martes, 28 de diciembre de 2010

Mark Twain


Mark Twain (1835-1910), el escritor estadounidense, conocido por libros como “Las aventuras de Tom Sawyer”, “Las aventuras de Huckleberry Finn”, “El príncipe y el mendigo” y “Un yanqui en la corte del Rey Arturo” es reconocido mundialmente como uno de los más importantes e influyentes narradores de su tiempo. Justo acabo de leer dos relatos suyos: “El billete de un millón de libras” y “La confesión del moribundo” y me han hecho recordar a esos directores de cine norteamericanos (Frank Capra, Howard Hawks) que con tramas sencillas e ingeniosas encandilaban a la audiencia a mediados del siglo XX. Lo mismo, pues, me pasó leyendo a Twain, que con tramas simples pero imaginativas me atrapó y me llevo a disfrutar de finales inesperados. El primer relato (“El billete de un millón de libras”) es el mejor de los dos relatos y trata sobre dos hermanos ingleses millonarios que hacen una apuesta sobre el destino de un hombre norteamericano totalmente en la ruina y hambriento y al que le dan un billete de 1 millón de libras (más o menos 5 millones de dólares). El conflicto surge cuando este intenta comer o comprar alguna vestimenta en la calle y nota que es imposible que alguien pueda cambiarle dicho billete

jueves, 23 de diciembre de 2010

Escribir

Uno escribe porque algo le jode, porque algo tiene dentro de su mente que quiere expulsar, aunque no sabe realmente qué. Uno escribe para darle sentido a su vida, para ordenar el caos que lleva adentro. Uno escribe para vengarse de la realidad y embellecer su existencia. Uno escribe para no morir, para tener la sensación “ilusoria” que derrota al tiempo y la muerte. Uno escribe porque es una necesidad que nace de la desilusión de la vida. Uno escribe porque admira a un puñado de escritores que escribieron libros que aún te provocan admiración y que quieres imitar (aun cuando suene a una utopía). Uno escribe porque el tiempo pasa raudo y tienes que dejar tu huella, tu marca que indique que pasaste por la vida. Uno escribe a veces sin motivo y solo por una pulsión de la mente y el cuerpo. Uno escribe para vivir aventuras, esas que son tan escasas en la vida diaria. Uno escribe para no enloquecer. Uno escribe por mil razones que nunca llega conocer ni racionalizar. Uno escribe por pasión. Uno escribe por soledad. Uno escribe por soñador. Uno escribe porque te gustaría que cuando mueras, alguien lea algún texto tuyo y lo haga soñar, reír y emocionarse. Uno escribe, finalmente, para darle un sentido a nuestra existencia.

lunes, 13 de diciembre de 2010

El fantasma de Canterville


Antes de leer “El fantasma de Canterville” de Oscar Wilde, era fan de la hermosa canción de Sui Generis que lleva el mismo título. Ahora que acabo de leer el relato del escritor inglés, me declaro fan de ambos: Oscar Wilde también es un maestro, un capo. El relato es sencillo y divertidísimo. La anécdota es la siguiente: una familia norteamericana llega a Inglaterra y compra una mansión llamada “Canterville Chase”, que perteneció a la familia Canterville y donde habita, según los antiguos inquilinos, el fantasma de Canterville (quien mató a su esposa hace más de tres siglos y que desapareció misteriosamente). A pesar de esto, la familia americana decide comprar la mansión, pues no cree en historias de desaparecidos y menos en fantasmas. Lo gracioso de la historia es cuando el patriarca de la familia Otis se topa con el fantasma; y en vez de asustarse, le ofrece al fantasma su aceite lubricante, para que pueda aceitarse las cadenas que lleva en sus pies y manos. Luego, y poco a poco, vamos viendo cómo el desconcertado con esta y otras situaciones, es el mismo fantasma, quien termina siendo objeto de sustos y burlas de la familia Otis. Al final, sin perder su maravilloso humor, la historia da un giro cuando el fantasma, miedoso y triste, entabla amistad con la hija menor de los Otis.

Luego de leer este relato, me doy cuenta que la literatura tiene varios registros y uno de ellos es el fantástico, ese que rompe con la realidad (o lo que entendemos por realidad), y nos hace maravillarnos y divertirnos con lo inverosímil, lo ilógico, pero que dentro del campo de la ficción adquiere coherencia y verdad. Wilde consigue esto con creces.

http://www.youtube.com/watch?v=uIGleQ-MJU8

domingo, 5 de diciembre de 2010

Poeta en Nueva York


Acabo de terminar de leer Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, y no me ha gustado, no me ha conmovido, no ha tocado alguna fibra de mi ser, como sí lo han hecho, por ejemplo, las hermosas obras de teatro del español. Salvo algunos poemas de Poeta en Nueva York (como “Vuelta de paseo”, “Paisaje de la multitud que vomita”, “Paisaje de la multitud que orina”, “La aurora” y “La vaca”), reconozco o compruebo que no tengo sensibilidad para la alta poesía, esa que de ser tan refinada no llego a comprender y menos a sentir. Y esto no me ha pasado solo con Lorca, sino con innumerables poetas reconocidos como Vallejo. ¿Deberé seguir perseverando en la lectura de poesía o debería contentarme leyendo novelas, cuentos, etc.?

domingo, 28 de noviembre de 2010

Días de radio


Todas las mañanas, al despertarme, me dirijo al baño y llevo conmigo una pequeña radio vieja de color negro. La coloco sobre el retrete, la enciendo y sintonizo radio Oxígeno, exactamente en el programa “Levántate y anda” que conduce el periodista y escritor Renato Cisneros. Mientras me baño y me afeito, lo escuchó y me entretengo con el humor de este y la buena música de los 80s que pasa. No puedo evitar recordar, también, a Guillermo Giacosa (pues Renato se inició con este en Radio San Borja), pues la manera como Renato enfoca las noticias es similar a la de Guillermo. No me queda la duda que aquel es talentoso.

Luego, ni bien termino de bañarme, me dirijo a mi cuarto a cambiarme y prendo la radio en radio Planeta, en el programa “Mañana Maldita”. Sus dos conductores, Gonzalo Torres y Daniel Marquina (además de “Papopa”) me hacer reír; los dos tienen personalidades distintas pero se complementan y enriquecen el programa. También, de alguna u otra manera, he llegado a apreciar la música comercial, pues hay canciones que son sencillas y ligeras, pero, a la vez, simpáticas y bien hechas.

Poco después, cuando bajo a desayunar a la cocina, encuentro la radio prendida en Radio programas del Perú, y escuchó a Raúl Vargas, Patricia del Río y Armando Canchaya hacer las entrevistas políticas y de actualidad a los diferentes entrevistados. Finalmente, en la tarde, mientras almuerzo, sintonizo la radio en la misma emisora, y escucho al Chema Salcedo y Milagros Leiva. Los dos también hacen muy buena dupla: ella es más pasional y él es más moderado. Sin embargo, los dos son muy curiosos e inteligentes, y ahí está su éxito como periodistas.

