domingo, 19 de enero de 2020

De dónde venimos los cholos

De dónde venimos los cholos (2016) es un libro de crónicas del escritor y periodista peruano Marco Avilés (1978) y representa un salto cualitativo con respecto a su primer libro, Día de visita, que retrataba a un grupo de mujeres del penal Santa Mónica. En Dónde venimos los cholos, Avilés plasma un libro ambicioso sobre el Perú en su gran diversidad racial, cultural, psicológica, económica, social, geográfica, etc. Con ese fin, elabora nueve crónicas que tienen como escenario distintos pueblos o ciudades del Perú, desde los más desconocidos (para el limeño promedio) hasta importantes ciudades como Iquitos y Lima. Sin embargo, como bien señala el mismo cronista, el libro se centra sobre todo en "los cholos e indios, que a pesar de los cataclismos que ha vivido el país, se quedaron a vivir en sus pueblos. En las montañas. En las selvas". Y con ese fin, desarrolla amenas crónicas, muy bien escritas, sobre pueblitos apartados como Chumbivilcas, Churubamba, Río Camisea, Carancas, El Dorado, Huayana. Con ese fin, se interna en aquellos pueblos, y como un curioso antropólogo, nos va narrando las historias de sus habitantes. Por ejemplo, en la crónica "El Dorado", el cronista nos cuenta, a manera de un diario, su travesía a la cocha o laguna del mismo nombre que queda a dos días de distancia de Iquitos. En la laguna El Dorado vive aproximadamente un millar de paiches, un enorme pescado de casi tres metros de altura y más de 130 kilos, el cual se encuentra en peligro de extinción. Avilés narra con pericia de cronista cómo un escuadrón de vigilantes llamados los Yacu Taytas (padres del agua, en quechua) cuida la cocha y ha evitado la extinción del paiche y logrado que su población aumente. Como compensación, el Estado peruano, les permite, una vez al año, y durante un mes, pescar el diez por ciento de paiches de la laguna. Precisamente, Marco Avilés viaja para presenciar aquel espectáculo anual. 

En esta, y sus demás crónicas, Avilés nos adentra en un mundo que desconocemos y descubrimos maravillado. Nos retrata con agudeza personajes, situaciones, paisajes que nos hace cuestionarnos sobre quiénes somos y -como el título del libro- de dónde venimos. Nos saca de nuestra zona de confort y nos hace partícipes de historias de personas de carne y hueso de nuestro Perú profundo. Además, la pericia de Avilés para documentar sus crónicas con un diálogo, una descripción precisa, una reflexión, una prosa bien trabajada y recursos literarios, muestra a un autor ya cuajado y que ha escrito un libro de gran valor literario y periodístico. 

Sin duda, De dónde venimos los cholos, de Marco Avilés, es una obra que demuestra que la crónica no es un género menor y que, por el contrario, posee un titánico trabajo documental (periodismo) y una gran pericia formal al momento de narrar la historia (literatura). En conclusión, este libro es uno de los mejores del género que se ha escrito en el Perú en los últimos años, y coloca a Avilés como una de sus figuras más relevantes. 

lunes, 13 de enero de 2020

Diario de un profesor (68)

En toda aula de clase, a veces, te toca ese alumno diferente que te reta. Ese estudiante risueño que hace una broma, aparentemente inofensiva, y logra que todo el salón estalle en carcajadas. Ese estudiante que parece querer llamar la atención y te hace sudar la gota gorda. Ese estudiante de hablar fácil que parece poner a prueba tu paciencia y tu vocación. Lo más fácil es reprimirlo, acallarlo con voz severa y autoritaria. El francés Daniel Pennac trata de eso en su libro Mal de escuela. Él fue en el colegio un pésimo estudiante y no le quedó otra que volverse un rebelde en el aula, era su forma de llamar la atención ante su fracaso en los estudios, de vengarse de esos profesores que no confiaban en su capacidad intelectual (en la que él tampoco creía). Sin embargo, unos pocos profesores lo terminaron salvando. Le tuvieron paciencia, le hicieron confiar nuevamente en él, y poco a poco, se reencontró o se encontró a sí mismo. Luego se convirtió en un exitoso docente de Lenguaje y un famoso escritor. Eso también me recuerda al tenista Andre Agassi, quien es sus memorias Open, señala que de adolescente fue un rebelde sin causa e indica respecto a los adultos: "Cuando entré en el mundo del tenis, era como la mayoría de los críos: no sabía quién era y me rebelaba cuando los mayores me decían quién era. Creo que los mayores cometen constantemente ese error con los jóvenes: los tratan como productos acabados cuando, de hecho, están en proceso. Es como juzgar un partido antes de que acabe, y yo, demasiadas veces, he remontado". Y ahí creo está la clave: el profesor debe saber que ese alumno diferente, díscolo, está recién en formación, en búsqueda de sí mismo, y debemos tenerle fe y paciencia. Es la única forma.