martes, 26 de septiembre de 2017

Diario de un profesor (51)

"Corrijo montañas de pruebas y trabajos. Recurro a mis viejos trucos: ir a un café (o a varios) y pedir cosas estimulantes para no sentir que es un trabajo duro y mecanizado; ordenar los textos por los que tienen letra más bonita o más legible, o los que escriben menos, para así darme la sensación de que avanzo más rápido. Uno empieza con mucha lentitud, luego adquiere un impulso asombroso y, al final, desfallece y se pone a contar las pruebas como si fuesen moneditas de oro para pagar una fianza y ser libre. Entonces me pongo a pensar en historias como la de aquel profesor de letras que, se dice, utilizaba el método de la cama: se paraba en una silla de su cuarto, arrojaba todos los exámenes desde lo alto y los que caían dentro de la cama aprobaban. Pienso también en el profesor de ciencias que, se dice también, perfeccionó el método: arrojaba los exámenes sobre la escalera de su casa. La posición de las gradas le daba la nota exacta".

*Extraído del facebook del escritor peruano Marco García Falcón.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Diario de un profesor (50)

Tengo la teoría de que con los años, el profesor va perdiendo no solo la pasión por la enseñanza, sino también la frescura. Esa frescura que solo se posee cuando se es joven. No me refiero, por supuesto, a que el buen docente con el tiempo se convierte en uno malo, pero sí que su desempeño -como un deportista profesional- va decayendo ante el paso inexorable del tiempo. Yo, por ejemplo, tengo 38 años, y tengo colegas diez o doce años menores que yo. Y noto, cuando brindamos asesorías individuales a estudiantes de primeros ciclos, que ellos prefieren a los docentes más jovenes, porque -posiblemente- se parecen más a ellos, hablan su lenguaje y los pueden entender más. Aunque no queramos admitirlo, uno como docente, con el tiempo, se vuelve adulto no solo en el aspecto físico, sino también en el plano de nuestras ideas; es decir, nos vamos cuadriculando, nos vamos tornando más serios y cejijuntos... Sin embargo, ahora que lo recuerdo, uno de mis mejores profesores en la universidad (Óscar Luna Victoria), en ese entonces, tenía más de 50 años y lo hacía excelentemente bien y su pasión era indesmayable. También recuerdo a otro gran profesor mío, Eduardo Rada, al cual conocí cuando tenía unos 46 años, y ahora con sesenta añitos sigue manteniendo ese espíritu lúdico, juvenil y contestario que tanto admiro... Entonces, mi teoría planteada al inicio, tal vez, resulta relativa y depende de cada uno, como profesor, "mantenerse en forma" y batallar como si fuese nuestro primer día frente a un grupo numeroso de alumnos.  

domingo, 3 de septiembre de 2017

Pablo Trapero y Luis Buñuel



Hace casi cuatro semanas, en el marco del Festival de cine de Lima (organizado poor la Universidad Católica), acudí a una clase magistral gratuita del talentoso cineasta argentino Pablo Trapero (1971), director de filmes como Elefante blanco, El clan, Leonera, Mundo grúa, El bonaerense, etc. En medio de la charla en el acogedor cine del Centro Cultural de la Católica, Trapero nos relató una hermosa anécdota que le aconteció a Luis Buñuel, el famoso cineasta español. Cuenta este -en un libro autobiográfico suyo- que en las noches, en medio de sus sueños, se le venían a la mente originales bocetos de historias para sus películas, posibles guiones. Sin embargo, en las mañanas, cuando despertaba, ya no se acordaba de las brillantes ideas que le venían a la mente. Se prometió, entonces, dejar un pequeño cuaderno y un lapicero junto al velador de su cama. De esta manera, se vería impelido a despertarse en medio de la noche y a apuntar su original apunte de historia en aquel cuaderno. Dicho y hecho, esa noche, Luis Buñuel, el director de clásicos del cine como El perro andaluz, logró salir de su mundo onírico y tomar nota, urgido, de la trama de su futura película... La mañana siguiente, despertó y lo primero que hizo fue coger el cuaderno de la mesita de noche, y leer lo que había escrito casi inconsciente. Esto fue lo que encontró Buñuel:
                           "CHICO CONOCE CHICA"

*Foto: Diario Correo (web)