Qué sería pues de mi y de muchos de nosotros sin la radio. La radio es un medio imprescindible que nos acompaña a los largo del día, como si se tratase de un buen amigo, y nos ayuda a entretenernos e informarnos, y por sobre todo a hacernos la vida menos aburrida y más llevadera. Tal como la buena literatura.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Smashing Pumpkins


Hoy vi, en la calle, un panel anunciando el concierto de Smashing Pumpkins en Lima el 25 de noviembre. La publicidad mostraba el rostro de su líder y vocalista, Billy Corgan, y me sorprendió, al menos por la foto, verlo casi igual a pesar de sus ya 43 años. También me transporte al ya lejano 1996 cuando observaba junto con mis amigos, en MTV, el video de “1979” (que me fascinaba por la letra y por el video en sí). Recordé también aquella vez que me compré el casete doble de su disco “Mellon collie and the infinite sadness” y me entró una nostalgia de la puta madre; una nostalgia por la velocidad del tiempo, por cómo los años pasan raudos y nosotros los vemos pasar mientras vamos envejeciendo. Recordé, pues, aquel video de "1979". Aquel de aquellos chiquillos palomillas de 17 años, que se divertían corriendo en su auto, iban a las fiestas y creaban disturbios y jugaban con rollos de papel higiénico, o acudían a una tienda para hacer desastre y medio, mientras ignoraban, como yo en aquella época, que algún día nuestros huesos, hechos polvo, iban a descansar, olvidados, debajo de la tierra.

http://www.youtube.com/watch?v=wrivjzw0RlI

domingo, 7 de noviembre de 2010

Historia de Mayta


Esta novela de Mario Vargas Llosa, publicada en 1984, es una buena novela, que aunque no llega al nivel de sus grandes obras (“Conversación en la Catedral”, “La guerra del fin del mundo”, “La casa verde”) vale la pena leer. “Historia de Mayta” habla también del Perú y específicamente de la Izquierda y del revolucionario trostkista Alejandro Mayta (quien , junto con un alférez del Ejército y unos cuantos hombres más, hicieron una pequeña revolución en Jauja –Junín- en 1958). Dividida en 10 capítulos, la novela muestra a un narrador que es un escritor que, 25 años después de dicho suceso, busca reconstruir la historia del revolucionario Mayta a través de diversos testimonios, con el fin de escribir una novela. Finalmente, en el último capítulo, aquel tiene una conversación personal con Mayta, que le permite cotejar la realidad con la ficción que ha creado en torno al revolucionario.

La maestría de Vargas Llosa está en lograr identificarnos con Mayta y su revolución. Uno como lector se identifica con ese idealismo, ese afán de querer cambiar el mundo, de querer pasar a la acción; pero, a la vez, nos muestra el fanatismo ideológico que existe en dicho proyecto. No es casual que el presente de la obra se centre en la dura época terrorista que se vivió en el Perú en los años 80 y que el narrador pinta de manera apocalíptica. Asimismo, Vargas Llosa, capítulo a capítulo, nos jala hipnotizados por cada paso de esa revolución de Mayta (cómo conoce al Alférez Vallejos, cómo planean la revolución, el viaje a Jauja, la toma de la cárcel, la comisaría y el asalto de bancos jaujinos, la persecución de la policía, la captura y muerte de algunos revolucionarios, el paso de Mayta por la cárcel y su vida después). Como lectores, capítulo a capítulo, queremos saber, intrigados, aunque ya sabemos desde el principio el fracaso de la revolución de Mayta, cómo sucedió este acontecimiento.

Finalmente, hay que indicar que aquí Vargas Llosa explora, nuevamente, como “En la tía Julia y el Escribidor”, el ínfimo límite entre la realidad y la ficción, e indaga, otra vez, sobre el Perú y su realidad. Hay que indicar, como conclusión, que en ojos del premio Nóbel, el Perú, en esta novela –y también en otras- se ve como un país sin esperanza, lleno de miseria y basura. Al menos, el Perú hasta los años 80.

lunes, 11 de octubre de 2010

C. Auguste Dupin y Sherlock Holmes


Acabo de terminar de leer dos relatos de Edgard Allan Poe y Arthur Conan Doyle (“Los Extraños casos de la Calle Morgue (1841)” y “Escándalo en Bohemia (1891)”) y uno encuentra muchas similitudes entre sus personajes C. Auguste Dupin y Sherlock Holmes, respectivamente. Primero, ambos son detectives autodidactas; y segundo, se valen de su aguda capacidad analítica para resolver los más extraños casos. Tras revisar Wikipedia, caigo en la cuenta que fue C. Auguste Dupin uno de los personajes que sentó las bases para el género policial y fue el antecedente para futuros personajes detectivescos como Sherlock Holmes (no hay que olvidar que Poe nació en 1809 en Estados Unidos, mientras que Conan Doyle en 1859 en Escocia). En cuanto al valor literario y a la profundidad de los personajes, ambos están muy bien contruidos. Los dos personajes son entrañables y las tramas están perfectamente constituidas. Los desenlaces también son sorprendentes. Hay que agregar, que a diferencia del personaje de Poe, Sherlock Holmes fue muy popular aún cuando su autor, Conan Doyle, estaba con vida.

viernes, 8 de octubre de 2010

El gran Mario Vargas Llosa


Estoy feliz por la obtención del Premio Nóbel de Mario Vargas Llosa. Él es un excelente escritor y un intelectual comprometido con su tiempo. Él con sus obras ha contribuido a que el Perú sea un mejor país y a que muchas personas enriquezcan su vida con el poder de la literatura. Yo no soy la excepción, para mí leer a Vargas Llosa ha sido una de las experiencias más perdurables de mi vida. Leer “La ciudad y los perros” (1963), “Los cachorros” (1967), “La casa verde” (1966), “Conversación en la catedral” (1969), “La tía Julia y el escribidor”, “La guerra del fin del mundo” (1981), “El pez en el agua” (1993), “El paraíso en la esquina” (2003) y otras más, me han marcado profundamente y me han estimulado a ser mejor. La obra de Vargas Llosa ha estimulado mi capacidad crítica y ha estrechado mi relación con mi país; además, ha dejado conceptos en mi mente que aún me dan vueltas: la libertad, la justicia, el sentido de las dictaduras, el amor, el deseo, el erotismo, etc.

El Perú necesita héroes y Mario es uno de ellos. El reconocimiento de la Academia Sueca me llena de orgullo y ayer, al enterarme de la noticia, me alegre tanto que sentí como si un familiar muy cercano hubiese sido el ganador. Este premio es también para el Perú, para su autoestima, para entender, que con todos sus problemas y carencias, este país tiene o alberga gente tan genial como Mario Vargas Llosa. Este premio, finalmente, es un reconocimiento a la literatura latinoamericana y a la peruana, que goza de muy buena salud…¡Gracias, Mario!

domingo, 3 de octubre de 2010

"Flesh and blood" (Paul Verhoeven)


“Flesh and blood” (1985) es una brillante película del director holandés Paul Verhoeven, quien es conocido por haber dirigido, también, cintas como Robocop (1987), Bajos instintos (1992), Showgirls (1995), El hombre sin sombra (2000), etc. Verhoeven, que se licenció en Matemáticas y Física y perteneció al ejercito holandés, hace de la película “Flesh and Blood” –conocida en español como “Los señores del acero”- una verdadera obra maestra donde se conjugan emoción, aventura y aguda reflexión sobre las relaciones humanas.

La historia se ubica en Europa, en 1501, y trata de una pandilla de sujetos guerreros y salvajes que secuestran a la prometida del hijo de un gobernante de una ciudad, en venganza a la traición de este. La acción se centra en la lucha de la hermosa muchacha por sobrevivir dentro de este grupo de salvajes, mientras espera ser rescatada. Lo interesante de la película será, entonces, ese proceso de adaptación que ella realiza dentro de aquel grupo y cómo establece un vínculo afectivo con su líder. La trama se complica aún más cuando la muchacha, ya encariñada con el líder, tiene que tomar partido entre este y su antiguo pretendiente, que ha llegado a rescatarla.

Por otro lado, hay que destacar las excelentes actuaciones de la actriz que interpreta a la joven (Jennifer Jason Leigh), la del actor que hace de líder (Rutger Hauer), y también de la banda de libertinos y libertinas semisalvajes que lo acompañan. La película, además, es visualmente hermosa y está llena de detalles. Muestra magistralmente y desde un enfoque diferente y explícito temas como el sexo, la violencia, el amor, la ciencia versus lo empírico, etc. Por si fuera poco, las acciones se suceden trepidantes y sin respiro para el espectador. Y ojo que no es una película comercial como otras posteriores del director holandés (Verhoeven aún no se había trasladado a Hollywood), sino una cinta que combina a la perfección el entretenimiento con la honestidad y el pulso de un verdadero director. En resumen, creo que es una obra maestra. Una verdadera joya del arte cinematográfico.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Reflexiones entre molinos de viento


“Reflexiones entre molinos de viento” es un libro del periodista peruano Francisco Igartua (1923-2004), quien fundó y dirigió revistas tan importantes como Caretas y Oiga. En dicho libro de 1997, Igartua pasa revista, a través del ensayo y la crónica, a temas y personajes que abordó durante su larga e intensa carrera periodística. Por ejemplo, encontramos artículos muy interesantes sobre Miguel de Unamuno (uno de sus grandes referentes), el periodista peruano Federico More, José Carlos Mariátegui, Esparza Zañartu, el historiador Raúl Porras Barrenechea, los periodistas Pedro Beltrán y Guillermo Hoyos Osores, entre otros; además, de ensayos sobre temas de coyuntura política en cierto momento de la historia del Perú y que aún tienen vigencia pues los problemas son los mismos y siempre se repiten: la libertad de prensa, la democracia, el respeto a la ley, asimismo el fracaso del gobierno de Juan Velasco Alvarado, la debacle de los partidos políticos y el evidente autoritarismo durante el gobierno de Alberto Fujimori.

