jueves, 29 de diciembre de 2011

Fin de año


Es fin de año y para escapar del tedio, del aburrimiento, del vacío propio de estos fechas, y aprovechando las pausas del trabajo,él (tú, yo) mira(mos) películas que le (me, te)digan algo, que lo emocionen, que le den un sentido a su vida, que le quiten, al menos por una hora, la insatisfacción que lo rodea. Y así, él (llamémosle Miguel) se sopla la saga "Millenium", las pelas por supuesto, y la pasa bien. Le gusta la historia, y sobre todo el personaje de Lisbeth Salander (muy bien interpretado por Noomi Rapace). Es cierto, la saga no es una obra maestra, pero es indudable que está bien hecha y que la historia y las actuaciones cumplen). Además, luego de ver las tres cintas, Miguel se queda con las ganas de leer la trilogía de Stieg Larsson y que, ahora recuerda, tuvo palabras de elogio por parte de Vargas Llosa y Jaime Bayly y también una fuerte crítica de parte de una profesora de Redacción. Ah, a Miguel no se le quita de la cabeza que la tal Salander tiene onda o fuerte similitud con Nikita, el gran personaje de la película de Luc Besson. De hecho, especula Miguel, el tal Larsson tuvo, al momento de crear su personaje de Salander, a Nikita en la mente.

Por otro lado, Miguel,en busca de emociones, y gracias al azar, mira la película "Somewhere" (2010) de Sofía Coppola (muy guapa, por cierto) y nota que es un cine distinto, personal, pero que no llega a aburrir. Este cine está más lleno de silencios, de tomas largas que muestran al personaje tal cual. En esta pela, la talentosa Sofía muestra el mundo solitario de un actor famoso (no es casual que el personaje se llame Johnny Marco). El tal Marco -interpretado por Stephen Dorff- es retratado en su mundo de lujos y comodidad, pero sobre todo en su mundo de soledad, de tedio, de falta de cariño, de búsqueda de sensaciones (como Miguel) que lo emocionen, que le digan algo, que lo hagan sentirse vivo. Y las pocas veces que lo logra es al lado de su hija de 11 años, que lo muestra, por instantes, feliz o al menos calmo. Por eso, la película le termina gustando a Miguel, porque refleja que no importa de dónde eres, si tienes plata o no, si viviste en esta época u otra, al final todos los seres humanos nos sentimos vacíos e insatisfechos: ese es el sino del ser humano y hay que aceptarlo. ¡Feliz año nuevo!

domingo, 25 de diciembre de 2011

Noche de cuervos


Noche de cuervos (1999) es la primera novela que escribió Raúl Tola y de la cual se hizo una película titulada Bala perdida (2001), dirigida por el también peruano Aldo Salvini. La novela narra, desde el punto de vista de un adolescente, el viaje de promoción de un grupo de muchachos limeños al Cusco. El protagonista es un muchacho rebelde que ve en el licor, las drogas y la búsqueda de sexo (pues es virgen) la liberación a sus problemas, al mundo que le jode y a la gente que le resulta insoportable. Su único amigo, aunque él es reacio ha llamarlo así, es el Rafa y unos cuantos más que resultan esporádicos: el Rulos, el Búho, etc. La novela escrita al estilo de la literatura de los beatniks (Kerouak, Bukowski) relata las series de experiencias que vive este joven y su grupo en esos días de viaje de promoción. Por ende, compartimos su mundo de incertidumbres, de juerga, de más juerga, de recorridos a discotecas, un prostíbulo, a Machu Picchu, acompañados siempre de sus infaltables tronchos, coca y harto licor.

Tola, y ese es uno de sus méritos, hace de Noche de cuervos un libro de ágil lectura, agradable de leer, con una prosa sencilla pero bien funcional que a veces roza la belleza y donde se da la maña de jugar con técnicas narrativas como la repetición de frases (con el fin de causar como ecos de sus pensamientos), juegos oníricos y surrealistas, recuerdos del pasado que complementan la historia del protagonista y que lo enriquecen. Sin embargo, y ahí está el defecto del libro, la historia se vuelve reiterativa y predecible: el protagonista no hace más que quejarse de que el mundo en que vive no le gusta y que por eso quiere suicidarse, pero como no puede pues no se atreve, se emborracha y droga hasta el cansancio. Con todo, Noche de cuervos es un libro que vale la pena leer, pues muestra una sensibilidad particular (aunque ya resulta copia de los maestros beatniks), y nos recuerda que hay que escribir con las tripas, siendo lo más sincero con uno mismo.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Habrá que hacer algo mientras tanto


La novela breve Habrá que hacer algo mientras tanto (2005), del peruano Ezio Neyra Magagna (1980), es regular en calidad. La primera vez que la leí, el mismo año de su publicación, me pareció buena, pero ahora que la he releído reconocí sus defectos y también algunas de sus virtudes. Se nota que es el libro de alguien que se inicia en el oficio de la literatura y, por tanto, su prosa está en proceso de transición y solo por momentos coge vuelo y propia personalidad. El inicio resulta bueno, como una suerte de prólogo o introducción a lo “Velódromo” de Fuguet, para luego abordar el relato de los tres personajes que “también éramos uno”: Alto, Flaco y Mediano, quienes buscan darle un sentido a sus vidas construyendo una nave y partiendo en un “viaje” sin destino. Sin embargo, los conflictos entre ambos, que existen por doquier, al momento de construir su embarcación y durante la travesía resultan superficiales e irreales. Ezio Neyra no llega a formar o crear, y solo queda en el intento, un mundo ficcional con sus propias leyes y autonomía. A pesar de todo esto, la virtud de esta novela está en ese mismo empeño por construir una novela, digamos, existencialista (el título y el epígrafe de Freud no resultan casuales) pero que huye de lo real, para enclavarla en lo fantástico, lo irreal, lo figurativo, lo metafórico. Sin embargo, y como ya dijimos, Neyra solo se queda en el intento y no llega a cuajar una propuesta que quiso ser original. Con todo, Neyra demuestra cierto talento y puede escribir algo mejor en el futuro.

jueves, 22 de diciembre de 2011

¡Qué bello es vivir!


¡Qué bello es vivir! (1946) del director Frank Capra es una obra maestra. Han pasado 65 años desde su lanzamiento y aún sigue conmoviendo, aún se mantiene fresca, actual, ágil. La trama es sencilla pero formidable, las actuaciones son excelentes: James Stewart (George), Donna Reed (Mary), Lionel Barrymore (Mr. Potter), Henry Travers (el ángel Clarence)y otros. Es un drama salpicado de humor y detalles (como en toda obra maestra: la bola de madera de la escalera de la casa de George que siempre se sale cuando este se sujeta para subir, la escena cuando George le declara su amor a Mary, etc). Incluso, la película muestra un mensaje de optimismo y esperanza (como en buena parte de las películas de Capra).

La historia es sencilla: un hombre (Stewart) que tiene una empresa de préstamos para construir casas y que se ve, de pronto, en bancarrota por la pérdida de una buena suma de dinero. Es víspera de Navidad y se encuentra totalmente desesperado pues lo pueden meter a la cárcel. Borracho, se dirige al puente del pueblo y mira el mar y piensa en suicidarse. Sin embargo, un ángel le salva la vida y le muestra, luego, qué hubiera pasado si él no hubiera nacido. Allí, George (Stewart) se va percatando que si no hubiera nacido, la vida de muchas personas sería diferente para mal: su hermano no hubiera sobrevivido al accidente que tuvo a los 8 años, su mujer (Mary) se hubiera quedado solterona, mucha gente de su pueblo no hubiera podido acceder a una casa propia, etc. Es así, que luego de este “viaje con el ángel Clarence” desea volver a vivir y esto le es concedido. Así, la escena retoma cuando George está en el puente y llega el policía del pueblo y lo saluda. George lo ve y salta de la alegría, comienza a correr por su pueblo como si hubiera vuelto a nacer, les desea feliz Navidad a todos incluso a su enemigo Potter, llega a su casa feliz para abrazar a su mujer e hijos, ya no le importa si tiene una gran deuda, ya no le importa si lo van a llevar a la cárcel, total, lo más importante, está vivo. Y el final es feliz, completamente feliz: la gente del pueblo al enterarse de su deuda, a través de su esposa, lo ayudan dando lo poco que tienen y alcanzando la suma adeudada. Excelente película, excelente película para reflexionar sobre la vida y para entender que el espíritu de la Navidad y de Dios no se deben perder, pues nos ayudan a vivir, a tener esperanza y sueños.

Thriller


Gracias a la promoción del diario El Comercio he podido comprarme el disco "Thriller" (1982) de Michael Jackson, que es el más vendido en toda la historia. El disco, qué duda cabe, es bueno, pero no llega a ser una genialidad (claro, qué determina o no la genialidad es algo bien subjetivo, pero aún así me atrevo a decirlo). Aquí encontramos tres hits seguidos: Thriller, Beat it, Billy Jean (que son las canciones 4, 5 y 6). Las demás no se quedan atrás y tienen su gracia particular. La primera y la octava, Wanna be starting something y Pretty young thing, están en la onda soul bailable de las tres anteriores; pero las canciones 2,3, 7 y 9 (que cierra el disco), son baladas en el estilo de Jackson.

Mi humilde teoría de por qué "Thriller" es el disco más vendido de la historia se debe a la gran maquinaria de márketing que tuvo su lanzamiento y difusión y a que muchas de estas canciones estaban acompañadas de geniales videos que eran como pequeñas películas que marcaron el rumbo del negocio de la música. ¿Quién no, cuando era niño, quedó maravillado con el video de Thriller o Beat it? El rock es muchas veces más forma que fondo, y Michael Jackson, y la gente del negocio que estaban detrás de él, lo sabían muy bien y lo supieron aprovechar a la perfección. Con todo, Jackson fue un buen y talentoso músico, que partió muy pronto.

