lunes, 31 de agosto de 2020

Diario de un profesor (71)

Fragmentos del libro de Daniel Goleman, La inteligencia emocional, 2019 (1995) 

-"El grado en que los trastornos emocionales  pueden interferir la vida mental no es ninguna novedad para los profesores. Los alumnos que se sienten ansiosos, enfurecidos o deprimidos no aprenden; la gente que se ve atrapada en esos estados de ánimo no asimila la información de manera eficaz ni la maneja bien". (Goleman, p.104)

-"Ser optimista, al abrigar esperanzas, significa tener  grandes expectativas  de que, en general, las cosas saldrán  bien en la vida a pesar de los contratiempos y las frustraciones. Desde el punto de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que evita que la gente caiga en la apatía, la desesperanza o la depresión ante la adversidad. Y, al igual que la esperanza, su prima hermana, el optimismo reporta beneficios en la vida (por supuesto, siempre y cuando sea un optimismo realista; un optimismo demasiado ingenuo puede resultar catastrófico)". (p.114)

-"Es la combinación de talento razonable  y la capacidad de seguir adelante ante las derrotas [el optimismo] lo que conduce al éxito [...] Lo que uno necesita saber con respecto a alguien es si seguirá adelante cuando las cosas resultan frustrantes" (p.115)

-"Howard Gardner, el psicólogo de Harvard que desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples, considera el estado de flujo y los estados positivos que lo caracterizan como parte de la forma más saludable de enseñar a los chicos, motivándolos desde el interior más que amenazándolos u ofreciéndoles una recompensa. ´´Deberíamos  utilizar los estados positivos de los niños para incitarlos a aprender en los campos donde ellos puedan desarrollar sus capacidades´´, me explicó Gardner. ´´El estado de flujo es un estado interno que significa que un niño está ocupado en una tarea adecuada. Uno debe encontrar algo que le guste y ceñirse a eso. Es el aburrimiento en la escuela lo que hace que los chicos peleen y alboroten, y la sensación abrumadora de un desafío lo que les provoca ansiedad con respecto a la tarea escolar. Pero uno aprende de forma óptima cuando tiene algo que le interesa y obtiene placer ocupándose de ello´´ (p.121)


jueves, 20 de agosto de 2020

Una historia

1 de marzo

Estoy en el aeropuerto sola. Son las 12 de la noche y mi vuelo sale a las 6 de la mañana. Observo a la gente a mi alrededor. Seguramente, a mí también  me observan disimuladamente. A mi costado, sobre una mesa de madera, un café humeante me acompaña. Veo que la gente hace cola en el patio de comidas para degustar un sánguche, un cuarto de pollo, una dona, una pizza. Gente de todas las edades y razas, con rostros risueños o adustos, sentados o parados, con grandes equipajes o pequeños bolsos, conversan o simplemente observan. Un grupo de cuatro jóvenes, posiblemente italianos, juegan cartas y sonríen animados. A mi lado derecho, una pequeña y joven mujer, de traje azul y amarillo y el cabello recogido, recoge la basura en un pequeño carrito que empuja con las manos. Al frente mío, una mujer madura, de blusa blanca y chaleco naranja, toma un café con una dona seguramente en medio de su descanso. Un joven de menos de 30 años, el cabello corto, camina de un lado a otro con su pequeño hijo en los brazos. Es verano en Lima y el calor se siente incluso en la noche. A mi lado izquierdo, una joven pareja se sienta con una bandeja de pollo y papas fritas. Y la gran mayoría, ensimismados, como zombies, en sus celulares seguramente observando sus redes sociales.

Seguramente se preguntarán a dónde viajo. Pues a Cajamarca, una provincia al norte del Perú, en la sierra. En los últimos años, desde que cumplí 30, he viajado bastante. He conocido Arequipa, Iquitos, Cuzco, Apurímac. Y del extranjero, Buenos Aires, Río de Janeiro, Madrid, Roma, Florencia, París y Nueva York. Antes, en mis veintes, no tenía el impulso de viajar, pensaba que no era necesario para encontrar el sentido a la vida o a mi vida. Sin embargo, eso cambió con la llegada a los 30. Seguramente sentí, como usted lector, que me estaba volviendo vieja o simplemente el reloj de la juventud comenzaba a correr. Entonces, al menos una vez al año, compraba un boleto de avión o un ticket de bus y partía a un lugar desconocido. En un aeropuerto, en cuestión de minutos u horas, te topas con gente diversa, con la que nunca más te volverás a encontrar, y tan pronto como te percatas de su existencia, al intercambiar miradas fugaces o una breve conversación durante la larga espera, desaparecen, se esfuman como por arte de magia. Por ejemplo, el joven simpático que hace cinco minutos comía una pizza frente a mí, que tenía los labios gruesos, bien delineados y la frente amplia, ha desaparecido, y ahora, en el mismo lugar, dos chilenos y una chilena, con aquel característico cantito, comen también la misma pizza caliente de aquel joven que nunca más volveré a ver.

Les confieso algo. Hoy cumplo 36 años. Bueno, al mediodía los cumpliré. 12 y 32 a.m.  para ser exactos, tal como indica mi partida de nacimiento. Arriba mío, una lámpara de techo me enceguece con su luz fluorescente. En la mesa de madera, restos de azúcar, del café que tomo, nacen desperdigados junto a una servilleta. Y un macetero pequeño luce unas plantas de tallos delgados y hojas largas, que sirven de separación con quienes se sientan frente a mí. Como les decía, hoy cumplo años y viajo sola a Cajamarca. No crean que soy solitaria o ermitaña, he realizado varios viajes con grupo de amigas, con alguna expareja o alguna amiga, pero también lo he hecho sola, y me parece una experiencia que vale la pena. En esos cinco o seis días que dura la travesía, se vive intensamente, y acumulas experiencias que quedarán grabadas por siempre en la memoria.