Es cierto que Paco Igartua no era infalible y también se equivocó muchas veces (él mismo lo acepta), pero es evidente reconocer y admirar en este periodista la defensa de sus convicciones y principios: defendió hasta el final (cuando en 1995, Oiga quebró debido a la fuerte presión fiscal y tributaria del gobierno de Fujimori) derechos tan fundamentales como la libertad de expresión, la búsqueda de un sistema donde exista igualdad y libertad (y por eso se opuso a los regímenes autoritarios) y a la construcción de una verdadera democracia en el Perú –que se resume en el respeto a la ley- que permita su desarrollo. Finalmente, hay que decir que Paco, como lo llamaban sus amigos, tenía una asombrosa capacidad para los análisis políticos y podía avizorar el futuro de un gobierno solo haciendo un exhaustivo análisis de sus acciones. Por si fuera poco, hay cierta belleza en su empleo del lenguaje, cierto afán de hacer literatura mediante la crónica política (no es casual que admire a Federico More por su prosa e ingenio) y creo que lo logra. Cuando uno lee a Igartua respira sabiduría, entereza moral y también belleza en las palabras.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Araby

"All work and no play makes Jack a dull boy" ("Mucho trabajo y nada de juego vuelven a Jack un chico monse")

*Esta es una frase del cuento "Araby" del escritor James Joyce, que pertenece al libro Dublineses.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Purple violets


Purple violets (estrenada aquí en Lima con el horrible título de “Enamorada de mi ex) es una película del 2007 del director Edward Burns. Es básicamente una historia de amor entre una ex pareja de escritores que se vuelve a encontrar a sus 30. Patti (Selma Blair) está casada y Brian (Patrick Wilson) está con pareja; sin embargo, esto no es impedimento para que el amor resurja y acabe en una apasionante historia de amor. Paralelamente, se cuenta la historia de dos amigos de ellos que también fueron pareja en la Universidad y que acabaron mal. Mas en este caso, también se inicia o aparece una segunda oportunidad (en esta historia actúa el mismo director Burns quien hace el papel de Michael).

Claro que todo lo que cuento arriba es un tópico en muchas películas, sin embargo la pericia del director (quien además escribió el guion) hace de la cinta una obra sincera, original y conmovedora. “Purple violets” no es, pues, una historia de amor más, sino una contada con sinceridad y con sensibilidad estética tanto en lo visual, en lo actoral, en lo argumental, en la fotografía y en la música (la banda sonora, por cierto, es muy buena y está a cargo del grupo The blue jackets). Por todo esto, recomiendo mucho esta película, que no puede pasar desapercibida.

p.d: Por cierto, hay en la película un divertido intercambio de ideas entre la literatura “culta” y la literatura “light”.

martes, 31 de agosto de 2010

La sociedad de los poetas muertos


Película de 1989 del director Peter Weir, “La sociedad de los poetas muertos” es una muy interesante película que muestra lo positivo y lo negativo de llegar a ser una persona libre de pensamiento. Todo se inicia cuando llega a la Academia Welton (una de las más prestigiosas de Estados Unidos), el profesor de Literatura John Keating (Robin Williams), quien induce a sus alumnos a pensar por sí mismos y a aprovechar al máximo cada uno de los días de los que se compone sus vidas. Así, logrará en sus alumnos adolescentes un cambio, una transformación que los hará más libres y más auténticos. Sin embargo, esto, les traerá problemas, pues, sin querer, estarán iendo en contra del sistema de la sociedad: representado por el colegio y los padres. Y esto desencadenará la muerte de uno de ellos (Neil, un brillante alumno, se suicida al ser incomprendido, por su padre, en su vocación de actor), además de la expulsión de algunos de los miembros de La sociedad de los poetas muertos, y del profesor Keating (quien es sindicado como responsable indirecto del suicido de Neil). A pesar de esto, al final de la película, los alumnos le rinden un homenaje al profesor despedido, pues saben que gracias a él son personas libres y no sojuzgadas. En suma, esta buena película del director australiano Peter Weir, y que ganó el Óscar a mejor guión original, muestra los pros y los contras de “pensar por uno mismo”.

Finalmente, hay que mencionar el buen trabajo de dirección y el buen trabajo actoral, pues los jóvenes que interpretan a esta Sociedad de los poetas muertos, amantes de la literatura y la diversión, hacen un excelente trabajo que da vida y verosimilitud a la película. Ah, también se aprecia en la cinta a un jovencísimo Ethan Hawke.

martes, 3 de agosto de 2010

Cuentos peruanos (Ediciones Quipu)


Recuerdo haber leído de adolescente la muy buena selección de “Cuentos peruanos” del profesor Hernán Alvarado (Ediciones Quipu) y este fue, precisamente, uno de los “culpables” de que me haya enamorado de la literatura peruana. Esta antología está compuesta de 14 relatos de diversos autores y variadas temáticas, y, después de muchos años, los he releído y me han seguido cautivando. Sigo siendo un fan de cuentos tan hermosos como “Los ojos de Lina” (Clemente Palma), “Jempue, el picaflor, y el origen del fuego” (del olvidado José Luis Jordana), “Mi corbata” (de Manuel Beingolea), “Calixto Garmendia” (Ciro Alegría), “El bagrecico” (Francisco Izquierdo Ríos”), “El banquete” (Julio Ramón Ribeyro), “El niño de junto al cielo” (Enrique Congrains) y “Una mano en las cuerdas” (de Alfredo Bryce). Además, debo destacar el cuento folklóriko “El torito de la piel brillante”. Por último, debo señalar que solo me parecieron regulares relatos como “Un viaje” (Felipe Pardo y Aliaga) –a mi gusto el más aburrido de todos, pues es un artículo de costumbres- , “El alacrán de Fray Gómez” (de Ricardo Palma), “Sangama” (Arturo Hernández) –que es el primer capítulo de una novela del mismo título-, “Una madre” (Fernando Romero) y “Esa vez del huaico” de Eleodoro Vargas Vicuña. A pesar de todo esto, es una antología hermosa e imperdible.

P.d:La ilustración de "El bagrecico" -gran cuento- ha sido extraída de diarioinca.com

miércoles, 14 de julio de 2010

Tratado de arqueología peruana


Tratado de arqueología peruana (Fondo editorial de la Universidad Católica,2005) es un libro del poeta peruano Roberto Zariquiey que contiene poemas y prosas poéticas en torno al tema del título. Tuve la oportunidad de leer su primer poemario, Lo torpe (2001), y desde la comparación entre ambos doy mi subjetiva opinión: Lo torpe era un libro sencillo y bonito –incluso creo que el autor pensaba algo similar-; sin embargo, y para bien y para mal, Tratado de arqueología peruana ha pretendido ser mucho más ambicioso y original, pero el resultado final no es mejor que el primero. Creo que el joven Zariquiey (en ese entonces de 25 años) se excedió en sus fuerzas –o no midió sus fuerzas- y el libro lo sobrepasó. Por eso, el resultado es un libro irregular y forzosamente articulado. A pesar de esto, Zariquiey es un buen escritor y consigue momentos buenos como “En la arena de Puerto Inca”, “Sobre sus muertos”, “En Chavín de Huántar” y sobre todo la excelente prosa poética “La tradición oral contemporánea entre los shipibos del río Ucayali. La imagen mítica de Shawan Pico (Pedro Canallo)”. Finalmente, debo indicar que el autor utiliza un lenguaje sencillo que permite la fácil comprensión y el goce placentero.

martes, 6 de julio de 2010

17 narradoras latinoamericanas


He leído el libro 17 narradoras latinoamericanas (2002, ediciones Peisa) donde se aprecia el interesante nivel de las escritoras mujeres en esta parte del continente. Leí este libro básicamente porque palpé mi ignorancia en cuanto a escritoras del género femenino y traté de compensar esta falencia de formación (sólo recuerdo en mi mente los muy buenos libros de Emily Bronte, “Cumbres borrascosas”; Simone de Beauvoir, “Una muerte muy dulce”; Rosa Montero, “La loca de la casa”; y algunos cuentos de Agatha Christie, Emilia Pardo Bazán y la misma Montero).