Video de Beat it:
http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&NR=1&v=oRdxUFDoQe0

Crónica de una muerte anunciada


Leí esta novela cuando estaba en el colegio, si no me equivoco, y me gustó mucho. Llevé conmigo la historia de Santiago Nasar durante mucho tiempo. Pues, bien, la he vuelto a releer después de buenos años y tengo sentimientos encontrados, La verdad es que me sigue pareciendo un buen libro, pero no genial. Crónica de una muerte anunciada (1981) es una novela sencilla, pero muy bien escrita y estructurada. A medio caballo entre la literatura y el periodismo (pues el narrador reconstruye la muerte de Santiago Nasar), la historia esta dividida en 5 capítulos: el primero, la mañana en que iban a matar a Nasar y cómo la gente que lo conocía recordaba aquel día y a la víctima; el segundo, la historia entre Bayardo San Román y Ángela Vicario, el pedido de mano, los preparativos para la boda, la boda misma, la devolución de la novia por parte del novio, el anuncio, por aparte de Ángela, de quién fue el que le quitó la virginidad. En el tercer capítulo, el juicio a los hermanos Vicario por la muerte de Santiago Nasar, de cómo casi todo el pueblo sabía que estos andaban buscando a Nasar para matarlo (el narrador se vale de diversas fuentes) y sin embargo no pudieron evitar una muerte anunciada de antemano. En el cuarto, la autopsia a la víctima y la vida de los involucrados en la tragedia después de esta. Finalmente, en el último capítulo, se cuenta al detalle la muerte de Santiago Nasar aquel día después de la boda.

Crónica de una muerte anunciada es, como ya dije, una buena novela breve que tiene su mayor virtud en ese cruce entre periodismo y literatura. Además, destaca por su buena prosa y su elaborada estructura (disfrazada de una aparente sencillez); sin embargo, al menos esa es mi opinión, no llega a la altura de las grandes novelas del escritor colombiano Gabriel García Márquez: Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera. En suma, aquí el colombiano demuestra su oficio de escritor y magnífico contador de historias, pero no llega a alcanzar la genialidad que sí se aprecia en las obras ya mencionadas.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El Príncipe


Acabo de terminar de leer El Príncipe (1513), del italiano Nicolás Maquiavelo, y no me cabe duda, es una obra maestra. Maquiavelo le dedica su obra a Lorenzo de Médecis y expone, de manera brillante, la manera de gobernar un Estado y los misteriosos hilos del poder. Sorprende de El Príncipe, la agudeza de Maquiavelo para describir, analizar y desmenuzar, a lo largo de sus breves capítulos,las diversas variables que se manejan en el poder: las cualidades que debe tener un Príncipe, con quiénes debe aliarse,los tipos de consejeros con lo que debe rodearse,sobre si ser odiado o temido o justo, sobre cómo enfrentar los embates del azar o la fortuna,etc.

Maquiavelo, y ahí está su gran mérito, recoge los matices y complejidades del poder, que muchas veces se enfrentan contra la moral tradicional; y el italiano,siguiendo un pensamiento pragmático,propone soluciones prácticas al Príncipe para acallar sublevaciones o rebeliones internas o externas. Cosa curiosa, en ningún momento del texto Maquiavelo señala la famosa frase: "El fin justifica los medios". Por tanto, esta ha sido más una interpretación e inferencia de lectores sobre su obra. Lo que sí dice Mauiavelo es que el príncipe, a veces, debe dejar de lado la moral tradicional, para poder vencer: usar la violencia cuando sea necesario, mentir en ocasiones, etc. Y esto no lo dice porque crea que deba ser así, sino por simple constatación de la realidad. Finalmente, Maquiavelo, en esta obra, plasma un ensayo magnífico, muy buen escrito, que fluye con prosa precisa, y que, aunque polémico, aborda el alma compleja del ser humano.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Nikita


Nikita (1990), del francés Luc Besson, es una gran película. Es conmovedora la historia de esta joven drogadicta y asesina, quien es readaptada para trabajar por el gobierno francés. Es alucinante el personaje en sí, está magistralmente construido y personificado maravillosamente por la actriz Anne Parillaud. Igualmente, los demás personajes funcionan de maravilla: el policía o agente del gobierno francés interpretado por Tcheky Karyo; y Marco, la pareja de Nikita, representado por Jean Hughes Anglade.

Asimismo, la historia corre o fluye magistralmente: la readaptación, la prueba de fuego para Nikita, la vida “normal” de ella junto con Marco, los llamados por teléfono intempestivos para que cumpla con sus misiones, la historia de amor entre Marco y Nikita, la última misión. Salvo el final, que no es un desenlace contundente, la película sin duda es una obra de culto y dice mucho de lo que sería la próxima película de Besson: El profesional (1994). Por si fuera poco, en la película aparece Jean Reno en su papel de “limpiador” que lo hará famoso en “El profesional”. De visión obligatoria. Imperdible. Hay una sensibilidad propia del director que se respira en la película, creando un mundo particular. Dato curioso: la actriz Anne Parillaud, quien hace de Nikita, fue la pareja de Besson entre 1986 y 1991. Es decir, era su novia durante la filmación de la película. Y al año siguiente acabaron.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Entrevista a Rafo Ráez


A continuación una entrevista que le hice al talentoso músico Rafo Ráez a fines del 2005. Apareció en la revista virtual ConTradicciones:

“A veces me arrepiento de no haberme corrompido”
Rafo Ráez, qué duda cabe, es uno de los músicos más talentosos y controvertidos de nuestro medio (aunque no valorado en su justa medida). Hace poco sacó a la luz su nuevo disco “Pez de fango”(2005) en asociación con el poeta José Watanabe, que escribió las letras de las canciones (no confundir con poesía que es otra cuestión). Ahora, ha diez años de haber editado su ya recordado “Suicida de 16”, realizamos un viaje a través de su carrera artística (y su vida) guiada por la experimentación, la búsqueda constante y la inevitable incertidumbre.

¿En qué se diferencia “Pez de Fango” de tus anteriores discos?
Básicamente en que yo soy el productor. Las texturas sonoras han sido definidas por mí en un grado mayor que en los otros discos. Éste es un trabajo muy personal.

¿Cómo fue el proceso de trabajar junto a un poeta como José Watanabe?Largo. Ha sido un proceso largo. Ha tomado casi dos años de trabajo.

¿Cómo ves a la distancia tus anteriores discos?, ¿qué sensación te produce el escucharlos?
A mí lo que me gusta de mis discos es que cuentan una historia. Creo que tengo una discografía que muestra cambios, investigaciones, estrictas preferencias en estrictos momentos y eso me demuestra que he estado vivo todo este tiempo.

Recuerdo tu disco “Muéranse” en el que mandabas al diablo a los que te criticaban, ¿cómo tomas ahora las críticas?
(Largo silencio) A nivel humano las cosas no han cambiado mucho desde ese disco, ni en mí ni en mi entorno... Mi mayor problema es que yo me trato muy mal. No hay nadie que me trate tan mal como yo. Pero eso no es algo de lo que pueda estar orgulloso.

¿Qué es lo más bello y lo más difícil que has tenido que vivir en estos diez años de carrera?
Lo más gratificante ha sido la capacidad de estar a solas y completamente feliz cuando uno está componiendo. Y lo más duro el no haber podido compartir esa alegría con los demás.

Lima, 5 de septiembre de 1968

¿Qué recuerdas de tu infancia que pudo haber influido en tu vocación?
Tal vez haber escuchado muchísima música clásica y, probablemente, los dibujos del ratón Mickey que siempre salía dirigiendo una orquesta. Y ya un poco más grande, como yo era un patita que cantaba y tocaba guitarra, que la gente me dijera que sea músico.

Tu hermana es Rebeca Ráez, actriz y directora de teatro, y tu padre Ernesto también es hombre de teatro. ¿Cómo incidió esto en ti?
Aunque siempre me gustó el teatro, nunca quise abusar del hecho de que mi familia fuera del medio. Es por eso también que me dediqué a la música. Pensé que debía hacer las cosas por otro lado.

¿Cómo influyó tu padre en tu vocación artística?
Bueno, nosotros crecimos separados. La influencia artística me viene más del lado de mi mamá (Estela Luna), aunque ambos no son tan distintos. Ella se dedicaba a escribir obras de teatro.

¿Cuándo decidiste dedicarte en serio a la música?
Cuando compré instrumentos musicales con un valor económico que me tuvo en deuda como tres años. Era el año de 1994.

¿Tuviste temor antes de embarcarte en esa travesía?
No tuve temor porque no conocía el fracaso.

¿Es decir que luego lo conociste?
Claro.

¿Y qué significó el fracaso para ti?
Mi divorcio. (Largo silencio)


Cambiando de tema ¿qué tanto te cuesta componer una canción?

Componer es una cosa que disfruto mucho. Es verdad que me cuesta trabajo pero soy feliz cuando estoy haciéndolo.

¿Han cambiado tus razones de por qué haces música ahora a cuando empezaste?
Bueno, yo antes hacía música por mí y ahora la hago por mi hijo. Me gustaría que él (tiene seis años) cuando escuche mis discos, que creo que son buenos, sepa quién fue su papá.

¿Quiénes eran tus ídolos, tus referentes musicales en tus inicios?
Básicamente los mismos de siempre. Los Beatles y a partir de cierto momento Bjork.

