martes, 22 de diciembre de 2020

Diario de un profesor (73)

En marzo del 2021, cumplo diez años ininterrumpidos dedicados a la docencia (dicté dos años y medio más, pero era solo uno o dos veces por semana). En general, el balance ha sido positivo y todavía me queda bastante por aprender. Hubo momentos buenos, regulares y también malos, pero haciendo las sumas y las restas, el resultado es positivo, sin duda. Veo también que he crecido. Comencé dictando, durante dos años, en un colegio y en una academia preuniversitaria. Luego pasé a enseñar en un instituto, en el cual estuve cinco años y medio. Seguidamente, pasé a ser asistente de cátedra en una universidad, por espacio de cinco años. Y recién en marzo de este año, comencé como docente en una universidad, aunque, por el tema de la coyuntura del Covid 19, fui un profesor universitario en modalidad virtual. Por si fuera poco, los alumnos me calificaron bien en las encuestas, y salí con un alto puntaje en mi desempeño docente. Claro, además de los logros, también tengo pequeñas e invisibles heridas, pocas pero que están ahí, sin embargo, me han servido para reflexionar sobre mi práctica docente e intuir en qué debo mejorar. Lo qué sí tengo claro, en estos años que vienen, es que debo seguir preparándome (para escalar en alguna universidad más prestigiosa que me dé mayor estabilidad laboral y económica), y debo mantener la pasión y las ganas de seguir adelante. Y aguantar en los momentos difíciles. 

viernes, 11 de diciembre de 2020

Hermana y hermano

 

                                                      Foto: Ibero Librerías

Hermana y hermano (2020) es un libro infantil escrito por la poeta peruana Micaela Chirif (1973) y bellamente ilustrado por Jéssica Valdez. Esta breve historia es una versión libre de la leyenda de la Achiqué, una mujer malvada que posee una forma semi animal, que habita los Andes peruanos, y busca, debido al hambre, "niños asados para el desayuno, la comida y la cena". 

En Hermana y hermano, se cuenta la historia de dos hermanitos de la sierra peruana que, al ver que el campo donde viven está seco y no hay papas, ni camotes, ni lúcumas ni chirimoyas que comer, deciden -debido al hambre- seguir a una ave (una cortarrama) que lleva en su pico una "flor morada", con la esperanza de encontrar un campo verde "lleno de cosas buenas para comer". En el camino, se dan con la sorpresa que la Achiqué los está siguiendo y busca comérselos. Huyendo de esta bruja y siguiendo al ave que lleva la flor morada, se encuentran con diversos animales (un cóndor, un puma, un venado, una ratona) que les brindan su ayuda contra la Achiqué. Pese a que el texto es breve, la historia tiene una hermosa trama y el desenlace no resulta indiferente y despierta una sonrisa. Asimismo, los breves textos se amalgaman de manera perfecta con las bellas ilustraciones, es decir, tanto textual como visualmente, este libro está muy bien hechecito y estoy seguro que será el deleite de la niña o niño que lo lea.

En suma, recomiendo Hermana y hermano como libro para cualquier niño que se esté adentrando en la lectura, que está dando sus primeros pasos (chicas y chicos de 6 a 7 años), ya que será una bella experiencia. Además, esta obra - de tapa dura- demuestra que, en el Perú, se están haciendo muy buenos libros de literatura infantil, y que existen muy buenas autoras e ilustradoras. ¡Los niños y niñas están en muy buenas manos!


 




lunes, 30 de noviembre de 2020

Reflexión 1

A veces me siento como ese niño de 13 años que una vez fui; ese niño flaquito y esmirriado, que en segundo de media estaba entre los cinco más bajitos del salón, y que desde entonces hizo lo imposible por "crecer" y no ser visto por debajo del hombro por sus compañeritos. A veces, así me siento, como si me esforzara corriendo, saltando, colgándome de la escalera caracol de mi casa, jugando básquet día y noche, haciendo natación, siempre soñando con "crecer", pero sin resultados a la vista. Hasta que una mañana, por arte de magia, me despierte y me dé cuenta que, por fin, di mi "estirón". ¡Ojalá llegue el día y sienta que valió la pena no perder las esperanzas!