Luego de leer aquel libro, que es una antología de 17 cuentos de narradoras latinoamericanas, compruebo el buen nivel de estas, pero sin llegar a escribir obras maestras. Digamos que son interesantes narradoras, unas más que otras, pero no alcanzan la maestría del género (y que por cierto, es mu y difícil). Los cuentos más interesantes, para mi subjetivo gusto, son “La siesta” de la argentina Cecilia Absatz, “Cartas de amor traicionado” de Isabel Allende, “Una semana de siete días” de la puertorriqueña Magali García, “La fiesta ajena” de la argentina Liliana Heker, “La otra Mariana” de la peruana Viviana Mellet, “En la playa” de la uruguaya Cristina Peri, “Cine Prado” de la mexicana Elena Poniatowska, y “El lenguado” de la peruana Mariella Sala. En todos estos relatos se perciben los más disímiles estilos, pero todos tienen su encanto. Incluso de este pequeño grupo, si tuviera que ser más selectivo y riguroso, me quedaría con “Una semana de siete días”, “La fiesta ajena”, “Cine Prado” y “El lenguado”. Además, el cuento más original, más existencialista, pero no necesariamente el mejor, es “En la playa” (claro, todo desde mi subjetivo gusto y mi sensibilidad).

lunes, 5 de julio de 2010

Rafo Ráez


El viernes pasado, después de buen tiempo, me fui al bar “Acá no más” de Miraflores a ver a Rafo Ráez y los Paranoias. Y la verdad que lo pasé de la puta madre, así textualmente. Rafo es un capo y tiene ya un amplio repertorio con muy buenas y brillantes canciones. Además, cada vez que está en el escenario hace una original performance y se entrega a su público. Canciones deliciosas como “Nada como una risa tuya”, “Campo minado de corazones”, “Piel de miel”, “Suicida de 16”, la entrañable “Los regalos del viento” y otras, iniciaron el show de poco menos de 2 horas. Luego vino una sección donde Rafo complació pedidos y yo vencí mi timidez y me atreví a pedir la hermosa “Obsequio”, y, por supuesto, fui complacido. Después, llegó la última parte del show donde la banda de los Paranoias junto con Ráez (una sólida banda que tiene en el bajo a Eduardo Cisneros y en la batería a Raúl Loza) la rompió. Rolas como “Doctor Merengue”, “Tronador”, "Chica canela", “El hombre que quería ser árbol”, “Pelicano” me dejaron en un estado de extasis y alegría plena que hacía tiempo no experimentaba. Y todo a través de la música, y todo a través de Ráez y su súper banda.

“Tronador” fue una de las primeras canciones que me fascinó (fue en el año 1998, en que me compré su disco El loco y la sucia) y la escuchaba una y otra vez sin tregua. Aquí va un enlace a esta inolvidable canción.


http://www.youtube.com/watch?v=2mo91w0Jedw&feature=related

martes, 15 de junio de 2010

Cuentos de amor, de locura y de muerte


Recuerdo a Horacio Quiroga (1878-1937), el escritor uruguayo, por dos cuentos suyos que leí en el colegio y que hasta el día de hoy tengo impresos en mi mente: “Estefanía” y “El potro salvaje”. Estos dos cuentos son excelentes. Acabó, además, de leer su libro de relatos Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917) y no me queda duda en afirmar que Horacio Quiroga es uno de los más grandes cuentistas que he leído (por no decir el mejor). El libro no tiene pierde y todos sus cuentos son muy interesantes: unos son brillantes e inolvidables (“Una estación de amor”, “El almohadón de pluma”, “Yaguaí”, “La gallina degollada”, y sobre todo “La meningitis y su sombra”) y el resto son buenos.

Quiroga es un maestro contando historias, su prosa es segura y elegante, su sensibilidad es única, sus tramas y sus atmósferas nos envuelven y cautivan. Algunos de estos cuentos se desarrollan en el campo, otras en pequeñas ciudades del sur de América. Los temas, como el título del libro lo indica, giran en torno a aquellos que envuelven a todos los seres humanos: el amor, la locura, la muerte. También hay dos o tres cuentos donde los personajes principales son animales (perros,un toro), y estos también resultan conmovedores. El registro de Quiroga, asimismo, va de los realista a lo fantástico, pasando por estados intermedios donde ambos registros se combinan.

Finalmente, debo decir que cuando uno lee a Quiroga percibe el genio, la sensibilidad y uno se pregunta cómo este genial uruguayo, a pesar de la miserable y trágica vida que vivió, se dio espacio para escribir cuentos tan brillantes. ¿Acaso la creación, el arte está relacionado directamente con la locura, la infelicidad? ¿acaso para ser escritor o artista es necesario sufrir como un condenado?

sábado, 5 de junio de 2010

El libro de las sospechas


El libro de las sospechas (2005), del periodista José María Salcedo, contiene un capítulo imperdible titulado “Historia de una mentira oficial”, que aborda el famoso caso de Leonor La Rosa, ex agente de inteligencia, que fue torturada durante el gobierno de Fujimori por oficiales del ejército en 1997. El caso de Leonor La Rosa se convirtió en aquella época en el caso emblemático de la lucha de la defensa de los derechos humanos. En 2002, el gobierno de Alejandro Toledo, en una ceremonia en Palacio de Gobierno, pidió disculpas a La Rosa a nombre del Estado peruano y la indemnizó con 120 000 dólares.

A pesar de todo esto, José María Salcedo demuestra, en el capítulo de aquel libro, y ante la sorpresa del lector, que el caso de Leonor La Rosa y su tortura fue una farsa, un montaje llevado a cabo por el propio Montesinos y la oposición del gobierno de Fujimori . Suena inverosímil, claro, pero el “Chema” demuestra que aquella historia montada terminó beneficiando a ambos. A la oposición, el caso de Leonor La Rosa fue fundamental para recuperar la democracia y ya no importó si durante el proceso se dieran con la verdad que todo era mentira; y por parte de Montesinos, el caso de la agente le permitió demostrar que el Gobierno sí sancionaba a quienes violaban derechos humanos (4 oficiales del Ejército fueron injustamente encarcelados por varios años), le permitió “enterrar” el caso del la agente Mariella Barreto que fue encontrada muerta, y le permitió desprestigiar al Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) en favor del SIN, que dirigía el mismo Montesinos.

Causa indignación también comprobar cómo la prensa se comportó. De 1997 al 2002, nunca contrastó las fuentes, se hizo de la vista gorda en las grandes contradicciones de Leonor La Rosa, no entrevistó a los implicados en la presunta tortura. Y el pueblo, me incluyo, se creyó todita esa historia de Leonor La Rosa y su tortura. La prueba más clara de que todo esto fue mentira es que hoy en día nadie habla de ese caso, es como si nunca hubiese sucedido. Y a pesar de que Fujimori fue sancionado por los casos de violaciones de derechos humanos, el caso de Leonor La Rosa, que en su época fue el más conocido y emblemático, ni siquiera formó parte de la acusación que se le hizo. En suma, un caso que demuestra la podredumbre de nuestro sistema y de lo perversos que podemos ser los seres humanos. Un caso también que demuestra que la defensa de los derechos humanos es muchas veces interesada y responde a los intereses de sus protagonistas.