¿Por qué los Beatles?
Porque me recuerdan mi infancia. Me parece música muy colorida y muy física (y Bjork también). Mientras suena parece que estuviera muy sano del cuerpo, especialmente del esqueleto y que hubiera muchos colores.

Después de tanto tiempo en esto, ¿qué es mas importante: el talento o esfuerzo?, ¿qué les dirías a aquellas personas que quieren dedicarse al arte pero son conscientes de sus limitaciones?

Hay una cosa clave con el talento. Uno no construye una vida sino objetos. Es decir una canción, un libro, un poema. Entonces si alguien tiene la necesidad de crear un objeto debe hacerlo. Pero no creo que alguien tenga la obligación de crear una carrera artística. (Pausa). Crear un objeto es un compromiso moral con uno mismo. Es casi como ser honesto. Y en ese sentido ser honesto, que se parece mucho al esfuerzo, es hasta más importante que tener talento.... Yo siempre digo que uno debe vender lo que uno está dispuesto a comprar.

Finalmente, ¿a qué te dedicarías si nacieras de nuevo?
¿Sabiendo cómo es el mundo?



(Larga silencio) Prostituta. Claro que una prostituta inteligente.

¿Y por qué? No creo que ellas la pasen muy bien
(Silencio) Lo que pasa es que no todo lo que uno habla es lo que uno es. Hay que entender que... yo no estoy bien. A veces me arrepiento de no haberme corrompido.

¿En qué sentido?
En que nunca transe con nada. Siempre fui yo mismo. A veces me odio por eso.

¿Pero acaso ser uno mismo no es lo ideal?
Ciertamente es lo ideal, pero ciertamente no vivimos en un mundo ideal... Yo siempre le he vendido a los otros lo que yo compraría. Esa ha sido siempre mi ley... Pero parece que el mundo está diseñado para los que venden cosas que ellos mismos no comprarían. Y entonces entro en crisis.

¿El éxito no iría de acuerdo a la calidad de la música?
Eso es cierto. Sinceramente siento que muchos venden música que ellos no comprarían.

Breve epílogo
Qué duda cabe acerca de lo dicho por Rafo. Definitivamente, de haberse él corrompido, estaría hoy gozando de una mayor estabilidad económica. Sin embargo, su música, pensamos, se hubiera empobrecido. Pues creemos que la calidad de su obra (¡y vaya que existe calidad!) se debe a esa honestidad que él defiende. Es esa honestidad la que lo ha llevado a arriesgar y a jugar con los más variados y disímiles registros musicales. Y es esa honestidad la que le ha permitido crear un buen número de bellas e imprescindibles tonadas que todos agradecemos.

sábado, 22 de octubre de 2011

El profesional


He visto "El profesional" (1994) del director francés Luc Besson unas 7 u 8 veces. Y me encanta. Me encanta desde la primera vez que la vi en Canal 2, Función estelar, el mismo año de su estreño (¡gracias canal 2!). Soy uno de esos fans treintones de Natalie Portman, que al igual que León, se enamoró de ella al ver esta maravillosa película. Soy fan también de Jean Reno, Gary Oldman, Danny Aiello (que hace de Tony). Soy fan de los detalles de esa cinta: el cerdito, las cajas de leche y el vaso de leche, la plantita con su macetero, la escena donde Mathilda hace de Madonna, Marilyn Monroe, Chaplin, Gene Kelly y León hace de John Wayne, las escenas donde Reno se atora con la leche, la cara de loco de Oldman, la escena donde llega el escuadrón dispuesto a matar a León, etc. Toda la película es una maravilla,toda y a pesar de que el argumento pareciera insustancial (un limpiador que mata a sueldo y conoce a una niña quien pierde a su familia), Besson hace de esta hstoria la más cautivante y apasionante creando incluso, de manera sutil, una historia de amor...Por tanto, hay que ver "El profesional" y hay que verla también en su versión original que tiene 20 minutos extras y tiene una escena de antología: Mathilda y León en un restaurante tomando champagne y Mathilda se emborracha y erupta y le viene un ataque de risa...¡Maravilloso!

Así pasa cuando sucede


Whatever Works (2009), estrenada aquí como “Así pasa cuando sucede”, es otra buena y divertida película de Woody Allen. La cinta es entretenida, con diálogos inteligentes y ágiles, con actuaciones solventes y con ese toque original que caracteriza a la obra de Allen. Aquí nuevamente, y como en otras películas del director norteamericano (se me viene a la mente “Manhattan”), un hombre mayor tiene una relación con una jovencita. Y aquel, aunque es un tipo misántropo lleno de manías, que posee un humor negro y muchas veces resulta insoportable, llega a enamorarse de la chica, así como ella de él. Es una pareja dispareja pero que funciona. Y como reza el título, y como señala el protagonista, cualquier cosa que nos da, aunque sea por un momento, la sensación de felicidad, funciona. Y por eso, él (interpretado de manera excelente por Larry David) deja fluir la relación, aun sabiendo que un día todo acabará por la diferencia de caracteres y de edades. Claro, todo esto ocurre en clave de comedia y por eso creemos en ese mundo inverosímil (pero sí verosímil en la ficción) que nos recrea Allen. Y qué decir de la actuación de la joven actriz Evan Rachel Wood que hace el papel de una ingenua muchacha; ella aporta frescura y belleza a la trama. Incluso, los personajes secundarios están bien delineados. Y el final, donde nuevamente Allen juega con el espectador, pues el actor principal se dirige al público, tal como al inicio, y rompe con “la cuarta pared” y nos da la moraleja de la historia, una moraleja que consiste en disfrutar de la vida y que “cualquier cosa funciona” para lograr ese fin…No hay duda, Allen, que desde los años 70, hace, en promedio, una película por año, es uno de los grandes directores de cine de todos los tiempos y a sus casi 76 años se mantiene vigente. ¡Qué viva muchos años más!

domingo, 16 de octubre de 2011

Dioses


“Dioses” (2008), la segunda cinta del director peruano Josué Méndez(1976), es una película buena en la forma, pero regular en el fondo. Visualmente es irreprochable, pues el director maneja una estética visual que hace agradable la película. Las actuaciones de sus protagonistas (Marcielo Effio, Anahí de Cárdenas, Sergio Gjurinovc y Edgar Saba), además, son decentes, cumplidoras, aunque sin lograr grandes estándares. Pero lo que falla, en mi modesta opinión, es que la historia nunca despega del todo. A ratos se hace monótona y los conflictos (primero, el conflicto interior que tiene Diego; segundo, el embarazo indeseado de la hermana de Diego; y tercero, el intento de la esposa del hombre adinerado por insertarse en una clase social a la que no pertenece) no llegan a impactar o conmover. El público ve esos conflictos como alejados de uno mismo, a pesar de que son cosas cercanas a nuestro país y sociedad. Es decir, no se crea el vínculo o la empatía o la antipatía con los protagonistas, solo los vemos como seres alejados, como Dioses intocables y no como esos Dioses que son inalcanzables pero despiertan nuestras pasiones. A pesar de todo esto, “Dioses” es una película digna de verse, que logra una interesante crítica a la sociedad alta limeña, que muestra a un director con talento que apuesta con una nueva propuesta –no hay que olvidar que “Días de Santiago”, su excelente primera película, maneja una temática diferente- y que, en el futuro, nos deparará sorpresas. Estaremos atentos a la siguiente película de Méndez.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Por favor, rebobinar


El chileno Alberto Fuguet publicó el libro Por favor, rebobinar en 1998. Fue su tercer libro, luego de Sobredosis y Mala onda. En dicho libro, Fuguet continúa la senda trazada en sus primeros libros y retoma algunos de sus personajes ya en edades más avanzadas: unos en sus veintes, otros bordeando los 30. Sin embargo, algo los une, los vincula: siguen teniendo ese vacío existencial y espiritual que se inició en la adolescencia. Por favor, rebobinar está dividido en 8 capítulos que tienen como protagonistas a diversos personajes, algunos ya aparecidos en Mala onda. Así, los personajes nos van contando sus vidas en primera persona: Lucas García, Enrique Alekan, Julián Assayas, Pascal Barros, Andoni LLovet, Gonzalo McClure, etc. Conforme van transcurriendo los capítulos, vamos dándonos cuenta que todos ellos, unos más que otros, pertenecen a un mismo grupo de amigos o círculo social y, por ende, sus vidas se vinculan, se interconectan.

Lo positivo de Fuguet es que sus personajes respiran sinceridad, respiran bronca, respiran insatisfacción y eso se trasmite al lector contagiándolo y haciéndolo partícipe de estas confesiones de los personajes. Además, el escritor chileno escribe bien, su prosa es directa, sin ornamentos, pero efectiva. Sin embargo, hay que decirlo, a veces, la historia se vuelve predecible, pues todos los personajes, al compartir el mismo vacío existencial, son casi similares. Asimismo, Fuguet no cuenta historias propiamente dichas, sino historias que se basan en recuerdos, pensamientos de los personajes que buscan darle un sentido a sus vidas. A pesar de todo esto, es innegable que Fuguet mantiene la vitalidad de la novela por la fuerza de sus personajes, por la fuerza de esas reflexiones que los llevan al pasado, por su sinceridad, por su fuerza expresiva. Y de todos esos “relatos”, el mejor, sobre todo, es el de Andoni Llovet, el modelo y escritor que termina aparentemente suicidándose. ..En suma, considero que es una buena y sincera novela, muy superior a Las películas de mi vida (escrita ya en otro registro), aunque un poco por debajo del nivel de Mala onda. De todas maneras, hay que leerla, pues es, qué duda cabe, intensa.