viernes, 27 de noviembre de 2020

Ojo por ojo

Ojo por ojo. La verdadera historia del grupo Colina (2019) es un libro de investigación del periodista peruano Umberto Jara que revela los entretelones de cómo actuó el gobierno peruano, presidido por Alberto Fujimori, para combatir el terrorismo de Sendero Luminoso en los años 90. En esta valiosa investigación, Jara muestra cómo el gobierno de Fujimori, a comienzos de los años 90, tomó la decisión, con el apoyo de Estados Unidos, de aplicar una guerra de baja intensidad (también llamada "guerra sucia" o guerra psicológica) para combatir a Sendero Luminoso. Es decir, aplicar las tácticas del senderismo para combatir a este. Para esto formó escuadrones secretos, el más conocido el grupo Colina, para hacer labores de inteligencia y realizar operativos para aniquilar a los senderistas. En otras palabras, aplicar la ley de Ojo por Ojo, o más simple, combatir la barbarie con más barbarie. Para Fujimori, su asesor Vladimiro Montesinos y el comandante general de las Fuerzas Armadas, Nicolás Hermoza Ríos, era la única forma de acabar con el enemigo terrorista, que ya llevaba diez años causando muerte y caos en el país. 

Con el fin de demostrar esto, Umberto Jara se basó en diversas fuentes del entorno militar y político, pero su principal fuente fue el mayor Santiago Martín Rivas, jefe del grupo Colina (aunque para él su grupo no tenía nombre), quien comandó diversos operativos de desaparición de terroristas, entre los más conocidos Barrios Altos y La Cantuta. El libro de Jara detalla de manera pormenorizada cómo aquel, bajo las órdenes de Fujimori, Montesinos y Hermoza (quienes apostaron por esta política de "guerra sucia"), lideró a un grupo de un grupo de comandos (aunque existieron otros más) para realizar los operativos de aniquilamiento. Pese a eso, Martín Rivas, militar de profesión, justifica su proceder y la decisión política tomada por Fujimori, ya que lo consideraba la única forma de acabar con el terrorismo. Y da como ejemplos, los casos de terrorismo ocurridos en otras partes del mundo y donde se aplicó la misma "guerra de baja intensidad". Otro aspecto interesante del libro, es que, a partir del testimonio de Martin Rivas (un hombre preparado, leído y con vocación de servir a su país), se revela que los atentados salvajes de Sendero Luminoso en Lima en el año 92, como el atentado de Tarata, fueron respuestas salvajes a la guerra sucia que estaba aplicando el gobierno peruano contra aquellos. No es casualidad, cuenta Rivas, que tras la matanza de varios dirigentes senderistas en el cárcel de Cantogrande, en San Juan de Lurigancho, ocurrió lo del atentado de Tarata en Miraflores. Y posterior a eso, ocurrió el operativo La Cantuta, que acabó con la desaparición de 9 estudiantes y un profesor que eran, por las pruebas recolectadas, pertenecientes a Sendero. 

Otro detalle interesante del libro, es el testimonio de Martin Rivas sobre cómo, tras las investigaciones periodísticas que aparecían en la prensa sobre el grupo Colina, las cabezas del gobierno se quisieron limpiar las manos y echarle la culpa de lo acontecido al grupo Colina, sin aceptar que su accionar fue una política de Estado aprobada en 1991 por Fujimori, su asesor Montesinos y el comandante general Hermoza Ríos. Finalmente, este libro sirvió luego para poder extraditar, en el año 2009, a Alberto Fujimori de Chile y poder procesarlo y condenarlo. 

En suma, y por todo lo anterior, Ojo por ojo, de Umberto Jara, es un libro imprescindible, ameno y bien escrito, que sirve para entender la manera en que el gobierno de Alberto Fujimori empleó la ley del Talión para enfrentar y acabar con el terrorismo. 








viernes, 20 de noviembre de 2020

Sobre la vacancia del presidente peruano Martín Vizcarra

No tengo una opinión clara sobre la reciente crisis política en mi país, en la cual, en el lapso de una semana, hemos tenido tres presidentes. Pero me animo a lanzar algunas ideas para ver si clarifico mi pensamiento.

Primero, existen pruebas muy claras y comprometedoras sobre actos de corrupción del expresidente Martín Vizcarra, cuando fue gobernador del gobierno regional de Moquegua.

Segundo, el Congreso -tomando en cuenta que ya la fiscalía estaba investigando aquellos delitos de corrupción, y en aras de no desestabilizar el país en plena crisis sanitaria y económica- no debió vacar al presidente Martín Vizcarra y debió esperar a que este termine su mandato, para que luego sea investigado.