* En el primer reportaje de televisión sobre el caso de Leonor La Rosa, apareció ella caminando y moviendo sus extremidades. Sin embargo, a partir de los siguientes reportajes que se le hicieron, aparecería echada en una cama, sin poder caminar, y con convulsiones y lesiones en el cuerpo.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Paco Igartua y Velasco


Francisco Igartua, director de la revista Oiga, apoyó al gobierno revolucionario de Juan Velasco Alvarado durante buena parte de su proceso. De 1968 a 1974, defendió a la revolución y sus medidas reformistas para cambiar el Perú: la reforma agraria, la recuperación de la Brea y Pariñas, la estatización de la banca, la formación de cooperativas para administrar las empresas, la nacionalización de un buen número de industrias del país, etc. Paco Igartua, como muchos peruanos en aquella época (60s y 70s) creía que este era el único camino para salir del subdesarrollo y eso se hizo evidente en la línea editorial de Oiga. Sin embargo, y como Paco era un hombre de convicciones pero no un incondicional, no solo destacó y apoyó lo que él creía eran los aciertos del gobierno revolucionario comandado por las Fuerzas Armadas, sino también lo criticó cuando vio errores y abusos. Igartua deseaba una revolución para el Perú, pero defendía abiertamente la libertad de prensa y, como seguidor de Unamuno, reclamaba que los políticos sean gente decente y con principios morales.

Sin embargo, el gobierno de Velasco, quien tenía buenas intenciones, pronto fue mostrando sus yerros y su incapacidad para la política económica: en 1974, la burocracia, que se había inflado exponencialmente, solo había llevado a malos manejos y a una gran corrupción; el manejo económico de los años anteriores nos estaba conduciendo a una gran crisis económica; la reforma agraria había empobrecido aun más a los campesinos; la censura a los medios opositores (Caretas fue silenciado en 1974 y en años anteriores también) era evidente; y los periódicos expropiados y otorgados a los trabajadores, solo había conducido a un periodismo servil. Todo esto condujo a que Oiga, encabezado por Igartua, a pesar de mantener su apoyo a Velasco, comenzó a criticarlo con más frecuencia. Esto hizo que el gobierno le pusiera trabas a su trabajo periodístico; hasta que en noviembre de 1974, luego de una fuerte crítica de Oiga a la política económica del gobierno, este lo censuró y le pidió que se rectificara. Francisco Igartua se negó a esto y poco después partió deportado a México. Solo en 1977, este volvería de su destierro.

En suma, uno puede criticarle a Igartua aquella toma de posición a favor del gobierno de Velasco, que por cierto era entendible en aquella época y de la cual participaron muchos peruanos como Vargas Llosa, pero lo que no se puede negar es que Paco fue leal a sus convicciones y cuando vio que aquel gobierno nos estaba conduciendo a la falta de libertad de prensa, dio un paso al costado y defendió aquella como siempre lo hizo en su vida.

lunes, 17 de mayo de 2010

Noche de ronda en Bath


El libro de cuentos Noche de ronda en Bath de Rafael Anselmi es un bonito libro de cuentos donde más que los argumentos o las historias, lo que conmueve o atrapa son las atmósferas o la sensibilidad que destila. Luego de leer Noche de ronda en Bath compruebo que en cada libro se refleja, de alguna u otra manera, la personalidad de su autor. Aquí no vemos, pues, a un nato contador de historias (aunque sí un nato escritor que escribe para sobrevivir y darle sentido a su vida), sino a un escritor que se vale de mínimas anécdotas para plasmar un relato donde los recuerdos o los pensamientos tienen un lugar fundamental. El narrador de Noche de ronda en Bath, como el Quijote, saborea sus recuerdos con dolor, nostalgia, y a veces algo de alegría.

El libro me deja una grata impresión, aunque hay relatos mejores que otros. Los mejores son: “Noche de ronda en Bath”, “Dormiditos se han quedado”, “Nada que decirle”, “Una foto y el Tata” y sobretodo “La luz por los barrotes”…Finalmente, los personajes de Anselmi son nostálgicos y melancólicos por naturaleza, gozan del licor como un escape y se sienten como extraños en el mundo que les toca vivir.

En resumen, sin ser un gran libro, pues hay relatos algo irregulares, vale la pena su lectura pues su sensibilidad es única o particular.

sábado, 8 de mayo de 2010

Y de repente, un ángel


Y de repente, un ángel (2005), novela de Jaime Bayly que quedó finalista del premio Planeta aquel año, es, de lejos, lo mejor que he leído del escritor peruano. Es una muy buena novela donde apreciamos la destreza y la madurez narrativa de Bayly. Aquí sí se percibe la buena prosa de Bayly y la magia con que este transforma una trama sencilla en un relato entretenido y cautivante. Además, Bayly, y ahí se palpa su talento y su juego con la forma y las técnicas narrativas, utiliza dos registros para contar la historia del escritor Julián Barrios que llega a tener una gran amistad con su empleada Mercedes y la ayuda a encontrar a su mamá, la cual la regaló cuando era una niña. En esta historia que hubiera podido quedarse solo en el drama, Bayly juega con el humor y lo inserta magistralmente en lo momentos más dramáticos. Por ejemplo, cuando Mercedes se reencuentra con su madre en el pueblo de Caraz, el escritor peruano vuelve esa escena en algo graciosísimo pero verosímil. Se vale de la farsa (plasmado maravillosamente en el personaje de Petronila, la madre de Mercedes y el mayor Concha Fina) y esto con el fin de darle un respiro al lector para que digiera el dramón que le está contando.

Hay también una historia paralela, pero secundaria, acerca de la relación de Julián Barrios con su pareja Andrea. Esta historia está también muy bien desarrollada, pues también funciona como una válvula de escape al drama que nos va narrando. El final de la novela, por su parte, es una búsqueda de Julián Barrios para vencer el odio que siente hacia su padre y reconciliarse con él, tal como Mercedes lo hizo con su madre. Un hermoso detalle se encuentra también en la muerte del padre de Julián, que ocurre poco después de la reconciliación de padre e hijo. Ahí Bayly utiliza, nuevamente, magistralmente el humor y lo inserta poco antes que aquel se muera. La última frase del padre a su hijo no es una frase trascendental, sino una frivolidad: ¿Has visto que tal culo se maneja la enfermera? Y así igual la escena final (escrita en registro de farsa) es divertidísima y tierna. La anciana Petronila disparando y matando a tres cuyes y diciendo que ya es hora de comer, es un final de perillas.

Después de leer esta novela, debo decir que Bayly ha mejorado bastante como escritor y esta es su primera obra maestra. Es alucinante cómo juega con los registros del drama a la farsa, de lo grave a lo hilarante y vuelve a este libro es un texto imprescindible.

miércoles, 5 de mayo de 2010

La noche es virgen


La noche es virgen (1997), de Jaime Bayly, ganó el premio Herralde en aquel año por unanimidad. Luego de leerla (en unas cuantas horas te lo lees, pues Bayly te atrapa de inmediato con el relato), la considero una novela solo regular. No me pareció la gran cosa. Y no por el tema: la homosexualidad de Gabriel, un joven conductor de un programa de televisión, que se enamora de Mariano, un rockerito desconocido y muy guapo; sino porque la noto redundante y con muchas cosas por pulir. Bayly hace, en mi opinión subjetiva, un abuso de potos, pingas, drogas para reflejar aquel mundo algo sórdido del personaje. Y no es que yo sea un cucufato, sino que el mismo tópico se repite una y otra vez a lo largo de la novela y termina por hastiar. Ya sabemos, a la mitad de la trama, que Gabriel es un gay que siente debilidad por las pingas y los culos, pero tantas veces se repite esa idea que se termina por desgastar, por ajar. Igual ocurre con la coca.

Con todo eso, no hay que negar la capacidad que tiene el escritor peruano de envolverte en una trama (Bayly es un nato contador de historias) y aquí, a diferencia de Los últimos días de la Prensa o No se lo digas a nadie, su autor cambia de técnica literaria y se vale de párrafos largos, juegos con los signos de puntuación y prescinde de los diálogos directos para apostar por los indirectos, que están insertos en los mismos párrafos.