Medianoche en París


"Medianoche en París" (2011) del famoso director Woody Allen es una buena película que vale la pena ver. En esta, Allen retoma ese aire que caracteriza a la mayoría de sus cintas y que, por ejemplo, no se ve en la excelente pero atípica "Match Point". “Midnight en Paris” comienza con el sonido de una canción de los años 20 aproximadamente, mientras hay una secuencias de tomas actuales sobre la ciudad de París y sus habitantes: reflejando la belleza de las calles, de la lluvia que cae, de las edificaciones, del cielo, de la personas caminando, del río Sena, etc. Luego se inicia la historia que empieza realista, pero, luego, típico en Allen, entra el elemento fantástico que le da colorido y riqueza al relato: el escritor Gil Pender (representado por el actor Owen Wilson) se encuentra escribiendo una novela acerca de una tienda de recuerdos y sueña o añora con vivir en la Francia de los años 20, pues considera que la época actual en la que vive no le satisface. De un momento a otro, caminando solo por las calles de Paris, se sienta en unas escaleras y escucha el sonido de la campana de una Iglesia que anuncia la llegada de la medianoche en la ciudad. Inmediatamente aparece un carro antiguo por la calle y algunos de los pasajeros del vehículo lo invitan a pasar. Es ahí donde comienza el viaje imaginario, que se intercala con la realidad por las mañanas, en donde el escritor Gil Pender ve sus sueños hechos realidad y conoce a artistas y personajes famosos de los años 20 (Ernest Hemingway, Scott Fitzgerarld, Picasso, Luis Buñuel, Cole Porter, Salvador Dali y otros más). Pronto entenderá, en lo maravilloso de este viaje, una gran lección de vida: los seres humanos, sean de la época que sean, siempre estamos insatisfechos con la vida que tenemos y siempre deseamos vivir en otras épocas. Por tanto, no nos queda más que valorar nuestro presente, nuestro tiempo y disfrutar de la vida. El gran Woody Allen, artista nato y que con los años no ha perdido la vitalidad y la creatividad, transmite muy bien esto, sin caer en sermones y, por el contrario, desperdigando belleza por doquier.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Presentación de libro "Cuestión de centímetros"


Y llegó la hora. Mañana viernes 23 de setiembre este servidor presenta su libro de cuentos "Cuestión de centímetros" en el Icpna de MIraflores (cruce de las avenidas Angamos y Arequipa) a las 7p.m. A quien lea esto, está cordialmente invitado. Los panelistas de lujo serán Javier Sicchar (alias "Alberto Fuguet" o "Charles Bukowski") y Luis Medina (más conocido como el "Octavio Paz" perucho o el "Óscar Colchado" del Perú profundo). Lleguen temprano porque el Icpna va a estar más lleno que cola para concierto de Pablito Ruiz en 1990.

p.d: El afiche es creación de Estudio de diseño DotsInteractive
http://www.dots-interactive.com/

sábado, 10 de septiembre de 2011

El Padrino


Esta semana he visto la saga de El Padrino, de Francis Ford Coppola, basada en la novela de Mario puzo, y qué duda cabe, es una joya fílmica. Y tienen razón los críticos, las dos primeras películas (1972 y 1974) son superiores a la última (1990). La primera, sobretodo, es más redonda; aunque la segunda no se queda atrás, en especial las actuaciones: sobresalen Alpacino, el excelente Robert Duvall (que hace de Tom Hagen), Robert de Niro, Lee Strasberg (que representa a Hyman Roth), John Cazale (Fredo Corleone), Talía Shire, Diana Keaton y otros como Michael Gazzo (que hace de Frankie Pentangeli). Como ya señalé, la trama en la primera parte es excelente así como el final contundente. Pero las actuaciones se lucen, brillan especialmente en la segunda. El punto cojo de esta, es que muestra un final abierto, algo forzado; aunque eso no le quita el gran mérito que posee la película. Asimismo, lo que más me sorprende es la gran actuación de Robert Duvall: es perfecta, con tan poco expresa tanto. Y es tan buena su actuación (me sorprende que no haya ganado un premio Oscar por su gran interpretación), que una de las razones por la que el Padrino III resulta una película mediana es que no está Duvall en su excelente papel de Tom Hagen, hermanastro y mano derecha de Michael Corleone.

Coppola, gracias a su arte, crea un mundo propio, un mundo de gangsters y mafiosos a los cuales les da vida y verosimilitud. Es cierto, el guion fue escrito por este y Puzzo (quien es autor de la novela original); pero la fuerza visual y narrativa de la saga es mérito exclusivo de su director. Definitivamente El Padrino deja una huella indeleble en el cine y una serie de actores, imágenes y melodías que perdurarán por siempre en nuestras mentes y corazones.

p.d: Por supuesto, hay que destacar, también, a Marlon Brando en su papel de Vito Corleone y la belleza de Sofía Coppola.

domingo, 28 de agosto de 2011

La pereza


"El mayor enemigo a vencer es la mediocridad" (Julio Ramón Ribeyro, en La tentación del fracaso)

La pereza es el mayor rival para alguien que quiere escribir. Hoy tengo flojera, pero he escrito, poco pero he escrito. Incluso, me daba flojera escribir un par de líneas para este blog, pero me dio pena solo tener dos entradas en este mes de agosto que se va. Así que escribo ahora, en este momento, para dar testimonio de mi deseo de escribir a pesar de mi inmensa flojera; escribir para dar testimonio implícito de que no estoy desperdiciando el tiempo o al menos este domingo gris y pálido; escribir para imitar a mis disciplinados y admirados escritores que hacen del escribir la razón de su existencia... Por otro lado, debo confesar que ayer sábado y hoy domingo he escrito un borrador de un pequeño juguete teatral. Un pequeño juguete teatral que he titulado tentativamente "Venus y Marte" y que tiene que ver con las enigmáticas y conflictivas relaciones entre los hombres y las mujeres. Un pequeño textito que ya tenía en mente hace buenos años y que tuvo su origen en el divertido texto teatral "El oso" del ruso Anton Chejov. Pues bien, he escrito estos días la obrita y ahora hay que empezarla a corregir (que es lo más difícil)... Es cierto, es una minúsculo juguete teatral de 8 páginas, pero, no importa el tamaño, importa de que la historia conmueva, atrape, ilumine el alma humana...Me da flojera, pero que diablos, hay que escribir, escribir como un vómito que hay que expulsar, sacar del alma para purificarse y así poder respirar el aire, el aire, la vida.

p.d: Ayer vi, disculpen mi ignoracia, "El padrino" (1973) de Francis Ford Coppola y qué duda cabe, es una obra maestra. Lo que me sorprendió fue la edad que tenía su director cuando la dirigió: 31 años. Vaya, ahora entiendo por qué Coppola es uno de los grandes directores de cine...La transformación de Michael (excelentemente interpretado por Alpacino) es alucinante...La historia de estas famlias mafiosas cautivante y sórdida...Habría que leer la novela del italiano Mario Puzzo, quien también escribió el guion de la película junto con Coppola.

viernes, 26 de agosto de 2011

Mafalda y Paren el mundo que acá me bajo


No sabía que el título de este blog provenía (¿proviene?) de una de las brillantes tiras cómicas de "Mafalda" del argentino Quino. Algo había escuchado, hasta que me topé hoy, en la red, con la imagen que presento arriba. Antes, yo pensaba que dicho título provenia del libro de cuentos del peruano Fernando Ampuero. Y mucho antes, pensaba que la frase provenía de mi profesor de universidad, Óscar Luna Victoria. ¿Será la tira cómica de Mafalda el origen de este hermosa frase filosófica o tendrá incluso un origen previo? Al menos, hasta el momento, la gran Mafalda va ganando.

p.d:Foto extraída de:

http://4.bp.blogspot.com/_G_g3qHV9CuI/Sp47OnZlWBI/AAAAAAAAAGs/2P919q17FVQ/s400/Mafalda+Paren+El+Mundo.jpg

domingo, 14 de agosto de 2011

Epígrafes


Estos epígrafes pertenecen al libro Cortos de Alberto Fuguet. Personalmente me encantan pues me dicen mucho:

"Youth is wasted on the young" (George Bernard Shaw)

"This is not to say my life is bad. I know it isn´t...but my life is not what i expected it might be when i was younger" (Douglas Coupland)

p.d: Ah, vi "Música campesina", la tercera película de Fuguet, pero no me gustó tanto, me parecio una película maso. Eso sí, no se niega el talento de Fuguet para crear sensaciones, atmósferas, jugar con la estructura narrativa, psicoanalizar a sus personajes, mostrar el vacío y la soledad de la vida, tener sensibilidad visual y musical. Sin embargo,la historia se pierde o desdibuja y el protagonista es la forma, la fuerza visual.A pesar de todo, hay que verla...La actuación de Pablo Cerda es buena.

sábado, 30 de julio de 2011

Bartleby, el escribiente


Escrita por el norteamericano Herman Melville (1819-1891), “Bartleby, el escribiente” es un cuento largo que pertenece al libro de relatos The Piazza Tales (1856) y que es considerado por Borges y críticos especializados una pequeña obra maestra del autor de Moby Dick. Recuerdo que hace más de diez años, cuando llevaba un curso de Narrativa en la Universidad Católica, nos hicieron leerla y me pareció interesante. Pues, bien, la he vuelto a leer y he comprobado o ratificado mi primera impresión: se trata de un relato bien contado, con pocos personajes pero bien delineados por el narrador (un abogado sin grandes ambiciones que tiene un estudio en Wall Street). El protagonista de esta historia es Bartleby, un copista del estudio del abogado narrador, quien llama la atención de este por su personalidad huraña, apacible y pasiva. El abogado, un día, le pide al laborioso y silencioso Bartleby que verifique la copia que ha transcrito con el original, y recibe como respuesta: “Preferiría no hacerlo”. El abogado narrador se siente desconcertado con dicha respuesta, pero se hace de la vista gorda, pues siente una sensación de piedad ante Bartleby, quien luce solo y desamparado. A partir de ahí, aquella insólita frase, “preferiría no hacerlo”, comienza a hacerse más frecuente, y el abogado empieza a acostumbrarse a aquella extraña forma de ser de su empleado; y ese sentimiento de piedad suyo, lo imposibilita de despedirlo. No obstante, conforme pasan los meses, la situación se agrava, pues un día Bartleby, con su característica frase, se niega a copiar, es decir a hacer su trabajo. El abogado, ya perdida la paciencia, toma una drástica decisión: despedir a Bartleby e invitarlo a que no retorne a la oficina. Pero para su sorpresa, este se niega a marchar. Puestas así las cosas, el abogado decide cambiar de estudio y Bartleby se queda ahí, incluso cuando llegan los nuevos inquilinos.

