martes, 13 de agosto de 2024

Diario de un profesor (92)

La Inteligencia artificial (IA) ha llegado con fuerza  y actualmente se ha masificado aun más, ya que se encuentra como parte del Whatsapp y el Facebook. La pregunta cae de madura en el ramo de la educación: ¿los docentes cómo deben tomar a la IA? y, sobre todo, en el campo de la redacción, ¿qué papel deberá ejercer el docente?

Primero, debo indicar que no tengo una respuesta clara a estas interrogantes y solo voy a tratar de dar(me) una respuesta tentativa.

Sin duda, la IA ha llegado para quedarse y ya resulta imposible contenerla. Al tener los alumnos la IA como parte de su whatsapp o facebook, esta será parte de su cotidianidad. Por tanto, si el docente prohibe su uso, será como alentar más su práctica. Ergo, el profesor debe buscar formas inteligentes para valerse de esta como un medio y no como un fin al memento de enseñarles a redactar.

Segundo, la IA es tan potente que, con una indicación bien dada, te devuelve, en un par de segundos, un texto bien redactado al cual solo debes pulir ciertos detalles. Por ende, el alumno ya no necesitaría esforzarse preparado un esquema y un texto. ¿Cómo enfrentar esto?, tomando en cuenta que el alumno, comprensiblemente, tomará el camino del menor esfuerzo. ¿De qué manera la IA ayudará a que los estudiantes desarrollen su capacidad escrita? Pareciera, al contrario, que lo debilitará. 

-Se me ocurre plantear ejercicios de redacción durante la clase y que el mismo docente entregue las fuentes a emplear. De esta manera, el alumno se verá obligado a leer los textos (breves) en clase y redacte usando sus propias capacidades.  

-La IA podría servir para que los alumnos hagan las referencias en formato APA (un trabajo mecánico), buscar fuentes (un tiempo que se puede ahorrar para centrarse en la escritura).

-La IA también les podría servir para que, en caso no sepan armar una oración con verbo, aquella les dé la respuesta luego de la debida retroalimentación del docente. En otras palabras, la IA podría servir como un complemento de la retroalimentación. Otro ejemplo: si les coloco que en una idea X faltó un conector de contraste, entonces la IA les puede ayudar, luego de la retroalimentación, a buscar dicho conector (o dicho verbo, signo de puntuación, revisar la concordancia, un sinónimo, precisión léxica, etc.)

Pese a lo anterior, ¿debería dejar a los estudiantes usar la IA durante el proceso de redacción? Sí, para recabar fuentes, indicar las referencias bibliográficas y profundizar la retroalimentación, pero no para la redacción propiamente dicha. Por eso, mi corazón y mi mente me dicen que podría realizar ejercicios de redacción a mano, en hoja física, durante la clase. En suma, buscar que redacten textos breves pero bien hechos. De esta manera, la IA sería un medio de apoyo, pero no un fin en sí mismo.

 

 


 

El sol infante

El sol infante - José Güich | PlanetadeLibros 

El sol infante (2018) es un libro de relatos de género fantástico del escritor peruano Jose Güich Rodríguez. Compuesto de 9 cuentos, el libro resulta valioso dentro del espectro de la literatura peruana.

Personalmente, lo leí en desorden (primero los cuentos más breves y finalmente los más extensos) y mi interés fue en aumento. "Moulin, molino" me pereció un divertimento ingenioso. "Gigante roja a la carta" no lo entendí del todo (el final), pese a que lo leí dos veces. Sin embargo, los demás relatos fueron in crescendo. "Legado" me pareció interesante, aunque había momentos en que debía releer ciertas partes. Pero luego ya no me ocurrió esto. "Cordova,1614" me gustó, sobre todo el final. La historia de "Arabella. Serie B" sobre una tarántula que va aumentando de tamaño me pareció ingeniosa y me atrajo mucho; asimismo, la prosa de Güich mostraba un trabajo con el lenguaje y era funcional. 

Los mejores relatos, sin duda, son "El sol infante" (un cuento futurista sobre un pequeño sol que crean los humanos), "Arabella", "Ofrenda" (cuyo protagonista es el periodista y detective Pablo Teruel, quien debe desentrañar el misterio de unos gallos enfermos), "Botella al mar" y "Los fundadores". Este último es de los más destacados y, aunque tiene una impronta de Julio Ramón Ribeyro, Güich lo dota de su propia sensibilidad. 

En suma, el libro El sol infante es recomendable y contribuye notablemente con la tradición fantástica de la literatura peruana, la cual no es muy vasta a diferencia del realismo.



 

 

jueves, 1 de agosto de 2024

Animales luminosos

 Animales luminosos 

Animales luminosos (2021) es una novela del escritor peruano Jeremías Gamboa, quien ganó notoriedad por su primera novela Contarlo todo (2013) que fue apadrinada por Mario Vargas Llosa. Personalmente, me gustó mucho este libro, sin embargo, no sucedió lo mismo con su última novela.