Por otro lado, en La noche es virgen se abusa un poco de las pensamientos que hace el autor mientras ocurre una determinada escena. Es decir, que mientras Gabriel realiza una acción, se le vienen a la mente pensamientos que, a veces, desvían al lector del relato principal. A pesar de todo lo señalado, podemos decir que la literatura de Bayly es fresca, ingeniosa, divertida, libertina y supongo que por eso le dieron el premio. Mas considero, que es una obra solo regular y que trata de manera algo superficial (o epidérmica) un tema tan rico como la homosexualidad.

martes, 4 de mayo de 2010

Los últimos días de La Prensa


He leído el libro Los últimos días de La Prensa (1996), de Jaime Bayly, y debo decir que me divertido bastante. Me lo he leído, como hace mucho tiempo que no me pasaba, de un tirón y no solo riéndome (cagándome de risa, sería la expresión adecuada) sino también reflexionando. Es cierto que el libro de Bayly es ligero, de fácil lectura, con una prosa sencilla; sin embargo, funciona y de maravillas. La historia del periódico “La Prensa” y del abuelo de Diego que perdió sus tierras con la reforma agraria (las dos historias paralelas que recorren el relato) te atrapan desde el inicio. Los diálogos están muy bien desarrollados (el autor tiene una facilidad para estos) y hay personajes que resultan inolvidables: Patty (la cuñada secretaria del director del periódico), el abuelo de Diego, el periodista Zamorano (encargado de la página Internacional). Asimismo, Bayly tiene facilidad para describir y desarrollar escenas, situaciones, personajes, tics, características físicas, la jerga y el humor cutre del periodismo limeño.

Debo señalar que es cierto que la literatura de Bayly puede ser considerada “Light”, pero es una literatura que para su tipo (que me parece sincera y no impostada y que tiene que ver con la personalidad del autor) es muy buena y de calidad. Muchos de los críticos de Bayly le reprochan su ligereza de temas y se escandalizan con su mente libertina, pero ¿acaso la vida no es también las putas, las pajas, la cutra, la pendejada, la criollada, la homosexualidad, etc? Pues Bayly, y aunque en esta novela no habla de homosexualidad ni de coca, sí desarrolla el tema de las putas, de las pingas, las chuchas, la pendejada, la mermelada y grafica muy bien lo que es la vida. Y para los que quieren profundidad ahí está la historia del abuelo de Diego, que te hace reflexionar sobre la Reforma agraria en la época de Velazco. En esta historia Bayly es ligero (por el lenguaje que usa), pero es también profundo y gracioso –las cartas que escribe el abuelo al director del periódico son divertidísimas-). En suma, en la superficialidad también hay profundidad.

Finalmente, hay que entender que Bayly no es escritor realista, sino uno satírico, que todo lo ridiculiza, lo deforma, lo vuelve todo más grotesco, para así burlarse. No es casualidad que el diario La Prensa parezca, en la novela de Bayly, peor que el diario “Ajá” o “Chuchi”. Por todo esto, Los últimos días de La Prensa es una buena novela de un buen escritor.

jueves, 29 de abril de 2010

Romancero gitano


Hoy terminé de leer Romancero gitano de Federico García Lorca (1898-1936)y debo decir que no tengo sensibilidad para la poesía. Soy un gran admirador del escritor español por sus obras de teatro: “Bodas de sangre”, “La casa de Bernarda Alba”, “Yerma”; pero su Romancero Gitano no me gustó ni me conmovió ni me afectó un poquito. Salvo ciertos versos (“se quiebra su corazón de azúcar y yerbaluisa”) y poemas como “La casada infiel”, no me llegué a compenetrar con el libro. Es cierto que la poesía no hay que entenderla, pero sí hay que sentirla, y en mi caso esto no sucedió. Lo que sí sentí fue la música de los poemas, debido al buen manejo de la rima y la métrica…A veces pienso, que las personas nacen con cierto espíritu o sensibilidad que las hace proclives a cierto tipo de arte: hay gente que tiene, pues, una sensibilidad que se inclina por la poesía o al menos con cierto tipo de poesía. A veces pienso, también, que con los años la sensibilidad cambia y lo que en el pasado gustó a las nuevas generaciones ya no gusta. Tal vez, y quizá esto solo sea una excusa para justificarme, la poesía de Lorca ya no se ajusta a la sensibilidad de nuestros tiempos o quizá, y es lo más seguro, yo soy un ignorante insensible.

viernes, 23 de abril de 2010

El llano en llamas


Acabó de terminar de leer el libro de cuentos El llano en llamas del mexicano Juan Rulfo (1917-1986) y me parece muy interesante, pero no lo considero una obra maestra. No lo considero tampoco, como señalan algunos críticos, una obra perteneciente al realismo mágico (cosa que sí sucede con Pedro Páramo); sino que pertenece al género realista.

El llano en llamas está compuesto de 17 relatos, unos mejores que otros, y tiene como personajes a campesinos mejicanos pobres que viven en pequeños pueblos en medio del desierto y en donde la muerte siempre está presente. No es casualidad el título del libro, que retrata a cabalidad el contenido del libro. Estos cuentos, pues, trata de matanzas, de persecuciones, de asesinatos, ya sea entre los mismos pobres campesinos o en enfrentamientos entre estos con los bandoleros o con el gobierno. Todos ellos, eso sí, parecen abandonados a su suerte o como si Dios les hubiera mandado una maldición.

Hay que destacar el trabajo con el lenguaje de Rulfo (aunque esto se puede apreciar en unos relatos más que en otros) y el juego con el lenguaje coloquial. A pesar de todo, no es un libro redondo, pues considero que hay relatos prescindibles y otros que sí valen la pena leer. Estos son “La cuesta de las comadres”, “Talpa”, “El llano en llamas”, “¡Diles que no me maten!”, “No oyes ladrar los perros”, “Anacleto Morones”.

viernes, 16 de abril de 2010

El arte

¿Qué sería de nuestras cojudas, chatas e insípidas vidas si no hubiera arte? ¿qué sería de nuestras aburridas vidas sin música, literatura, cine, pintura, etc.? ¿A cuánto aumentaría la tasa de suicidios si la gente no tuviera arte para, por algunos minutos de su vida, poder evadirse del mundo y escapar de la realidad? Y es que la vida es tan opuesta a nuestros sueños, la realidad es tan cojuda, insípida e injusta, que necesitamos del arte para poder escapar a un mundo más acorde con nuestros sueños y fantasías. ¿Qué sería, pues, de mi vida sin Vargas Llosa, sin Hesse, sin Dostoievski, sin Ribeyro, sin Charly García, sin Beatles, sin Valdelomar, sin Tolstoi, sin Milos Forman, y tantos otros? Debería agradecerles a todos ellos por haberme alegrado la vida con su arte, por hacerme a mí, y a muchas otras personas, más llevadera y tolerable la existencia, y por enseñarme que a pesar de lo mierda que pueda ser muchas veces la vida, hay también mucha belleza y eso hace que valga la pena vivir.

lunes, 5 de abril de 2010

Cine y Semana Santa


El fin de semana último, aprovechando que era Semana Santa, aproveché para ver las películas clásicas que pasan en estas fechas. Ben-Hur (1959) de William Wyler me sigue conmoviendo cada vez que la veo. Es una gran película, tanto en producción, en guión, en actuaciones, en puesta en escena. Charlton Heston tiene su lugar asegurado en la historia del cine y los 11 Oscars que mereció la cinta no son casualidad.

También vi Los diez mandamientos (1956), de Cecil B de Mille, donde actúan también Heston y es otra gran superproducción de Hollywood. A pesar de esto, la película que me llamó más la atención fue Barrabas (1962) donde actúa Anthony Quinn. Basada en una novela del premio nóbel Lagerkvist, la cinta es cautivante por la lucha interna que se desata en Barrabás por creer o no en Jesús. Las pruebas que le pone la vida a Barrabás (al menos en la ficción), captan la atención del espectador y lo dejan sin aliento ante el final inesperado. La actuación de Quinn es magistral y encontramos actores secundarios importantes que también sobresalen (es el caso de Jack Palace y Ernest Borgnine).