Tiempo después, el abogado se entera que Bartleby ha sido conducido a la cárcel, pues no quería abandonar el antiguo estudio de su empleador. Cuando este lo visita a la cárcel, pues le tenía cierto cariño, encuentra a Bartleby, solo en el patio, como aislado del mundo, mirando una pared. Y se entera por el cocinero que se niega a comer. Finalmente e inevitablemente, Bartleby muere…Pues bien, lo atractivo del relato es que Melville nos atrapa con su relato y crea un aura de misterio e intriga en torno a este complejo personaje de Bartleby, que el espectador termina rendido por este ser solitario y entrañable. En suma, la magia de Bartleby está en lo que no se dice de este, y la única pista que se nos da, al final del cuento, es que antes de trabajar en el estudio del abogado, laboró como empleado en una oficina de cartas dirigidas a gente que ya había muerto.

viernes, 29 de julio de 2011

Frank Capra


Solo he visto tres películas del director Frank Capra (1897-1991), “Sucedió una noche” (1934), “Mr. Smith va a Washington” (1939) y “¡Qué bello es vivir!” (1946), pero me basta para decir que era un excelente o genial artista. Estas tres películas son hermosas, sencillas, bien actuadas, bien narradas, llenas de detalles, con excelentes toques de humor, con finales felices y mensajes de esperanza, que llegan a conmover a cualquier espectador, no importa de qué época sea.

A pesar de que estas tres cintas fueron grabadas en los años treintas y cuarentas, no han envejecido, no han perdido actualidad, aún mantienen frescura, vida. Frank Capra logró construir tramas sencillas y muy bien narradas, que junto con personajes entrañables (sus actores preferidos eran los actores James Stewart, Clark Gable, etc.), hizo películas que me resultan inolvidables. Pero lo que más me llama la atención sobre todo de este artista, es su genial uso del humor, a través de pequeños pero significativos detalles: se me ocurre el final de “Mr. Smith va a Washington”, donde el presidente del Congreso americano, con su rostro, su sonrisa, llevándose un pedazo de pan a la boca, y meciéndose en su asiento, le quita cierta formalidad al final dramático de la película. Se me ocurre también esa escena donde un jovencísimo James Stewart, en su papel de Mr. Smith, conversa con una hermosa jovencita, y Capra, para graficar los nervios de aquel, enfoca solo sus manos y la manera como coge su sombrero. Así, mientras Stewart habla con la chica, los espectadores vemos únicamente sus manos y cómo agita su sombrero sin orden ni concierto, cayéndosele hasta en tres ocasiones…No me cabe duda, luego de ver estas películas, que Frank Capra es uno de los grandes y más influyentes directores de la historia cine… Y lo mejor es que en youtube se pueden apreciar al menos dos de las arriba mencionadas. Mi favorita: “Mr. Smith va a Washington”:

http://www.youtube.com/watch?v=S5iffM6hIEA

miércoles, 27 de julio de 2011

Mala onda


La novela Mala onda (1991) del chileno Alberto Fuguet es una muy buena novela superior mil veces a la mediana Las películas de mi vida (2003) del mismo autor. En Mala onda, el narrador, Matías Vicuña, un adolescente chileno rebelde de 17 años, perteneciente a la clase alta, relata, en primera persona, a manera de un diario, el caos de su vida en un lapso de 11 días (del 3 de setiembre de 1980 al 14 de setiembre del mismo año). La historia se inicia en una playa de Brasil, donde el joven Vicuña, a punto de regresar a Chile, nos cuenta el vacío que lo embarga y la manera esquiva como trata de evadirse: drogas, sexo, licor. Cuando retorna a Chile junto con sus compañeros de curso, la cosa se torna peor. Una mala onda lo corroe por dentro, una sensación de total vacío existencial; por si fuera poco, las relaciones con sus amigos y padres es de lo peor. Matías llega a encontrar un refugio en el famoso libro “El cazador oculto” o “El guardián entre el centeno” de Salinger. Al igual que el personaje adolescente de ese libro, Holden Caulfield, él también se escapa de su casa y alquila una habitación en un hotel (el City Hotel) con el fin de ordenar su caos, cosa que consigue de cierta manera a partir del reencuentro con su padre y la reconciliación entre ambos.

Lo que me gusta de esta novela es que es intensa, muy bien escrita, llena de insatisfacción, de bronca, cólera (me gusta imaginar cómo se sintió Fuguet mientras escribía la novela), es una novela rebelde, adolescente en el buen sentido de la palabra, llena de corazón, huevos, tal como en las películas del chileno. Este, por si fuera poco, tiene un talento nato para percibir la psicología de los personajes, sus formas de ser, de vestir, de comportarse. Crea descripciones precisas y eficientes de la ciudad de Santiago, de la gente de ahí, de su particular manera de hablar. Mala onda, sin duda, es una novela vital, que hay que leer sí o sí, en especial los adolescentes confundidos, pues ahí se sentirán representados y encontrarán un refugio.

sábado, 16 de julio de 2011

Cuestión de centímetros


Me he pasado más de tres años comentando libros de otros. Pues, bien, ahora solo quiero presentar mi libro de cuentos que acaba de ser publicado por la editorial Mesa Redonda. El título es "Cuestión de centímetros" y está compuesto de doce relatos que tienen como eje común, salvo el cuento que lleva el título, personajes idealistas y soñadores que ven cómo sus sueños se estrellan contra la realidad. Es indudable la huella de Ribeyro en muchos cuentos; sin embargo, creo que hay un aporte personal. He escrito estos cuentos lo mejor que he podido (y precisamente he sido testigo propio de mis limitaciones); y espero que al menos un par de relatos valgan la pena. Espero también escribir un segundo mejor libro. A los que les interese comprar el libro, lo pueden hacer en la 16 Feria Internacional del Libro de Lima (que empieza la próxima semana en el Parque de la Bandera, en la Av. Salaverry), en el estante de la editorial Mesa Redonda y pronto estará en las librerías más conocidas de Lima. Además, pueden pedírmelo a mí, escribiéndome a mi correo: jorgerg28@hotmail.com.

lunes, 11 de julio de 2011

Martín (Hache)


A los 19 años vi esta película argentina, “Martín(Hache)” (1997), que hasta el día de hoy llevo en mi memoria. La película dejó huella en miles de adolescentes de aquella época, pues la historia, trataba, precisamente de un adolescente desorientado sobre su futuro y su vida. Recuerdo que la primera vez que la vi fue en el Cinematógrafo de Barranco, en 1998, junto con uno de mis mejores amigos. Luego fui a verla al Cine Pacífico y después al Centro Cultural Ricardo Palma. Esa película, las tres veces que la vi, me dejó fascinado, como si me estuviera hablando a mí, como si cada frase de los actores (Federico Luppi, Eusebio Poncela, Cecilia Roth y Juan Diego Botto) tuviera como destinatario a ese adolescente lleno de dudas e incertidumbres que fui yo. Y justo hace una semana, gracias al Youtube, la pude apreciar nuevamente y recordar aquellas emociones de hace 13 años atrás (¡PARECIERA QUE FUERA AYER! ¡CÓMO SE PASA EL TIEMPO!). Es cierto, la película no es tan buena como entonces pensé, pero sí es una cinta sincera, bien actuada y dirigida y con urgencia de comunicar algo. Se nota claro la intención del director (Adolfo Aristaráin) de querer decirnos algo, de querer gritar algo al mundo, de ser escuchado, visto. Por todas esas razones, además de la belleza de Cecilia Roth, y por todas esas frases y escenas que se me quedaron grabadas en mi mente, “Martín (Hache)” resulta una película que vale la pena ver y en especial para un adolescente confundido. Después de ver “Martín (Hache)” dan ganas de seguir viviendo y de vivir bien.

