Una canción de Bob Dylan en la agenda de mi madre (2016) es una novela del escritor peruano Sergio Galarza en la cual retrata, de manera sincera y desgarradora, la muerte de su madre y su relación con ella.
Dividida en cuatro capítulos, la historia parte cuando el narrador y protagonista -en una suerte de novela autobiográfica o crónica literaria- se entera, en España, que a su madre le queda poco tiempo de vida, producto de un cáncer a las mamas; y finaliza cuando fallece ella un par de años más tarde en Lima. En los dos últimos capítulos hay saltos a la infancia del protagonista (también llamado Sergio) que recrea y reflexiona sobre la relación de amistad y rebeldía que tenía con su abnegada y ordenada madre, que se desvivía por sacar adelante su matrimonio y a sus tres hijos (siendo Sergio el menor). Además, se salpica el relato de escenas familiares que describen las relaciones y conflictos familiares que padeció el protagonista durante su infancia y su rebelde adolescencia. La novela tiene un arranque potente y sus primeras cuatro o cinco páginas están muy bien escritas y presagian una gran obra. Sin embargo, avanzando en el primer y segundo capítulo la tensión narrativa merma, se vuelve monótona, la calidad de la prosa decae y las las reflexiones e imágenes metafóricas que se emplean no son nada originales.
Sin embargo, a partir del tercer capítulo -en el cual se cuenta el viaje de visita a España que hace la madre, ya enferma, para reencontrarse con su hijo- la novela coge un segundo aire y empieza a recobrar el interés y, sobre todo, comienza a conmover al lector. Galarza, o el narrador-protagonista, se vale de una agenda que encontró tras la muerte de su madre (quien apuntó con pormenor su viaje a España) para reconstruir con detalle aquel viaje en el cual madre e hijo vivieron varios momentos inolvidables, cuando ella, pese a su enfermedad, aún se mantenía lúcida y con fuerzas.
El cuarto y último capítulo, titulado "Adiós, mamá", ocurre aproximadamente dos años más tarde. Aquí Sergio llega a Lima de España para ver a su madre, a la cual le quedan pocos días de vida. Observa, con pesar, cómo el tumor en una de las mamas hace metástasis y cómo aquella mujer fuerte y noble fallece. Ese el punto más fuerte y conmovedor de la novela. Es imposible no emocionarse y entristecerse. Galarza consigue esto, sin caer en el melodrama y la cursilería. La novela finaliza con el entierro de su madre, la herencia que les deja a él y a sus hermanos, y unos cuadernos y agendas que les dejó su madre, que también era una escritora en ciernes. Las últimas líneas de reflexión del narrador-protagonista sobre el recuerdo de ella tras su muerte y el por qué de esta novela no te dejan indiferente.
En suma, Una canción de Bob Dylan en la agenda de mi madre (2016), de Sergio Galarza, pese a sus defectos e irregularidades, es una novela que al final termina conmoviéndote y que te hace reflexionar y valorar ese lazo con la mujer más importante de nuestras vidas: nuestra madre. Es también un homenaje a la madre de Galarza.
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