Veo la hora: es la 1:30 a.m. Es tiempo de pasar a la zona de embarque.


                                                                             ***

Mayólicas blancas relucientes que reflejan los fluorescentes de la amplísima sala de embarque. Frente a la pantalla del televisor que indicará la puerta de embarque de mi vuelo, espero sentada en un cómodo asiento de cuero negro y base metálica. La sala de embarque, a las 2 a.m., luce semivacía y, salvo por la música de moda tenue que fluye por los parlantes,  las tiendas de platería y comidas bien iluminadas, un halo de animosidad le confiere a la escena. La gente, sola o en grupo, busca algún asiento algo alejado, que le dé momentánea privacidad, para poder recostarse a descansar, ver algún video en su celular o comer algún bocadillo. Una mujer joven, con una gran mochila en la espalda, llega con una mascarilla que cubre su boca y se sienta frente a mí. Es el coronavirus, una epidemia que se originó en China y se ha esparcido en el último mes a Europa, y esta semana, ha llegado a América Latina.

Al observar trabajando al personal de limpieza, con sus pantalones azules y camisas celestes, al joven del counter de información, a la muchacha que atiende en el Starbucks, al carrito con luz titilante que se desplaza por la pista de aterrizaje, uno entiende que hay vida mientras la gran mayoría se entrega a las manos de morfeo. 








jueves, 13 de agosto de 2020

El vampiro temeroso

El vampiro temeroso (2019) es un libro del escritor peruano Santiago Roncagliolo dirigido al público infantil. Compré el libro pensando en mi sobrina de casi 7 años, pero lo leí por curiosidad y pasé un momento divertido y entretenido. Este libro de Roncagliolo trata sobre una niña cuya madre ha fallecido recientemente, y recibe la noticia de su padre que van a mudarse a la provincia de Ancash. Ahí tiene que integrarse a su nuevo colegio, donde sufre el bullying de una niñas, y conoce a la nueva novia de su padre, a quien ve como una intrusa que usurpa el sitial de su madre. En ese contexto, Mariela -la niña protagonista- conoce a un joven vampiro quien trata de asustarla, pero sin éxito. Por supuesto, esto se asemeja al relato de Oscar Wilde, "El fantasma de Canterville", pero, sin embargo, Roncagliolo se vale bien de este recurso del vampiro torpe, para crear una divertida e ingeniosa historia.

Con el transcurrir de esta historia, se crea un vínculo de amistad entre Mariela y el vampiro. Y este le ayuda a ella a superar el bullying que sufre por parte de aquellas compañeras del colegio. Por otro lado, destaco la prosa y el humor de Roncagliolo. Hay momentos hilarantes y muy bien contados. Las ilustraciones, en blanco y negro, solo son regulares, Finalmente, el joven vampiro le enseña a Mariela a aceptar a las personas no por lo que parecen, sino por lo que son por dentro. Eso la lleva a ella a darle una oportunidad a la novia de su padre. 

Por lo anterior, si tienes una niña o niño en casa entre 7 a 9 años, creo que este libro sería un hermoso regalo para que se enamore de la lectura. 













domingo, 9 de agosto de 2020

Mario. El universo Vargas Llosa

 

Mario. El universo Vargas Llosa es una historia gráfica, aparecida en el 2019, sobre la vida del premio nobel de Literatura 2010, el peruano Mario Vargas Llosa. El guion está escrito por Carlos Enrique Freyre y las ilustraciones a cargo de cuatro jóvenes: Jesús Castro, Doménico Pagano, Daniela Gamarra y Omar Carrillo. La historieta está dividida en 4 capítulos que abarcan la vida del escritor peruano desde su infancia hasta su consagración, con pequeños saltos en el tiempo. Por ejemplo, el capítulo 1 se titula "Origen" y el ilustrador es Jesús Castro; el segundo capítulo se denomina "Formación", y el ilustrador es Doménico Pagano; el tercer capítulo, "Expansión", a cargo de Daniela Gamarra; y el último capítulo, "Consagración", a manos de Omar Carrillo

Esta biografía de nuestro nobel a manera de historia gráfica es un bonito homenaje a aquel. Está muy bien hecha y brinda información valiosa que no conocía. Por ejemplo, que Vargas Llosa, para finalizar su segunda novela La Casa Verde, se hizo pasar por un ingeniero, con un gran proyecto agrícola, para que el Ejército peruano lo llevara a la selva peruana y pudiera recorrer nuevamente el Alto Marañón y poder visitar así la comunidad Santa María de Nieva, en donde se ambientaba parte de su novela. Asimismo, las ilustraciones, cada una con un propio estilo, pero con una unidad de conjunto, aporta al desarrollo de la trama bien engarzada. Valga decir, la propia vida de Vargas Llosa es una novela en sí misma, casi como una aventura de algunos de sus personajes más célebres, aunque con un desenlace feliz. 

En suma, este libro es recomendable para todos aquellos que quieran adentrarse en la biografía del notable escritor peruano. Y será, estoy seguro, la delicia de sus admiradores, entre los cuales me incluyo. ¡Excelente iniciativa esta historia gráfica!