Este es el enlace para ver la película:

http://www.youtube.com/watch?v=lABQldvcScM

jueves, 23 de junio de 2011

Las películas de mi vida


Acabo de terminar de leer la novela “Las películas de mi vida” del chileno Alberto Fuguet (1964) y tengo sentimientos encontrados. Creo que es una novela ágil, divertida y que respira, como en las películas de Fuguet, insatisfacción, personajes quebrados, sobre todo el protagonista. Alberto Soler, que es un sismólogo (no es casual la profesión, pues alude al estudio de los terremotos físicos y también a los terremotos internos que se producen en nuestra vida por algún suceso que la marcó), tras un suceso fortuitito que le ocurre en su escala en Los Àngeles (ciudad en la que vivió de chico) rumbo a Tokio, sufre un “terremoto interior” que lo lleva a penetrar en los recuerdos de su niñez e infancia, con el fin de ordenar o reconstruir el caos o la destrucción que lo invade por dentro. Y qué mejor modo que ordenar su vida, que a través de las películas que vio durante su infancia (en Los Ángeles) y en su adolescencia (en Chile). Así, como lectores, vamos presenciando, a través de una serie de innumerables películas, escenas de la primera etapa de la vida del personaje principal y la razón de su vacío, de su insatisfacción actual: la quebrada relación con su familia, en especial con el padre y en menor medida con la madre. La reconciliación,precisamente,viene a través de su hermana, con quien mantenía una relación distante y con quien comparte ese quiebre personal que viene de su relación con sus padres. Como dije en un principio, la novela es ágil, entretenida; sin embargo, debo reconocer, esperaba más de Fuguet: la prosa es sencilla, no hay gran trabajo en construcción de personajes (salvo un par, aunque hay que reconocer que Fuguet siempre llega a crear una atmósfera de empatía o identificación entre su protagonista y el lector), la técnica es simple. A pesar de todo esto, Fuguet engancha con el lector, tiene una sensibilidad que conecta con un lector joven e inconforme de nuestros tiempos, y ahí está su mérito, además de su sinceridad. Fuguet no es Vargas Llosa, pero sí conecta más con la juventud y la adolescencia, pues refleja su insatisfacción. Y por eso me gusta.

sábado, 28 de mayo de 2011

Libros


En estos meses he leído libros que no me ha provocado reseñar como Frankenstein (1818), de la inglesa Mary Shelley, porque no sería justo hacer una opinión sobre un libro en versión abreviada. Además, hay otros libros que he dejado a medias, no porque sean malos sino que por alguna extraña razón los abandoné.Incluso me atrevería adecir que son muy buenos libros, al menos Dublineses, del irlandés James Joyce, que dejé casi a la mitad pero que me dejó un par de cuentos buenos que ahora el título no recuerdo.Recuerdo,también, haber comenzado un libro de cuentos del escritor peruano-alemán José Adolph, Diario del sótano, que me dejó gratamente sorprendido,pero que tampoco pude culminar.

Son, pues, caminos extraños los que nos hacen acabar o dejar un libro y muchas veces no tiene que ver con la calidad del ejemplar,sino con el estado de ánimo impredecible del lector, o sea usted y yo.

Posdata: Aprovecho también para darle mi despedida al fallecido escritor peruano Carlos Eduardo Zavaleta (1928-2011), a quien tuve el gusto de conocer pues fue mi profesor en San Marcos. Recuerdo que a pesar de su avanzada edad,era un hombre lúcido y lleno de proyectos. ¡¡¡Que en paz descanse, profesor!!!. El mejor homenaje que le podemos hacer es leer sus libros. Dicen que los mejores son El Cristo Villenas, Pálido pero sereno ,entre otras.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Paul McCartney


Los que fuimos el lunes 09 de abril al concierto de Paul Mc Cartney, en el Monumental, nunca lo olvidaremos en todas nuestras vidas. Fue magnífico, mejor incluso que nuestros sueños lo podían imaginar. Ya ver todo el estadio repleto, haciendo olas antes de que entrara Paul, emocionaba. Y más, cuando este salió al escenario y comenzó el show con “Hello Good Bye”. El estadio retumbó, la gente vibró y explotó, mi alma, mi corazón se llenaron de alegría mientras bailaba al son de la canción. Luego siguieron las canciones “Jet” y “All my living”. La felicidad era completa, el show era excelente, el audio perfecto, el video sensacional. Paul, vestido con pantalón negro, camisa rosada y saco turquesa, derrochaba carisma con sus intervenciones en español y sus juegos con el público. Y siguieron los éxitos, sus éxitos con los Beatles, Wings y su etapa de solista: canciones de la talla de “Hey Jude”, “Let it be”, la espectacular “Something” (que cantó en homenaje a George Harrison), “Paperback writer”, “Obladi oblada”, “Day Tripper”, “The long and winding road”, “Blackbird”, “Get back”, “Back to the USSRR”, “Sargent Pepper”, “The End”, “Yesterday”, “Band on the run”, “Let em in”, “Live and let die”, la hermosa “Singing Changes” y otras más.

…Era emocionante saber que estabas vivo en ese momento y que eras feliz escuchando y bailando esas canciones que escuchabas desde pequeño. Era mil veces emocionante. Y más cuando veías el estadio repleto de cabo a rabo, lleno de felicidad igual que uno. Y fueron dos horas y media de pura felicidad que compensaron largamente la inversión hecha en la entrada. Fue, en suma, un recuerdo inolvidable que solo 47 mil almas recordaremos el resto de nuestras vidas con una sonrisa en los rostros. Grande, Paul.

Posdata: Nunca había escuchado la canción “Singing the changes”. Pero cuando la escuché en el concierto me maravilló. Ahora, averiguando, me entero que pertenece a su último disco del 2009 junto a The Fireman.

http://www.youtube.com/watch?v=CG5Cn18jeNY

viernes, 6 de mayo de 2011

Travesuras de la niña mala


Publicada en el 2006, esta novela de Mario Vargas Llosa es diferente a la mayoría de sus otras obras y , a la vez, en mi opinión, una de las mejores. Si tuviera que hacer un paralelo, es como esa película "Match point" de Woody Allen, que es una excelente pela pero que no parece que la dirigiera Allen. Lo mismo ocurre aquí con Travesuras de la niña mala: es una gran obra,pero totalmente ajena al estilo que nos tenía acostumbrado el autor. Vargas Llosa, en esta obra, no se vale de una gran técnica, no hay saltos en el tiempo constantes, no hay malabarismos técnicos; sin embargo, es una maravillosa historia de amor muy bien contada y verosímil -ese es uno de sus grandes méritos- que abarca más de 40 años y que tiene como protagonistas a Ricardo Ruiz de Somorcucio, un miraflorino que sueña con vivir en Paris,y la niña mala.

La novela nos envuelve desde el primer momento, con ese excelente capítulo titulado "Las Chilenitas", y nos hace viajar, a través de la ficción,por los parajes donde transcurre esta apasionante, retorcida y tierna historia de amor:la Lima de los 50s, el París de los 60s, la Inglaterra hippy de los 70s, Japón, la España de los 80. Es francamente alucinante cómo la maestría de Vargas Llosa hace de esta historia aparentemente inverosímil, totalmente creíble y vivible por el lector. Y uno al leerla se siente identicado con Ricardo, que trabaja como traductor e intérprete, que constantemente es víctima de las travesuras de esta niña mala (que adopta diversos nombres y se casa con distintos hombres según sus objetivos prácticos) que lo usa,lo ama y lo expectora cuando quiere y como quiere, y a pesar de eso, el "tonto" de Ricardo sigue enamorado de ella como un becerro o hasta el cien. Por si fuera poco, el final es también hermoso.

Qué duda cabe, esta novela,en mi opinión, es una excelente novela que enriquece la obra de este gran escritor. Es tambièn, y sin dudas, su novela màs divertida, y que muestra que el premio Nobel sigue buscando nuevas fórmulas en el arte de narrar historias. Todos mis respetos.

domingo, 1 de mayo de 2011

Velódromo


Las dos películas del escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet, “Se arrienda” (2005) y “Velódromo” (2010), tienen un eje común: el vacío, la insatisfacción del ser humano. Sus dos protagonistas tienen 34 años y los dos parecen dos adolescentes confundidos e insatisfechos con su vida. Dos “adolescentes” a los que la vida no les colma como quisieran y de ahí su extrañeza. En “Se arrienda, el protagonista es un músico muy talentoso, pero que no ha alcanzado el éxito del sistema porque siempre se ha sentido extraño y crítico a este. Mientras que en “Velódromo”, el protagónico es un diseñador que vive de freelancear y que solo le pide a la vida tranquilidad y que no lo jodan. Se podría decir que los dos llevan existencias mediocres, al menos desde el punto de vista de lo que un sistema (la familia o la sociedad) exigiría de ellos; sin embargo, son verdaderos y consecuentes con ellos mismos y de ahí su valor y su papel de “héroes”.

Fuguet no hace las películas típicas que uno esperaría, pero ahí precisamente su valor. Fuguet crea una estética personal y un mundo propio, y refleja un mundo que debe ser cercano a muchos seres humanos que se deben sentir extraños en la vida. Con respecto a las actuaciones, los protagonistas cumplen, al igual que los papeles secundarios; lo visual tampoco desentona y refleja sensibilidad visual. Pero por sobretodo, las películas de Fuguet demuestran urgencia, la urgencia de querer decirnos algo de vida y muerte, demuestran, en suma, huevos, corazón, vida.

