de criticar la conducta del protagonista, pero a su vez tampoco puede dejar de sentir cierta empatía y comprender en parte por qué termina tomando el camino "equivocado". Asimismo, las actuaciones del elenco es formidable (Jesse Pinkman, la mujer de Walter White, el oficial de la DEA y cuñado de White, etc.) y la producción y parte técnica es de primera calidad. Todo esto hace que "Breaking bad" se convierta en un magnífico tratado del alma oscura y contradictoria que encierra todo ser humano.

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