Finalmente, recuerdo que en mi niñez vi Espartaco (1960), de Stanley Kubrick y donde actúa Kirk Douglas, y quedé fascinado con esta película. Sin embargo, en años posteriores ya no la volvieron a programar y me quedé con las ganas de verla. Fue así que este año me compré la cinta, pero el destino me impidió observarla completa, pues la versión pirata que adquirí solo llegaba hasta la mitad… Para la próxima será.

viernes, 26 de marzo de 2010

Cosas infames


Cosas infames es un libro del arequipeño Oswaldo Chanove (1953) publicada por la respetable y pujante editorial Estruendo Mudo el 2009. Compuesto de pequeños capítulos aparentemente inconexos; sin embargo, tienen como vínculo común que muestra a diversos e insólitos personajes de la urbe arequipeña. El libro de Chanove está bien escrito, tiene, además, capítulos interesantes como “El pájaro Jiménez”, “(Fotos de mis ex desnudas”), “¿Qué es lo que yo sé y los demás no saben?”, “En cierta época de mi vida”. A pesar de esto, Cosas infames es solo un texto regular, pues nunca llegan a engarzar sus escenas. Claro, puede ser que esa no haya sido la intención del autor, sino mostrar una suerte de mosaico de personajes singulares, pero aún así no lo siento cuajado del todo. Incluso, al final del libro se quiere redondear o cerrar el círculo con el personaje de Margarita Cervantes (que es el más recurrente o frecuente a lo largo del libro), pero no me llega a convencer. Incluso, diría que Margarita Cervantes es un personaje que no está bien plasmado ni desarrollado.

Eso sí, me gustó mucho ese pequeño capítulo llamado “En cierta época de mi vida” y me parecieron divertidas todas las escenas que hacen alusión a La casa del Rolo.

p.d: Debo destacar la edición del libro a cargo de la editorial Estruendo mudo. El uso de los colores, de la diagramación, de la fotografía, del diseño, ha dado como resultado un libro hermoso.

lunes, 22 de marzo de 2010

Bob Dylan


He escuchado el primer disco que hizo Bob Dylan a la corta edad de 20 años (1962) y aunque este está compuesto, en su mayoría, de canciones de otros autores, ya se ve o se palpa el talento del músico. Dylan tiene una voz que sin ser buena es peculiar y muy expresiva (una voz que raspa como una lija) y le basta, además, de su guitarrita y su armónica para transmitir como pocos lo hacen. El músico norteamericano, en los años siguientes, grabaría discos con sus propias composiciones y letras de gran contenido poético y alcanzaría la fama y el parnaso del mundo del rock. Por supuesto, todo esto cimentado por el apoyo de los medios de comunicación, que son los que fabrican artistas y leyendas. Finalmente, lo que me queda claro luego de escuchar a Dylan es que uno de los componentes básicos del artista es su originalidad o estilo único y esto se cumple a cabalidad con este músico estadounidense.

jueves, 11 de marzo de 2010

Ficciones


El libro Ficciones de Jorge Luis Borges está compuesto de dos partes: "El jardin de senderos que se bifurcan" (1941) -compuesto de 7 relatos- y "Artificios" (1944) -9 relatos-. Luego de 10 años, estoy releyendo dicho libro y tengo impresiones encontradas: creo que la primera vez que leí a Borge me gustó más; ahora, en esta nueva relectura, a pesar de que sí me ha gustado, lo he disfrutado menos debido a que lo he sentido como literatura muy cerebral, racional, erudita para mi gusto. La literatura de Borges es, pues, de tipo metafísica, filosófica, culta y donde priman más las ideas y los juegos de argumento, que las emociones.

Mientras leía a Borges, al menos los relatos de "El jardín de senderos que se bifurcan", pensaba que de repente el argentino era un escritor sobredimensionado, elevado a culto debido a una refinada élite cultural que le había dado su visto bueno (y entendía también porqué no le habían otorgado el Nóbel); sin embargo, hubieron dos cuentos que si me gustaron bastante: "Las ruinas circulares" y "El jardín de senderos que se bifurcan" (los demás relatos me parecieron interesantes, ingeniosos, muy filosóficos, pero no me emocionaron ni me impactaron). Sin embargo, la segunda parte, "Artificios", sí me gustó bastante y mi anterior idea de Borges fue cambiando. Por ejemplo, "Funes el memorioso", "La muerte y la brújula", "El milagro secreto", "Tres versiones de Judas" me parecieron muy buenos cuentos; y gracias a estos, poco a poco, me fui reconciliando con el argentino, aunque sigo pensando, que para mi gusto, resulta literatura muy cerebral y erudita.

domingo, 7 de marzo de 2010

El western


He visto, en los últimos meses, algunas de las películas más representativas del género western y vaya que es un género muy interesante y rico. Clásicos de John Ford, donde actúa John Wayne, como “La diligencia”, “Los buscadores” (“The searchers”); de Sergio Leone, “Por un puñado de dólares” –donde actúa Clint Eastwood-; de Sam Peckinpah, “La pandilla salvaje”; de Clint Eastwood, “Los imperdonables”, son retratos ficcionales basados en torno a ese sangriento periodo de colonización de los inmigrantes ingleses sobre el territorio norteamericano. Aquí, como se sabe, abundan los pistoleros, los indios, los soldados americanos, los mejicanos, y los conflictos se originan en torno a estos personajes. Aquí, en este mundo donde sobrevive el más fuerte, existen también códigos de honor que incluso el más malo y despiadado debe respetar. En estas películas, además, se aprecia las virtudes y los vicios de los seres humanos, y de ahí que como espectadores nos reconozcamos en estas historias.

John Wayne, básicamente, representa en sus papeles la figura del antihéroe: un hombre que a pesar de haber tenido varias muertes en su haber y de ser perseguido por la justicia, es un tipo caballero y justo. A eso hay que sumarle el arte fílmico del director John Ford que logra dotar a sus películas, además del humor y personajes entrañables y bien delineados, de un buen argumento y una estética visual que las hace inolvidables.

viernes, 26 de febrero de 2010

Francisco (Paco) Igartua


Recuerdo haberme enamorado de los artículos políticos que escribía Paco Igartua para el diario Correo allá por los años 2002-2003. Los leía con sumo gusto e intuía o percibía su sabiduría. Recuerdo también haberlo entrevistado un par de veces para unos trabajos universitarios, y en aquellas charlas me obsequió dos libros: Siempre un extraño (de él mismo) y Andanzas (un libro de artículos del periodista Federico More, que Igartua había editado).

Recuerdo, además, que a inicios del 2004 falleció a la edad de 80 años. Pocos meses después, cuando acababa de terminar mi carrera de Comunicador y empezaba a practicar en el diario Perú 21, leí Siempre un extraño, y esto motivo, entre otros razones, que decidiera alejarme del periodismo y meterme a estudiar Literatura. Ya para entonces sabía que Paco Igartua no era solo un inteligente periodista, sino, además, uno de los más importantes periodistas que ha tenido el país. Él fue fundador y director de revistas tan importantes como Caretas y Oiga y ha contribuido bastante en la lucha por la libertad de prensa y la defensa del orden democrático.

Actualmente, tengo la oportunidad de leer sus editoriales de la revista Oiga, tanto de la época del fujimorismo (el cierre del Congreso en 1992) como del golpe de Velasco a Belaúnde (1968) y debo confesar que cada uno de sus editoriales está lleno de amor, coraje, valentía, inteligencia, fuerte y feroz crítica, respeto al adversario, calidez y estilo en su pluma, y mucha verdad de lo que es la historia de este país tan hermoso y jodido como es el Perú. Sería bueno hacer una recopilación de los editoriales de Igartua y ver en ellos parte de la historia del país y de nuestro periodismo.

sábado, 13 de febrero de 2010

Cuentos escogidos (Juan Carlos Onetti)


He vuelto a releer, después de más de 5 años, los Cuentos escogidos de Juan Carlos Onetti (Ediciones Peisa, 2002) y tengo sentimientos encontrados. Por un lado, hay cuentos que he descubierto que son muy buenos (“Un sueño realizado”, “Historia del Caballero de la rosa y de la Virgen encinta que vino de Liliput”, “La cara de la desgracia” –uno de los mejores cuentos-), otro que volví a disfrutar (“Jacob y el otro”), otros que ahora me parecieron solo regulares aunque interesantes (“El posible Baldi”, “Bienvenido, Bob”, “El infierno tan temido”, “Tan triste como ella”, “La muerte y la niña”); sin embargo, a lo largo del libro siempre tuve una sensación de sopor, de aburrimiento, que hacía a veces pesada la lectura. A pesar de todo esto, el libro vale la pena por esos cuentos buenos antes mencionados y por alguna frase o reflexión genial de Onetti. Leer, pues, a este es difícil, pero el esfuerzo llega a ser recompensado.