Posdata: Las dos películas se pueden ver en esta página:

http://www.cinepata.com/peliculas/se-arrienda/

http://www.cinepata.com/peliculas/velodromo/

miércoles, 20 de abril de 2011

Por favor, no me beses


En el último mes, he releído el libro de crónicas “Lima Freak” (2007) de Juan Manuel Robles, que me pareció bien interesante, y hoy acabé de terminar de leer “Por favor, no me beses” de Beto Ortiz. Es indudable, luego de devorar ambos libros de crónicas, de que cada autor tiene su propia personalidad, su propia sensibilidad, una forma muy personal de ver el mundo y todo esto se aprecia muy claramente. Ambos son buenos escritores, aunque sin llegar a la talla de los grandes autores de la literatura. Robles me parece más articulado en la estructura de sus textos, Ortiz es más intuitivo, más pasional. Robles juega muy bien con las reflexiones, con descripciones y detalles que revelan a los personajes que retrata; Ortiz, por su parte, muestra su yo interior, se desnuda frente al lector y nos comparte sus alegrías y tristezas con un humor irreverente y cachaciento, donde él mismo es su principal blanco. Ambos, periodistas y escritores a la vez, tratan de hacer literatura dentro del género de la crónica y muchas veces logran conseguirlo. Recomendables.

viernes, 15 de abril de 2011

Fonchito y la Luna


Señor Mario Vargas Llosa, nuevamente gracias por hacerme soñar. Fonchito y la Luna (2010), su cuento para niños es brevísimo pero una delicia. La trama es sencilla pero encantadora y tierna: Fonchito, un niño de unos 7 u 8 años, está enamorado de Nereida, la chica más bonita de su clase. Un día, en el recreo, venciendo su timidez se le acerca y le dice: "Me gustaría darte un beso en la mejilla. ¿Me dejarías?" Y Nereida, ruborizándose ligeramente, lo mira muy seria antes de responder: "Te dejaré si bajas la Luna y me la regalas".
Así comienza este hermoso cuento que tiene un desenlace igual de bello. Por si fuera poco, las ilustraciones de Marta Chicote Juiz son encantadoras. ¿Qué más decir? Solo una sonrisa.

sábado, 2 de abril de 2011

El cisne negro


Acabo de ver por segunda vez la película “El cisne negro” (2010), dirigida por Darren Aronofsky, y creo que es casi una obra maestra. Obra maestra por su ambición, su originalidad, por crear un mundo propio o por representar a la perfección uno que nos es ajeno (el mundo de las bailarinas de ballet). Por si fuera poco, el guión es una maravilla, el aspecto visual también y por sobre todo las actuaciones. Natalie Portaman, la hermosa Natalie Portman, es la reina de la película, y redondea una magnífica e inolvidable actuación que justifica su obtención del Oscar como mejor actriz. Además, el resto del elenco no desentona: el director del elenco de ballet (Vincent Cassel), su competidora en el rol principal de El lago de los Cisnes (Mila Kunis), la madre de Natalie Portan en la ficción (Barbara Hershey) y la bailarina principal que pierde su puesto por Natalie (la famosa Winona Ryder).

La película no es nada aburrida, desde el principio nos atrapa con el drama que vive la bailarina Nina Sayers (Portman) por conseguir el papel principal y su posterior deterioro físico y mental que la lleva a la muerte. El último tramo de la película es trepidante y es un intenso cuadro de locura y paranoia de la protagonista. Finalmente, y tras ver el trágico desenlace, no me queda más que admirar el talento de su director Aronofski y preguntarme cómo ganó el Oscar una película como “El discurso del rey” que aunque buena no llega ni de asomo al nivel de ambición y originalidad de “El cisne negro”.

viernes, 1 de abril de 2011

Una buena mierda

Me pesan los párpados, me evado y me aburro frente a la pantalla de la computadora. La vida me parece una buena mierda y la gente una sarta de buenos para nada. Y escribo porque de pronto quiero recuperar la paz, la buena vibra y optimismo que me caracterizan. Pero son patrañas, hoy me llega al pincho todo el mundo incluido tú y lo que escribo solo refleja esto.

He acumulado tantas derrotas en lo últimos años que me siento exhausto. Hace uno o dos años entendí que la vida era andar de fracaso en fracaso, y a pesar de esto no perder la voluntad y el optimismo. Y así lo he hecho en estos años: la vida me ha sacado la mierda, pero no he perdido, aún, mis sueños, mis metas. (Cada vez que recuerdo que un día me voy a morir, me entran unas alucinantes ganas de vivir y hacer cosas). Sin embargo, hoy me siento cansado y me siento en una piedra, protegido por la sombra de un árbol, para descansar y tomar aire. Me duelen el culo y el corazón. Todo lo que me rodea me parece tan chato, feo y sin sentido, que prefiero escupir palabras que ordenen mi caos.

Recuerdo hace algunos años que criticaba a esos adultos, que en los micros, tenían o llevaban los rostros de derrota, como si estuviesen muertos en vida o con el fracaso tatuado en la faz. Pero ahora, a veces, yo me siento también así, como atontado y tratando de darme palmadas imaginarias en el rostro para ver si reacciono y vuelvo a ser el que fui hace algunos años. ¡Carajo, qué buena mierda había sido la vida! Y entonces, me rebelo, porque me llega al pincho perder sin luchar, y escribo, escribo y escribo y digo que la vida es también belleza, luz, color, el rostro y el cuerpo de una mujer hermosa y, por supuesto, el arte, ese arte que nos sirve de refugio para poder vivir.

lunes, 14 de marzo de 2011

El pez en el agua


Publicado en 1993, El pez en el agua es un libro de memorias de Mario Vargas Llosa sobre su infancia y juventud y el nacimiento de su vocación de escritor, así como su etapa de candidato a la Presidencia de la República en 1990. Dividida en 20 capítulos, los capítulos impares cuentan aquellos primeros años (1946-1958); y los capítulos impares, los de la etapa política (1987-1990). Aquellos se inician cuando Mario, de 10 años, ve modificada su vida cuando conoce a su padre, a quien creía muerto. Estos, por su parte, se inician cuando Mario, ya un hombre de 51 años, escucha por radio que el Presidente Alan García ha decidido estatizar los bancos, lo cual lo lleva a aquel protestar y a liderar, en los años siguientes, un movimiento político llamado Libertad.

Lo fascinante de El pez en el agua, más allá de la evidente maestría del narrador, es que Vargas Llosa hace una magnífica radiografía de nuestro país tanto política como social. Así como un conmovedor retrato de su pasión: la literatura. Así, vamos recorriendo a través de las páginas, su apasionante vida de infante en Cochabamba, la traumática relación con su padre, el amor por los libros desde que era niño; el inicio del Movimiento Libertad y el Frente Democrático, su decisión de postular a la Presidencia, a pesar de su amor a la Literatura; sus primeros enamoramientos en su barrio miraflorino de Diego Ferré, su ingreso al colegio Leoncio Prado, su ida a los prostíbulos; las intrigas políticas, la guerra sucia en la campaña política, sus recorridos por los diversos departamentos y provincias del país; su ingreso a San Marcos, su permanencia en el grupo marxista Cahuide, sus amigos Lea, Javier y otros, el casamiento con la Tía Julia a sus escasos 19 años; la aparición de Alberto Fujimori en la encuestas a 10 días de la votación, las tensiones de la campaña política, su apretada victoria en la Primera vuelta presidencial, pero su certeza de que perdería en la segunda; sus innumerables trabajos para vivir de manera independiente con Julia, la aceptación de su familia, finalmente, a esta relación, el viaje a París tras ganar un concurso literario, su gran decisión de ser un escritor y partir rumbo a Europa; la derrota en la segunda vuelta, la desazón de esta derrota pero también su felicidad de volver a la Literatura; la tesis sobre Rubén Darío que realiza para graduarse, su obtención de la beca Javier Prado para hacer su doctorado en Madrid, el viaje a la selva, y por fin, el viaje a Europa, junto a Julia, con el único fin de ser un escritor.

Este libro es vertiginoso, lleno de escenas y personajes todos interesantes. Uno, al leer este libro, piensa en querer vivir una vida así, llena de aventuras y dejar todo y ponerse a escribir. Por si fuera poco, y como ya insinué al principio, este libro también es un magnífico ensayo sobre el Perú, y en el colofón, como una suerte de Nostradamus, Vargas Llosa avizora lo que va a suceder con el país (y no se equivocó) luego del cierre del Congreso en 1992 por parte de Alberto Fujimori: un gobierno dictatorial, donde el respeto de la legalidad y la democracia, como en buena parte de la historia del Perú, se verían interrumpidas.

lunes, 28 de febrero de 2011

Natalie Portman



Estimada Natalie:

Hoy cumplo 32 años y soy uno de esos miles o cientos de miles de admiradores que tienes desperdigados por el mundo. Me enamoré de ti en 1994 luego de ver “El profesional” del francés Luc Besson. Tu actuación fue espectacular y de verdad me sentí como León (Jean Reno), quien pierde los papeles ante tu niñez, tu belleza y esa magia que mujer adulta que también poseías a pesar de tus escasos 11 años. Sabes, he visto esa película al menos unas 5 veces, la primera a los 15 años, y en todas me he sentido hechizado por tu actuación, y ahí recién entendí lo importante que es ser un actor: este le da vida al personaje que encarna y si lo convierte en arte traspasa los linderos de la película y lo vuelve inmortal. Tú con ese papel pasaste a la inmortalidad, le diste categoría de arte a tu actuación y rompiste la frontera efímera del tiempo y la vida. Natalie, tú con solo esa actuación, ya te merecías el Oscar, y yo, como León, me enamoré de ti y sentí celos cuando conversabas con ese chiquillo italiano, que te ofreció un cigarrillo, mientras aquel trataba con el italiano mafioso. Yo también, cuando llegó la policía a aniquilar a León, sentí unas ganas inmensas de matar a todos esos malditos policías y salvar mi vida para poder volver a verte. Y por eso, ayer, cuando recibiste, ya a tus 29 años, pero aún hermosa y con una bella pancita de futura madre, el Oscar a mejor actriz por tu papel en la película “El cisne negro”, me alegré como si fuese un gran amigo tuyo o como si fuese ese joven al que besaste antes de salir al escenario a agradecer. Natalie, felicitaciones y que sigas cosechando éxitos con tu hermosura y tu talento.