Tercero, y pese a lo anterior, la Constitución amparaba a que el Congreso pudiera vacar al presidente Vizcarra, a través de la figura de la "incapacidad moral". Por tanto, considero que la vacancia sí fue legal y no fue un golpe de estado; y sin embargo, esta no se debió dar, ya que se trataba de un Congreso totalmente desprestigiado, con políticos con varias denuncias en su haber y por la crisis política que se iba a desatar.

Cuarto, la masiva protesta ciudadana en contra del nuevo presidente, Manuel Merino de Lama, fue en parte espontánea, pero también fue atizada por algunos líderes de opinión (algunos a partir de sus convicciones, otros con fines políticos) y sobre todo exacerbada por las redes sociales, que se han vuelto en un depósito de odios y rencores en su mayoría.

Quinto, en las marchas ciudadanas que llevaron a la renuncia del presidente Manuel Merino, gran parte de la población peruana marchó de manera pacífica, pero también hubo un grupo de vándalos infiltrados que generaron caos y violencia, y se enfrentaron de manera abierta a la policía. Por tanto, no hubo solo represión desmesurada por parte de la policía (que llevó a la muerte de dos jóvenes), sino también hubo violencia ejercida por un grupo minoritario de jóvenes violentos que se enfrentó a pedradas y fuegos artificiales con las fuerzas del orden, y rompió los cercos perimétricos dispuestos en zonas aledañas al Congreso.

Finalmente, los medios de comunicación pintaron realidades parcializadas, cada una según sus intereses. La gran mayoría de medios ensalzó la protesta ciudadana, condenó abiertamente la represión policial (lo cual está muy bien), pero omitió o ignoró aludir al pequeño grupo de jóvenes violentos que causaron destrozos y caos. 





domingo, 25 de octubre de 2020

Los últimos días de La Prensa

 

He releído, después de diez años, la novela Los últimos días de La Prensa (1996), del peruano Jaime Bayly, y he vuelto a confirmar mi opinión. En primer lugar, es una buena novela y sobre todo una poderosa sátira sobre el periodismo limeño y la sociedad peruana en su conjunto. En segundo lugar, sin embargo, la crítica de la sátira se diluye en parte por el humor ligero o superficial que aparece en buenos tramos de la historia. 


Los últimos días de La Prensa cuenta dos historias. Primero, la del adolescente Diego Balbi, quien se incorpora al prestigioso diario limeño, sin embargo, poco a poco va descubriendo que este está lleno de gente sin escrúpulos, machistas, orates, lujuriosos, borrachosos, arribistas, holgazanes, estafadores, etc. Es cierto, no obstante, que Bayly satiriza, es decir, caricaturiza de manera exagerada y burlona dicha situación, y lo lleva todo a un esperpento o una deformación de la realidad acentuando sus rasgos grotescos. Asimismo, esta sátira burlesca posee un humor risueño, con alusiones al sexo y lo escatológico. Por ejemplo, la secretaria principal Patty. cuñada del director del diario, es presentada como la mujer que ostenta el poder real, quien lleva una vida sexual licenciosa y gasta el dinero de La Prensa como le plazca, ya sea en comilonas, en un auto nuevo, y otros lujos. Todo esto, mientras el diario cada día vende menos ejemplares y se dirige a la quiebra.


La otra historia, y la más lograda, es la del abuelo materno de Diego Balbi, Rafael Tudela, quien se vuelve un hombre amargado tras el despojo de su hacienda por parte del exdictador, el cojo Velásquez (en alusión a Velasco Alvarado). Aquí, Bayly, a través de la sátira, critica con humor, la reforma agraria que hubo en los años 70s en el Perú y que permitió la expropiación de las haciendas en aras de una supuesta "justicia social". Pero a su vez, también se censura a la clase alta a la que pertenece el mismo Rafael Tudela. Se lo muestra a él y a su esposa, como racistas, lisurientos, cochinos (ella se tira pedos y se rasca la nariz con el dedo). Además, se alude, de manera cómica, a los hijos no reconocidos que tuvo Tudela con jóvenes trabajadoras de su exhacienda. 

