sábado, 22 de octubre de 2011

El profesional


He visto "El profesional" (1994) del director francés Luc Besson unas 7 u 8 veces. Y me encanta. Me encanta desde la primera vez que la vi en Canal 2, Función estelar, el mismo año de su estreño (¡gracias canal 2!). Soy uno de esos fans treintones de Natalie Portman, que al igual que León, se enamoró de ella al ver esta maravillosa película. Soy fan también de Jean Reno, Gary Oldman, Danny Aiello (que hace de Tony). Soy fan de los detalles de esa cinta: el cerdito, las cajas de leche y el vaso de leche, la plantita con su macetero, la escena donde Mathilda hace de Madonna, Marilyn Monroe, Chaplin, Gene Kelly y León hace de John Wayne, las escenas donde Reno se atora con la leche, la cara de loco de Oldman, la escena donde llega el escuadrón dispuesto a matar a León, etc. Toda la película es una maravilla,toda y a pesar de que el argumento pareciera insustancial (un limpiador que mata a sueldo y conoce a una niña quien pierde a su familia), Besson hace de esta hstoria la más cautivante y apasionante creando incluso, de manera sutil, una historia de amor...Por tanto, hay que ver "El profesional" y hay que verla también en su versión original que tiene 20 minutos extras y tiene una escena de antología: Mathilda y León en un restaurante tomando champagne y Mathilda se emborracha y erupta y le viene un ataque de risa...¡Maravilloso!

Así pasa cuando sucede


Whatever Works (2009), estrenada aquí como “Así pasa cuando sucede”, es otra buena y divertida película de Woody Allen. La cinta es entretenida, con diálogos inteligentes y ágiles, con actuaciones solventes y con ese toque original que caracteriza a la obra de Allen. Aquí nuevamente, y como en otras películas del director norteamericano (se me viene a la mente “Manhattan”), un hombre mayor tiene una relación con una jovencita. Y aquel, aunque es un tipo misántropo lleno de manías, que posee un humor negro y muchas veces resulta insoportable, llega a enamorarse de la chica, así como ella de él. Es una pareja dispareja pero que funciona. Y como reza el título, y como señala el protagonista, cualquier cosa que nos da, aunque sea por un momento, la sensación de felicidad, funciona. Y por eso, él (interpretado de manera excelente por Larry David) deja fluir la relación, aun sabiendo que un día todo acabará por la diferencia de caracteres y de edades. Claro, todo esto ocurre en clave de comedia y por eso creemos en ese mundo inverosímil (pero sí verosímil en la ficción) que nos recrea Allen. Y qué decir de la actuación de la joven actriz Evan Rachel Wood que hace el papel de una ingenua muchacha; ella aporta frescura y belleza a la trama. Incluso, los personajes secundarios están bien delineados. Y el final, donde nuevamente Allen juega con el espectador, pues el actor principal se dirige al público, tal como al inicio, y rompe con “la cuarta pared” y nos da la moraleja de la historia, una moraleja que consiste en disfrutar de la vida y que “cualquier cosa funciona” para lograr ese fin…No hay duda, Allen, que desde los años 70, hace, en promedio, una película por año, es uno de los grandes directores de cine de todos los tiempos y a sus casi 76 años se mantiene vigente. ¡Qué viva muchos años más!

domingo, 16 de octubre de 2011

Dioses


“Dioses” (2008), la segunda cinta del director peruano Josué Méndez(1976), es una película buena en la forma, pero regular en el fondo. Visualmente es irreprochable, pues el director maneja una estética visual que hace agradable la película. Las actuaciones de sus protagonistas (Marcielo Effio, Anahí de Cárdenas, Sergio Gjurinovc y Edgar Saba), además, son decentes, cumplidoras, aunque sin lograr grandes estándares. Pero lo que falla, en mi modesta opinión, es que la historia nunca despega del todo. A ratos se hace monótona y los conflictos (primero, el conflicto interior que tiene Diego; segundo, el embarazo indeseado de la hermana de Diego; y tercero, el intento de la esposa del hombre adinerado por insertarse en una clase social a la que no pertenece) no llegan a impactar o conmover. El público ve esos conflictos como alejados de uno mismo, a pesar de que son cosas cercanas a nuestro país y sociedad. Es decir, no se crea el vínculo o la empatía o la antipatía con los protagonistas, solo los vemos como seres alejados, como Dioses intocables y no como esos Dioses que son inalcanzables pero despiertan nuestras pasiones. A pesar de todo esto, “Dioses” es una película digna de verse, que logra una interesante crítica a la sociedad alta limeña, que muestra a un director con talento que apuesta con una nueva propuesta –no hay que olvidar que “Días de Santiago”, su excelente primera película, maneja una temática diferente- y que, en el futuro, nos deparará sorpresas. Estaremos atentos a la siguiente película de Méndez.