Jorge Rodríguez

domingo, 27 de febrero de 2011

El secreto de sus ojos


He vuelto a ver “El secreto de sus ojos” (2009), película argentina del director Juan José Campanella y que ganó el Oscar a mejor película extranjera en el 2010, y debo decir que me encantó. Me encantó la historia policial que se teje ahí y que parte del asesinato de la joven Liliana Colloto. Me encanto también la historia de amor entre el agente de justicia Benjamín Esposito y su jefa Irene Menéndez; me encantó el tratamiento visual; me encantaron las actuaciones de Ricardo Darín, de la bella Soledad Villamil, del esposo de la joven asesinada (Pablo Rago), de Guillermo Francella (aquí irreconocible). Además, el guion está bien hecho (y está basado en la novela La pregunta de sus ojos de Eduardo Sacheri), los juegos con el tiempo funcionan muy bien, aunque al principio puede confundir un poco a un espectador poco avispado (la historia parte de la necesidad del jubilado agente Benjamín Espósito de escribir una novela sobre el caso del asesinato de la joven Liliana Colloto hace 25 años y que marcó su vida y la de mucha gente a sus alrededor). Por si fuera poco, la música, los diálogos porteños y
el final sorprendente (aunque tal vez un poco truculento) funcionan muy bien. Finalmente, esa cuota de romanticismo, de amor romántico y platónico suman a la película…Debo indicar que luego de ver esta película caigo nuevamente en la cuenta que la historia es fundamental en una obra de arte, así como su forma o el modo en que está narrada o contada (en el caso del cine, de manera visual). Y que el cine argentino tiene una sólida historia cinematográfica, con directores interesantes como Marcelo Piñeyro, Adolfo Aristarain, Eliseo Subiela, Fabián Vielinski, etc.

viernes, 4 de febrero de 2011

Crónicas

El domingo pasado apareció, en el diario El Comercio, una buena crónica de Mario Vargas Llosa sobre cómo el ser un gran artista no garantiza que uno sea una buena persona. Y da el caso del escritor francés Louis Ferdinand Celine, autor de Viaje al final de la noche, que fue un magnífico escritor, pero una persona que dejaba mucho que desear, pues era antisemita y apoyó abiertamente a Hitler. Por otro lado, y después de tiempo, Jaime Bayly escribió una buena crónica titulada "Dicen que estoy loco", la cual apareció el lunes en Perú 21. Ya era hora... A continuación, coloco el enlace y un pequeño fragmento de este texto.

http://peru21.pe/impresa/noticia/dicen-que-estoy-loco/2011-01-31/295929

"...Me llaman drogadicto. La palabra llega cargada de un cierto vitriolo. Me la dicen como una injuria o una procacidad o una expresión desdeñosa. Es cierto, hace años fui adicto a la marihuana, o me gustaba mucho fumarla, no sé si era realmente un adicto, el hecho es que me gustaba fumarla y la fumaba a diario. Es cierto, hace años fui adicto a la cocaína y la dejé solo y sin ayuda o con la ayuda de Dios. A estas alturas de mi vida, siendo un hombre a pocos días de cumplir cuarenta y seis años, no me interesa fumar marihuana ni aspirar cocaína porque cuando lo hago duermo mal (si a duras penas consigo dormir) y al día siguiente quedo reducido a escombros y soy entonces la peor versión de mí mismo. Pero supongo que todos en algún momento hemos necesitado (o todavía necesitamos) evadir la cruel aspereza de la realidad. Algunos la evaden con los libros, las películas, los deportes, las religiones, la televisión o, más recientemente, con el hechizo de las computadoras y su mundo virtual. Otros, tal vez los más vulnerables o sensibles a la sevicia de la realidad, la evaden con sustancias tóxicas, prohibidas, o con drogas legales como el alcohol, la cafeína, los ansiolíticos, los hipnóticos y tantas otras. Pero ¿quién no ha necesitado alguna vez escapar de la chatura que es la vida misma? ¿Quién no ha sido o es dependiente de alguna forma, legal o ilegal, de evadir la realidad y el modo en que ella suele ensañarse con nosotros?..." (Extraído del diario Perú 21)

domingo, 16 de enero de 2011

¿Quién mató a Palomino Molero?


Publicada en 1986, tras Historia de Mayta, ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986) es una pequeña novela (150 páginas) que, aunque no llega al nivel de las grandes novelas de Mario Vargas Llosa, es de todas maneras una buena e interesante obra. Y la prueba de esto es que me la leí de un tirón, en solo un par de días. Ni bien empecé la lectura, que se inicia con el descubrimiento del cadáver de Palomino Molero (asesinado brutalmente), me enganché y no paré hasta acabarla. La trama consiste, como sugiere el título, en cómo el teniente Silva y su ayudante Lituma buscan saber quién es el asesino de Molero.

Una de las cosas que destaca en la novela es que hay 5 o 6 escenas claras que están bien hechas y conectadas: el descubrimiento del cadáver; la visita de Silva y Lituma al coronel Mindreau; la visita a la madre de Palomino Molero; la conversación con el oficial Dufó (novio oficial de la hija de Mindreau); la visita a la señora doña Lupe al pueblo de Amotape; el encuentro de los dos policías con la hija del coronel Mindreau; y el encuentro con el coronel. Además de todo esto, Vargas Llosa logra hacer del guardia Lituma y el teniente Silva dos personajes muy ricos en sus sicologías y lenguaje, y así entender el pensamiento de los policías, Asimismo, el sexo, el deseo, también está presente, como en toda obra de Vargas Llosa, a través de la fuerte atracción física que siente el teniente Silva por la señora Adriana, esposa de un pescador de Talara (y que le otorga la cuota de humor a la novela). Por si fuera poco, el autor recrea muy bien aquel ambiente caluroso y arenoso de Talara y Piura.

¿Quién mató a Palomino Molero? es, además, algo más que una historia sobre la resolución de un crimen: es ahondar en la serie de prejuicios de un pueblo, de un país, del Perú, dividido en cholos y blancos (pues la muerte de Palomino Molero, un “cholo”, se produce debido a que se enamora de una "blanquita", la hija del coronel Mindreau). A su vez, el desenlace del crimen resulta inesperado, un final digamos que “freudiano”. Ahh, me olvidaba, esta es otra obra de Vargas Llosa sobre el Perú.

viernes, 7 de enero de 2011

Día de visita


Día de visita (2007) es un libro de crónicas del periodista peruano Marco Avilés (1978), que reúne una serie de historias sobre mujeres reclusas en el penal Santa Mónica. Avilés ha sido periodista de la revista Caretas y el diario El Comercio, además de editor general de la revista Etiqueta negra. El mérito de Avilés en este libro está en haberse sumergido en el mundo de las reclusas de aquel penal y haber recopilado una serie de historias (17 en total) que dan un panorama de la dura vida que llevan aquellas mujeres . Su mérito está, también, en haber asistido durante 10 meses, todos los sábados, a visitar a aquellas reclusas y haberse ganado su confianza para que le contaran sus historias, sus amores, sus tragedias, sus sueños, sus penas, etc. Eso, no cabe duda, es meritorio. Sin embargo, y al tratarse de la crónica, que es un género que busca ser literatura, ahí sí que Avilés no lo consigue del todo. La mayoría de sus crónicas, por no decir todas, están bien escritas, pero no llegan a tener un vuelo literario, ese donde las palabras transpiran belleza y emoción. Las crónicas de Avilés están periodísticamente bien escritas y organizadas, pero le falta ese algo que hace que simples palabras se vuelvan arte. Es decir, faltó más trabajo con el lenguaje. Además, me parece que pudo reducir el número de historias, pero adentrase más en cada una de ellas (hay algunas crónicas que se quedan en la superficie). A pesar de todo esto, rescato tres historias que sí me pareció que tenían cierto vuelo y belleza:”El olfato de Anita”, “Amor a la mexicana” y “Ansiosos por bailar el chachachá”.

sábado, 1 de enero de 2011

Vargas Llosa y el cine


Este fin de semana vi tres películas sobre las siguientes novelas de Mario Vargas Llosa: “La ciudad y los perros”, “Pantaleón y las visitadoras” y “La fiesta del chivo”. Las dos primeras están dirigidas por Francisco Lombardi y la tercera por Lucho Llosa (sobrino del escritor). Me gustaron “La ciudad y los perros” y “La fiesta del chivo”. Aquella es una buena adaptación sobre la primera novela de Vargas Llosa y expone muy bien el conflicto en torno a la muerte del Exclavo, la crítica a la vida militar y la hipocresía de sus instituciones. Las actuaciones son solventes (Pablo Serra realiza muy bien su papel de El Poeta) y la historia corre ágil.

En el caso de “Pantaleón y las visitadoras” me parece técnicamente bien hecha, pero me parece que la película nunca llega a despegar. El humor que maneja la película se ve forzado, arranca carcajadas pero a cuenta gotas (habría que leer la novela si ocurre lo mismo). La actuación de Salvador del Solar es aceptable y buena, pero no llega a desequilibrar. Angie Cépeda es un mujerón pero le falta algo. La que sí destaca, aunque su papel es breve, es Mónica Sánchez. Realiza magníficamente su papel y se le ve guapísima.

Finalmente, “La fiesta del Chivo” me sorprendió gratamente. Aunque tiene un inicio frío y algo confuso, poco a poco la trama comienza a cobrar forma, pues se concentra en dos ejes: el conflicto de Urania Cabral con su padre y el grupo de conspiradores que deciden la muerte del dictador Leonidas Trujillo. Mientras veía la película pensaba que Fujimori fue un niño de teta comparado con la dictadura de Trujillo. Asimismo, las actuaciones son buenas, solventes, y parejas. Y en lo técnico (fotografía, iluminación, música) la película funciona eficazmente. La parte final es lo mejor de la película, aquella que explica el porqué del odio de Urania a su padre y cómo acaba la dictadura de Trujillo tras largos años en el poder.