En suma, Los últimos días de La Prensa, detrás de su aparente superficialidad, es una sátira burlesca que critica con hilarante humor a la prensa y la sociedad peruana. Además, es un libro ágil y divertidísimo. 



















miércoles, 14 de octubre de 2020

Canal de youtube La pasión de leer

Ayer inauguré un canal en youtube titulado La pasión de leer. Al igual que mi blog, en este canal busco difundir la pasión por la lectura y recomendar libros que me hayan gustado, ya sea de literatura u otra rama del saber. Por tanto, están cordialmente invitados. Este primer video es sobre mi post anterior: el libro La inteligencia emocional, de Daniel Goleman. Espero les guste y prometo ir mejorando en el futuro. Un abrazo.



lunes, 12 de octubre de 2020

La inteligencia emocional

 


La inteligencia emocional es un libro del psicólogo estadounidense Daniel Goleman que fue un éxito de ventas desde su aparición en 1995. Básicamente, la hipótesis que él postula es que la inteligencia emocional es más decisiva que el coeficiente intelectual (CI) en el éxito de una persona en su vida, ya sea en el ámbito personal, profesional, de pareja, social, etc. Este libro está dividido en 5 partes y, cada una de ellas, comprende pequeños capítulos de página y media o dos páginas (la mayoría de estos aparecieron, primero, como columnas periodísticas en The New York Times). Por tanto, es de fácil lectura, aunque recomiendo leerlo de a pocos, debido a la gran cantidad de información que contiene. Además, la investigación de Goleman se sustenta en un gran variedad de fuentes prestigiosas, que son citadas en el libro. 

Recomiendo con gran entusiasmo esta obra porque, sin duda, nos explica cómo funciona nuestro cerebro (el cerebro emocional o límbico vs el cerebro racional o neocorteza) y cómo estos coexisten en nosotros e influyen en nuestra vida diaria. La inteligencia emocional - como muestra el libro- se aplica y es determinante en nuestro desempeño académico, profesional, familiar, amical, sentimental, personal, social, etc. Si carecemos de esta inteligencia emocional, es seguro que no lograremos un buen desempeño en los diversos ámbitos de la vida. Goleman menciona al respecto la importancia del autoconocimiento emocional, el manejo de las emociones y el aprovechamiento productivo de estas (mayor tolerancia ante las frustraciones y control del enojo o la ira; mayor capacidad para expresar adecuadamente el enojo, sin pelear o llegar a la violencia, etc.), la empatía y el manejo de las relaciones personales. 

En el capítulo final, "Alfabetismo emocional", Goleman señala que, pese a que venimos con una carga genética predeterminada o vivimos a veces en un contexto familiar o social peligroso, aún así, es posible educar nuestra inteligencia emocional. Con ese fin, las escuelas juegan un rol fundamental, y da como ejemplos algunos proyectos aún aislados que se llevan a cabo en escuelas de Estados Unidos y están dirigidos a alfabetizar emocionalmente a niños y adolescentes, es decir, a desarrollar su inteligencia emocional. Creo, finalmente, que La inteligencia emocional es un libro que deberíamos leer y debatir en la educación secundaria y universitaria, ya que ofrece herramientas básicas y fundamentales para tener una vida más plena. 






 






sábado, 3 de octubre de 2020

Federico Coria y el valor de la perseverancia

A los doce años, Federico Coria  estuvo en la final del Roland Garros del 2004 viendo, desde la tribuna, el partido que perdió su hermano el argentino Guillermo Coria frente a su compatriota Gastón Gaudio en un reñido duelo a 5 sets. Su hermano Guillermo era su héroe, ya que llegó a ser número 3 del mundo y ganó importantes torneos del circuito ATP. Lamentablemente, Guillermo (1982) se retiró joven del tenis, a los 27 años. Más aún, solo hasta los 24 años compitió al máximo nivel, ya que a partir de los 25 años comenzó a jugar poco y su rendimiento cayó ostensiblemente. Era como si hubiese perdido la motivación, el hambre, la pasión de sus inicios. O, simplemente, no soportaba perder. Guillermo Coria quedó en la historia del tenis argentino y mundial como un deportista dotado, poseedor de una gran talento, pese a que su llama duró poco. Su hermano Federico, diez años menor, creció con ese legado y decidió seguir sus pasos. 