Animales luminosos es una historia que transcurre durante una noche en Colorado, Boulder (Estados Unidos). Aquí el protagonista es Ismael, un joven de más o menos 30 años que viaja de Perú a  Colorado para estudiar una especialización en Literatura. La trama transcurre a partir del encuentro con un amigo norteamericano quien le presenta a sus amistades, y un encuentro casual, en una bar, con una chica de sus clases de literatura.

La novela arranca bien y Gamboa muestra una solvencia en su prosa (un buen trabajo con el lenguaje) y una fina capacidad de observación para describir personajes, situaciones y lugares. Además, desmenuza prolijamente las interacciones de sus personajes, dotándolos de una riqueza descriptiva y psicológica. No obstante, la trama en un momento -desde mi opinión- se estanca o se vuelve monótona. Parte de la novela se centra en las vicisitudes amorosas de los amigos del protagonista, las cuales ocupan varias páginas. Y se vuelve cansino básicamente porque se nos cuentan las cuitas amorosas de tres de estos amigos: Nate, Tood y Nico, las cuales poseen varias similitudes. Luego, la historia se centra en el encuentro del protagonista con su compañera de clase, y el tema amoroso vuelve a surgir como un elemento clave, pero ya se torna algo predecible. 

Por otro lado, tanto en la historia del protagonista como con uno de los amigos y la chica, se abordan los temas del racismo y clasismo, sin embargo, estos se tratan de manera algo forzada o maniquea. Se nos presenta a Ismael como un joven que escapa de Lima (Perú), una ciudad racista que discrimina a las personas por su origen andino. Y aunque esto es cierto, la manera en cómo Gamboa lo presenta no termina por encajar bien y más parece un hombre acomplejado. Finalmente, y pese a que las prosa de Gamboa es uno de sus mejores logros, hay diálogos que parecen artificiales pues son excesivamente líricos.

En conclusión, Animales luminosos muestra a Gamboa como un autor con talento pero que, al menos en esta entrega, lamentablemente, no llega a cuajar del todo su propuesta artística.

 

Grandes miradas

 Grandes Miradas 

Grandes miradas (2003) es una novela del escritor peruano Alonso Cueto (1954) que aborda el tema de la dictadura del presidente Alberto Fujimori. A partir de esta novela, el cineasta Francisco Lombardi hizo una adaptación al cine para su película Mariposa negra (2006)

La novela de Cueto gira sobre el asesinato del juez Guido Pasos durante la dictadura de Fujimori en los años 90s, por no aceptar un soborno del asesor Vladimiro Montesinos. Tras la muerte de Pasos, su esposa Gabriela, una profesora de escuela, buscará vengarse y asesinar a Montesinos. Entre los puntos destacables de la novela están, en primer lugar, que es entretenida. Se lee con agilidad e interés. En segundo lugar, la prosa impresionista de Cueto es efectiva, es decir, hay un evidente trabajo con el lenguaje y un claro talento para describir personajes, situaciones, lugares, etc. En tercer lugar, la novela posee una estructura coherente y bien organizada. Sin embargo, desde mi punto de vista, la principal falencia de Grandes miradas está en ciertas escenas que resultan inverosímiles y le quitan fuerza a la historia (es lo mismo que sentí en su obra La hora azul). Una de ellas es la transformación de Gabriela tras la muerte de su esposo Guido Pasos. Me resulta forzado cómo cambia su personalidad tan rápidamente, sin ninguna transición de por medio. De un momento a otro, salvo por la muerte de Pasos, deja su trabajo en la escuela y se vuelve una mujer intrépida y osada que no duda en querer matar a Montesinos, el hombre más poderoso y siniestro del país. Otra escena es cuando ella mata a uno de los torturadores de Pasos. Resulta poco creíble cómo esa frágil mujer, sin un previo entrenamiento, termina volviéndose una eximia manipuladora de armas punzocortantes y termina neutralizando y matando a su víctima.

Pese a lo anterior, haciendo las sumas y las restas, y pese a las falencias de la historia, Grandes miradas es una novela de interés que merece ser leída. Y aunque no llega al nivel de Demonio de mediodía, la mejor novela que he leído del autor, Alonso Cueto demuestra que posee un innegable talento.


 

 

 

 

martes, 30 de julio de 2024

Diario de un profesor (91)

Hay que escuchar los comentarios positivos y negativos de los alumnos para tratar de mejorar como docente. Pese a que este fue el ciclo en el que obtuve mi promedio más bajo en la encuesta de satisfacción de los alumnos, reviso esta para ver los aspectos en que debo de mejorar. Sé que la carrera del docente no es solo llegar a una buena institución en la que te paguen decente por tu labor, sino también realizar bien tu trabajo (con pasión) y mantenerse hasta que el cuerpo y la mente te digan que es momento de retirarse.

Reviso los comentarios de mis alumnos y extraigo estas recomendaciones:

-"Profesor, usted califica muy bajo".

-"Explica bien los temas, sin embargo, debería tener un poco más de paciencia en cuanto nos equivocamos"

-"Sugiero que explique los temas a fondo en clase..."

