El enano (2001), libro del escritor peruano Fernando Ampuero (1949), relata la relación de odio entre Ampuero y el periodista César Hildebrandt, que en el libro es llamado Hache. A lo largo de poco menos de 200 páginas, el escritor nos relata de manera autobiográfica –aunque con algunos aderezos de ficción- la enemistad que se fue forjando entre ellos a partir de los años 70, cuando se conocieron en la revista Caretas.
Debe ser cierto, como cuenta Ampuero, que Hache (como llama
a Hildebrandt) era un tipo envidioso, envanecido de sí mismo y prepotente; pero
también es cierto, y esto se refleja en la lectura, que Ampuero envidiaba a
Hildebrant, pues no le cabía en la cabeza, inconscientemente, que un enano que
no llegaba al metro 60 tuviera más poder y “carácter” que muchos. En El enano, aunque
Ampuero muestra a Hache como un miserable que envidia a aquel y a cualquiera
que quiera opacarlo, también se palpa la envidia de Ampuero, humana al fin y al
cabo.
Finalmente, este libro, como señala su autor, es “un
divertimento” que se lee de corrido y está escrito de manera correcta, pero no
llega a ser más que eso. Y su mérito
está en mostrar, de manera sincera, una relación de odio a lo largo de los
años. Y ojo, que hablo de Ampuero, que tiene dos cuentos excelentes como “Paren
el mundo que acá me bajo” y “La zurda”. En todo caso, y comparado con estos dos
relatos, El enano es una obra menor, pero, al fin y al cabo, sincera.
1 comentario:
Me mate de la risa leyendo este libro. Pobre Hache.
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