sábado, 3 de diciembre de 2011

El Príncipe


Acabo de terminar de leer El Príncipe (1513), del italiano Nicolás Maquiavelo, y no me cabe duda, es una obra maestra. Maquiavelo le dedica su obra a Lorenzo de Médecis y expone, de manera brillante, la manera de gobernar un Estado y los misteriosos hilos del poder. Sorprende de El Príncipe, la agudeza de Maquiavelo para describir, analizar y desmenuzar, a lo largo de sus breves capítulos,las diversas variables que se manejan en el poder: las cualidades que debe tener un Príncipe, con quiénes debe aliarse,los tipos de consejeros con lo que debe rodearse,sobre si ser odiado o temido o justo, sobre cómo enfrentar los embates del azar o la fortuna,etc.

Maquiavelo, y ahí está su gran mérito, recoge los matices y complejidades del poder, que muchas veces se enfrentan contra la moral tradicional; y el italiano,siguiendo un pensamiento pragmático,propone soluciones prácticas al Príncipe para acallar sublevaciones o rebeliones internas o externas. Cosa curiosa, en ningún momento del texto Maquiavelo señala la famosa frase: "El fin justifica los medios". Por tanto, esta ha sido más una interpretación e inferencia de lectores sobre su obra. Lo que sí dice Mauiavelo es que el príncipe, a veces, debe dejar de lado la moral tradicional, para poder vencer: usar la violencia cuando sea necesario, mentir en ocasiones, etc. Y esto no lo dice porque crea que deba ser así, sino por simple constatación de la realidad. Finalmente, Maquiavelo, en esta obra, plasma un ensayo magnífico, muy buen escrito, que fluye con prosa precisa, y que, aunque polémico, aborda el alma compleja del ser humano.

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