-"Es buena persona solo que a veces le pregunta siempre o menciona a una sola persona"

- "Podría mejorar en sus métodos de participación con los estudiantes".

-"Buen profesor en todo los aspectos mencionados, el único punto que debería mejorar es en ser más flexible"

-"Es buen profesor. Sin embargo, califica muy bajo y siempre encuentra errores mínimos en cualquier texto".

No utilizaré este espacio para defenderme o justificarme, ya que en varios puntos los estudiantes tienen razón. Al contrario, agradezco sus comentarios porque me sirven para mejorar día a día. 

 

 

Diario de un profesor (90)

Este ciclo universitario pensé que estaba cuajando como docente, es decir que, con los años, estaba madurando y volviéndome un profesor más solvente y seguro. Más aún, ilusamente, creí que, en general, era un profesor carismático, que caía bien a los alumnos y no generaba grandes odios a diferencia de otros colegas. Sin embargo, me equivoqué de cabo a rabo. Hace un par de días, revisando la encuesta de satisfacción que se hace a los alumnos, vi, anonadado, que mi promedio estaba por debajo de la media. Por primera vez en 3 años y medio, mi promedio era bajo y los estudiantes me habían calificado duramente. Lo que me sorprendió, sobre todo, fue lo pobre que me calificó una de las aulas. Y recién en ese instante até cabos. Era una de esas aulas tranquilas, silenciosas, sosegadas, que no te generan problemas. No obstante, como me ocurrió en trabajos anteriores, recordé que precisamente esas aulas sosegadas eran las que te calificaban más bajo. Recordé que detrás de esos rostros tímidos, hay algunos alumnos que te odian en silencio o simplemente les caes chinche, y esperan la encuesta para expulsar su rencor o antipatía. Por otro lado, y como casi siempre me ha ocurrido, el aula más bulliciosa, esa sección donde están los palomillas que te hacen esforzar el doble o el triple, fue la que me calificó más alto. Moraleja: el docente no debe creérsela nunca, debe seguir trabajando humildemente dando lo mejor de sí. Y segunda y última moraleja, como dice el dicho: "Del agua mansa líbreme dios, que de la brava me libraré yo". Por tanto, a seguir aprendiendo.

jueves, 7 de marzo de 2024

Otra vuelta de tuerca

 

Otra vuelta de tuerca es una novela del escritor estadounidense Henry James (1843-1916) que fue publicada por entregas en 1898 y es una obra maestra del suspenso. Sin dudas, luego de leerla considero que la novela no ha envejecido y, por el contrario, se mantiene fresca e incólume al paso del tiempo.

Se dice incluso que esta novela fue una importante referencia para el guion de la película Los otros (2001) que escribió y dirigió el talentoso cineasta español Alejandro Amenábar. 

La trama gira en torno a una joven mujer quien es contratada como institutriz para cuidar a dos pequeños hermanitos; sin embargo, el misterio se hace presente desde el inicio porque el hombre que la contrata para que vaya a su casa de campo en Bly (Londres) le indica que no debe escribirle ni molestarlo bajo ningún motivo. Otro cabo suelto es que la joven institutriz especula el porqué de ese misterio y si eso está vinculado con que el niño varón (Miles) ha sido expulsado del colegio. 

Al inicio, el temor de la institutriz se despeja al conocer a los hermanitos (Miles y Flora), dos seres preciosos e inteligentes que irradian bondad. Además, su labor se ve apoyada por la buena ama de llaves, la señora Groose. No obstante, la situación se comienza a tornar sombría cuando la institutriz se entera que la anterior institutriz había huído de la casa de campo y posteriormente había fallecido. Más aún, luego la protagonista presencia la aparición de dos seres fantasmales que, por sus rostros, parecen ser la institutriz fallecida (la señorita Jessel) y un empleado antiguo (Quint), quienes antes de morir habían tenido un fuerte vínculo con los dos niños.

La novela, a partir de ahí, se vuelve en una trama del más inteligente y fino suspenso, en el cual no sabemos si estos seres fantasmales son reales o son simples alucinaciones de la institutriz, quien es la narradora. Ella busca proteger a los dos niños de esos fantasmas perversos; sin embargo, desde su punto de vista, tanto los niños Miles y Flora, pese a que muestran un aura de candidez y ternura, en el fondo ya se encuentran subyugados por el poder de esas sombras malignas. Asimismo, la intriga se acrecienta, ya que los personajes de los niños y la institutriz y sus diálogos están magistralmente delineados. A través de capítulos cortos, vamos asumiendo la postura de la narradora (la institutriz) y creyendo que esos niños, que parecen conversar con los fantasmas de la casa, son también pequeños perversos y manipuladores que se escudan en su apariencia de inocencia, para hacer enloquecer a la institutriz. Sin embargo, como bien dice el título, el autor Henry James plantea otro giro u "otra vuelta de tuerca" al final de la historia para dejar perplejo a los lectores. 

Sin duda, una obra maestra y un libro muy recomendable.