Sin embargo, Federico no poseía el talento de su hermano, ni los pergaminos de Guillermo, quien de juvenil arrasó con todos los torneos de su edad. Federico, por el contrario, no tenía nada de precoz, ni tenía el genio de su hermano. A diferencia de Guillermo que a los 18 años ya estaba en el top 100 del circuito ATP y a los 19 años entre los 25 primeros, Federico  no había pasado del puesto 769 al cumplir los 20 años. Mientras Guillermo llegó al top 10 del tenis a los 21 años y se mantuvo en este durante tres años seguidos, Federico a los 24 años no había pasado del puesto 329. Cuenta el menor de los Coria que escuchaba los rumores en torno a él, los comentarios maledicentes comparándolo con su hermano mayor, y cómo quería pasar desapercibido para poder jugar tranquilo. Al ver que, pese a su esfuerzo, las cosas no mejoraban y las estrechez económica apremiaba, seguramente pensó en el retiro. No obstante, Federico Coria perseveró, no se dejó amilanar por las derrotas y el poco éxito de sus inicios. A diferencia de su hermano mayor, lo mejor de su carrera vendría con la madurez física y emocional. A los 25 años, se posicionó en el puesto 223 del mundo. Recién a los 27 años, en el 2019, ingresó a la lista de los 200 mejores del mundo. Y finalizó ese año, en el 120 del ATP gracias a su victoria en el Challenger de Savannah y alcanzar tres finales en los Challenger de Almaty, Santo Domingo y Lima. 

Poco antes de la suspensión del circuito del tenis por la pandemia del Coronavirus, Federico Coria jugó sus primeros torneos en el circuito principal del ATP y ganó sus primeros partidos. Esto le permitió alcanzar el puesto 103 del escalafón mundial. Tras casi seis meses de para, el circuito se reanudó y su buen puesto le permitió disputar su primer torneo de Grand Slam, el US Open, en donde alcanzó la segunda ronda. Luego disputó el Master 1000 de Roma, en el cual disputó tres partidos clasificatorios para acceder al cuadro principal, y llegar también a la segunda ronda
. Esto le permitió, por primera vez en su carrera, posicionarse en el puesto 98 del ranking mundial y cumplir uno de sus sueños.

Otro de los sueños de Federico Coria era jugar el Roland Garros, ese torneo de Grand Slam en el que vio a su hermano mayor disputar la final. Pues bien, dieciséis años después, esta semana, Federico cumplió su segundo sueño (además de la buena suma de dinero que recibirá por su participación), ya que alcanzó la tercera ronda del torneo, tras derrotar, en primera ronda, a Jason Jung y, en segunda ronda, al francés Benoit Paire. Ayer perdió en tercera ronda frente al italiano Jannik Sinner por 3-6/5-7/5-7 en un intenso partido. Con este logro, el menor de los Coria, posiblemente, alcance un puesto mejor en el circuito ATP. Y seguramente él, su hermano Guillermo y su familia estarán muy orgullosos de lo logrado. Finalmente, nosotros, los amantes del tenis, también estamos orgullosos de Federico, ya que él es un claro ejemplo de que, como bien dijo su hermano Guillermo, "el trabajo duro siempre paga". Solo hay que perseverar y no bajar los brazos. ¡Gracias, Federico! 









sábado, 19 de septiembre de 2020

La Sinfonía de los animales

 

La sinfonía de los animales (2020) es un libro infantil del escritor Dan Brown, autor de best sellers como El código Da Vinci e ilustrado por Susan Batori. Lo compré pensando en mi sobrina y me dio curiosidad leer el libro infantil por la publicidad en torno a él y la popularidad del autor. Debo decir que he quedado gratamente sorprendido. Aunque me costó 50 soles (15 dólares aproximadamente), el precio se justifica. Primero, es un libro de tapa dura y bellamente ilustrado. La húngara Susan Batori es una brillante ilustradora de libros infantiles y aquí no es la excepción. Cada animal que aparece como personaje es una delicia visual y Batori le otorga una cautivante atmósfera al mundo recreado por Dan Brown.

Segundo, el autor norteamericano confecciona, fabrica pequeños poemas rimados, de tono risueño y lúdico, en torno a un conjunto de animales como los pájaros, canguros, gatos, la mantarraya, el hipopótamo, las ranas, el avestruz, el armadillo, los jabalíes, los ponis, la ballena, el guepardo, el elefante, las ratas, los escarabajos, las arañas, el murciélago, el cisne, los grillos. En cada pequeña poesía, el autor alude a uno de estos animales y lo vincula con nuestras vidas. Claro, siempre empleando una rima divertida, con riqueza de lenguaje y con un mensaje entre líneas. Al final, como en una fábula, se da una moraleja en torno a la poesía. Un ejemplo, al respecto:

NANA DE GRILLOS

A veces miramos con solo la vista

(lo hacemos con cómics o alguna revista)

Mas cuando espiamos con nuestros oídos

notamos más cosas con otros sentidos.

