miércoles, 24 de febrero de 2016

Diario de un profesor (25)

Hoy culminé un nuevo ciclo en el instituto donde laboro. Me desperté temprano (7 a.m.) y me puse a corregir los exámenes que me faltaban. Mientras lo hacía, pensaba en el tiempo transcurrido. Ya son casi 10 años de la primera vez que enseñé. Me recordé muerto de miedo ingresando a una aula para enseñar Oratoria a niños y adolescentes. ¡Cuánta agua ha corrido en estos años! ¡Cuántas experiencias y anécdotas! ¡Cuántas satisfacciones y momentos complicados he pasado! ¡Cuántas alegrías y penas! Y sin embargo, aquí sigo dando batalla, luchando conmigo mismo para que la llama de la pasión por enseñar no se apague, luchando para vencer mis miedos y llegar al corazón de esos muchachos a los cuales, las más de las veces, les resulto indiferente. Y es ahí, en esos momentos de debilidad, de querer bajar los puños y dejar de pelear, que me acuerdo de mis buenos profesores, de aquellos que me soltaron frases de elogio o aliento que aún persisten en mi mente y que me hicieron confiar un poquito más en mí. Entonces, decido seguir peleando y trato de imitar a mis queridos profesores, de hacer algo parecido a lo que hicieron ellos conmigo. Y lo intento, ¡vaya que lo intento!, y termino exhausto física y emocionalmente, pero contento al menos de haber dejado mi mejor esfuerzo. ¡Ahora es momento de descansar!          

Ensayo sobre la ceguera

Ensayo sobre la ceguera (1995) es considerada una de las obras cumbres del Premio Nobel portugués José Saramago (1922-2010). Largo tiempo aplacé su lectura y por fin he llegado a concluirla. Pero valgan verdades, esperaba mucho más. Me explico: la comencé hace un par de meses, pero salvo el inicio, que me enganchó, la trama no me atrapaba la atención. Sentía (tengo que ser sincero) que la prosa del portugués no era la gran cosa (hay miles de escritores que tienen mejor prosa); no había profundidad psicológica en los personajes protagonistas y menos en los secundarios; el estilo de evitar los puntos seguidos y reemplazarlos por comas, y así insertar los diálogos dentro de los párrafos, no me convencía; y la historia en sí me parecía que en manos de un gran escritor hubiese resultado más potente e imaginativa. Fue así que varias veces pensé en abandonar la lectura del libro, pero al final, luego de leer otro libro en el camino y picar algunos cuentos de otros autores, lo concluí.


Mi humilde opinión es que no es un gran libro, creo que es solo un libro regular y espero que Saramago tenga mejores novelas y Ensayo sobre la ceguera sea solo la más conocida o mediática. Eso sí, destacó el excelente inicio, que sin mediar explicación, muestra cómo las personas comienzan a quedarse ciegos de la nada. Y cómo esta ceguera comienza a propagarse como si se tratase de una epidemia. Destaco también el final, que es un final contundente, que hace de la historia una parábola de la condición humana:  "Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que,viendo, no ven". No obstante, y como ya indiqué, la novela muestra falencias en la prosa, en la profundidad psicológica de los personajes y en el estilo -desde mi perspectiva- que no la convierten en una obra maestra, sino ,a lo más, en un libro interesante o simpático de fácil lectura.


Espero equivocarme, pero esto es lo que opino.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Tsunami

Tsunami (2012) es la tercera novela del peruano Ezio Neyra (1980) luego de Habrá que hacer algo  mientras tanto (2005) y Todas mis muertes (2006). El título de la novela, como señala Edmundo Paz Soldán, tiene un significado literal y metafórico. La historia gira, básicamente, sobre la fallida historia de amor entre Leandro y Julia. Él es abandonado por ella y su hija, y en medio del "tsunami" que desencadena esta pérdida, deambula en medio de sus recuerdos y así vamos reconstruyendo aquella historia. Narrada con saltos en el tiempo, la historia va cobrando fuerza conforme transcurre. De un inicio algo predecible, y con escenas de su infancia en el pueblo de su abuelo, que no aportan mucho, y una prosa que podría ser más trabajada, la novela va cobrando fuerza en el tramo final, cuando los diálogos del presente (con su primo) y del pasado (entre Leandro y Julia) se van superponiendo y mostrando el desenlace de aquella historia de amor que nació "moribunda". Asimismo, aquel tramo final muestra a los personajes en sus contradicciones y eso los enriquece y potencia. Por ejemplo, cómo a pesar de que ya la relación no va más, Leandro trata de estirar la relación lo más que se pueda.

Algo que no termina mucho de cuajar es la relación homosexual velada que se sugiere entre Leandro y su primo Matías. Es cierto, que hay cierta y sutil carga erótica en las pocas escenas que tienen ambos, y que hay elipsis que dejan preguntas en el aire, pero creo que, salvo el final, y una que otra escena cuando eran adolescentes, faltó mayor desarrollo.

En síntesis, esta novela de Ezio Neyra es una novela regular que tiene algunos momentos buenos, pero que tiene otros prescindibles. Todavía le falta madurar, pero si persevera seguro su próxima novela le permitirá acercarse al objetivo soñado por todo escritor.