Debo agregar que en estos relatos la palabra “felicidad” aparece múltiples veces, pero, por el contrario, estos cuentos son los más tristes del mundo. Finalmente, en el mundo ficcional de Onetti, los personajes son seres insatisfechos, mediocres, que se mienten a sí mismos para poder vivir. Y en algunos de estos, en especial “La muerte y la niña”, aparece la ciudad imaginaria que llega a inventar: Santa María de Nieva.

Si tuviera que escoger un relato que no tiene pierde, ese es “Jacob y el otro”. Este es el que está escrito de manera más sencilla y no por eso carece de la profundidad y la “poesía filosófica” de Onetti.

martes, 9 de febrero de 2010

Portishead


Cuando uno escucha el disco Dummy (1994) del grupo británico Portishead entiende recién el porqué es inútil o estéril clasificar la música en géneros o corrientes. A pesar de esto, los medios de comunicación o los “críticos” se dieron la maña para etiquetarlos como una banda de “trip hop” (¿qué carajo significa eso?). Pero bueno, eso ya no importa; lo importante es saber que el disco Dummy (su primer disco de los tres que han editado) es muy bueno, porque en su onda experimental, transmite emociones que llegan a la mente y al espíritu de quien lo escucha. La voz de la cantante Beth Gibons y el trabajo del tecladista Geoff Barrow remecen y no resultan indiferentes, además ese juego con los sonidos “raros” enriquece su música: el sonido de la fricción de un disco de vinilo, la simulación del sonido de metales, de fantasmas, etc.

Portishead, qué duda cabe, muestra una sensibilidad diferente, rica e intensa. Y en el disco Dummy las canciones que más me emocionan son: “Strangers”, “Its a fire”, “Wandering Star”, “Mysterons”, “Roads” y alguna más que no logro recordar.

lunes, 25 de enero de 2010

Nada que decir (Fragmento)


Escribo porque me da la gana, escribo para pasar las horas, escribo por terapia, escribo para decidir qué hacer con mi vida, escribo para resolver un problema de matemática que aún no aclaro en mi mente y que arrastro desde que ingresé a la adolescencia, escribo, en fin, para matar a alguien que no sé quién es. Lo cierto es que no tengo nada que decir salvo palabras inútiles, palabras que aborrecen el tiempo, que juegan con el viento, que se cobijan en los labios de una bella mujer.

Tengo veintiocho años y mi nombre es Ramón. En marzo próximo cumpliré veintinueve. Me miró en el espejo todos los días y me asombro de las canas que me van apareciendo, de mis ojeras que cada día se tornan más violáceas, de mi cuerpo que empieza a engordar, del cabello que empieza a caer; en fin, es el tiempo y supongo que habré de acostumbrarme a parecer cada vez más a mi padre.


***
La ciudad en que vivo es de un sol intenso, de gente que avanza rápido y derecho, sin pensar, sin dudar, hablando, pactando, mintiendo, celebrando, bebiendo, viviendo. Yo, en cambio, vivo encerrado, solo salgo de noche y rara vez de día. ¿Qué quieren, pues? tengo miedo. No me siento a gusto en el día y menos solo. Camino desorientado mirando vitrinas, contemplando parejas agarradas de la mano, dispensándose besos y abrazos. Y yo, tratando de sonreír, de parecer normal, de no desentonar con tanta alegría, termino tarde o temprano corriendo hacia mi cuarto, encerrado en mis libros y mi música, creando sueños, recordando el pasado, imaginando el futuro, elaborando estrategias que pronto me hagan libre, aunque en el fondo sé que no es cierto, que todo es una patraña, una eyaculación de mi mente, una cita que no se concreta, un beso tibio con una mujer que no se ama.

Sin embargo, hay momentos, los menos, en que sonrío en medio de la noche, en que me escudo rodeado de amigos pasajeros pero leales. Somos juntos aves de paso, aves solitarias que se hacen compañía, que esperan la estación adecuada para poder migrar a un lugar mejor. Y mientras tanto, nada mejor que morir en licor, que fumar las miles de hierbas que encontramos a nuestro paso por la naturaleza, el exceso aquí es válido y permitido, las reglas están escondidas u olvidadas en los viejos libros de colegio, en esa vieja maestra a la que nunca quisimos escuchar. Y hablamos y hablamos de nada y de todo, hablamos de la lluvia, del sol y de un geranio marchito, hablamos de lo que seremos y de lo que fuimos, de nuestros sueños que se desvanecen y que en el fondo queremos fortalecer. Y nadie aún se resigna a que la vida es un arco iris que nunca sale.

Como ven, no tengo nada que decir, solo palabras y viento que me dicta mi mente confundida, mi corazón alborotado, pero de pronto, desde el fondo de mis vísceras, una sonrisa aparece y lo inunda todo, mis carnes toman un color cálido, el mundo empieza a verse diferente, y comienzo a recordar que la vida es también un bello naufragio.

jueves, 14 de enero de 2010

El último de la fila


La primera vez que escuché El último de la fila fue en 1993. La canción era “Como un burro amarrado en la puerta del baile”. Aunque al principio no me gustaba mucho (era una canción más), con el tiempo me comenzó a seducir, hasta que en un momento se convirtió en una de mis canciones favoritas. Esa frase tan simple y profunda de la que habla la rola: “Si tengo ganas de bailar, para qué voy a esperar” es una de esas frases que siempre tengo presente en mi vida y cada vez que voy a una fiesta. Por cierto, el video de la canción es también hermoso.

El último de la fila, cuyos integrantes fueron los españoles Manolo García y Quimi Portet, no es un grupo que se caracterice por su genialidad o por haber innovado en el género del rock, pero tiene eso que poseen muchas bandas y las hace entrañables: ganas de expresarse y chispazos de talento que aparecen en algunas de sus mejores canciones. El grupo español, que existió de 1984 a 1998, nos dejó pues temas inolvidables como, además de “Como un burro…”, “El loco de la calle”, “Insurrección”, “La piedra redonda”, “Trabajo puro”, “Mi patria en mis zapatos”, “Soy un accidente”, “No me acostumbro”, “Prefiero el trapecio”, etc.

http://www.youtube.com/watch?v=ROP9g_Bjo08&NR=1

lunes, 4 de enero de 2010

La isla del tesoro


Escrita por Robert L. Stevenson (1850-1894) en 1883, La isla del tesoro es una muy buena novela de aventuras. Esta posee un ritmo trepidante, una buena prosa, un buen manejo del suspenso, de los capítulos, con personajes bien delineados e inolvidables: el jovencito Jim Hawkins, los piratas Silver y Billy Bones, y excelentes descripciones. En suma, el oficio de escritor de Stevenson se respira en cada una de las líneas de esta famosa novela.

La isla del tesoro en su versión original (una novela de 250 páginas) es una novela cautivante para adolescentes y adultos. Lejos de ser una novela para niños, aquí se aprecia la maestría del narrador y la riqueza y la actualidad de la buena literatura: esta radica en que el ser humano en todas las épocas y en todos los lugares ha sido, es y será igual: las mismas pasiones, las mismas mezquindades, los mismos sueños. Aquí, Hawkins, el jovencito, se muere por vivir aventuras, al igual que todos los seres humanos, pero conforme se va adentrando en la aventura se va dando cuenta de los peligros que corren él y sus amigos.

Stevenson, que murió a escasos 44 años, escribió también la breve e imprescindible Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1886) y me ratifica con La isla del tesoro que es un autor más rico de lo que se piensa. Y que en su estilo claro y sencillo, se esconde una gran profundidad.