El campo de noche parece desierto,

los ojos piensan que están en lo cierto.

Son nuestras orejas las que lo han captado:

¡hay cientos de grillos cantando en el prado!

-De vez en cuando, cierra los ojos y escucha. Puede que "veas" algo nuevo.


Súmenle a esto, las bellas ilustraciones de Susan Batori. Y, por si fuera poco, mediante un código QR, podemos acceder a la banda sonora compuesta por el mismo Dan Brown, que musicaliza, con una orquesta, cada poema, con el fin de "revelar una cara divertida o interesante de la personalidad" de cada animal. En suma, muy recomendable, sobre todo para los más chicos que recién se inician en la lectura.  

Foto: el periodista.cl 

 

domingo, 6 de septiembre de 2020

Diario de un profesor (72)

 "La sincronía entre profesores y alumnos indica en qué medida se sienten compenetrados; estudios efectuados  en aulas muestran que cuanto mayor es la coordinación  de movimientos  entre profesor y alumno, más amigables, contentos, entusiasmados, interesados y sociables se muestran mientras interactúan. En general, un elevado nivel de sincronía [grado de compenetración emocional] en la interacción significa que las personas se caen bien. Frank Barnieri, el psicólogo de la Universidad Estatal de Oregon que llevó a cabo estos estudios, me dijo: ´´La comodidad o incomodidad que uno siente con alguien es en cierto modo física. Es necesario tener un ritmo compatible, coordinar los movimientos, sentirse cómodo [...]´´". (Goleman, p.145)

(Fragmento de La inteligencia emocional, de Daniel Goleman, 2019)

lunes, 31 de agosto de 2020

Diario de un profesor (71)

Fragmentos del libro de Daniel Goleman, La inteligencia emocional, 2019 (1995) 

-"El grado en que los trastornos emocionales  pueden interferir la vida mental no es ninguna novedad para los profesores. Los alumnos que se sienten ansiosos, enfurecidos o deprimidos no aprenden; la gente que se ve atrapada en esos estados de ánimo no asimila la información de manera eficaz ni la maneja bien". (Goleman, p.104)

-"Ser optimista, al abrigar esperanzas, significa tener  grandes expectativas  de que, en general, las cosas saldrán  bien en la vida a pesar de los contratiempos y las frustraciones. Desde el punto de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que evita que la gente caiga en la apatía, la desesperanza o la depresión ante la adversidad. Y, al igual que la esperanza, su prima hermana, el optimismo reporta beneficios en la vida (por supuesto, siempre y cuando sea un optimismo realista; un optimismo demasiado ingenuo puede resultar catastrófico)". (p.114)

-"Es la combinación de talento razonable  y la capacidad de seguir adelante ante las derrotas [el optimismo] lo que conduce al éxito [...] Lo que uno necesita saber con respecto a alguien es si seguirá adelante cuando las cosas resultan frustrantes" (p.115)

-"Howard Gardner, el psicólogo de Harvard que desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples, considera el estado de flujo y los estados positivos que lo caracterizan como parte de la forma más saludable de enseñar a los chicos, motivándolos desde el interior más que amenazándolos u ofreciéndoles una recompensa. ´´Deberíamos  utilizar los estados positivos de los niños para incitarlos a aprender en los campos donde ellos puedan desarrollar sus capacidades´´, me explicó Gardner. ´´El estado de flujo es un estado interno que significa que un niño está ocupado en una tarea adecuada. Uno debe encontrar algo que le guste y ceñirse a eso. Es el aburrimiento en la escuela lo que hace que los chicos peleen y alboroten, y la sensación abrumadora de un desafío lo que les provoca ansiedad con respecto a la tarea escolar. Pero uno aprende de forma óptima cuando tiene algo que le interesa y obtiene placer ocupándose de ello´´ (p.121)


jueves, 20 de agosto de 2020

Una historia

1 de marzo

Estoy en el aeropuerto sola. Son las 12 de la noche y mi vuelo sale a las 6 de la mañana. Observo a la gente a mi alrededor. Seguramente, a mí también  me observan disimuladamente. A mi costado, sobre una mesa de madera, un café humeante me acompaña. Veo que la gente hace cola en el patio de comidas para degustar un sánguche, un cuarto de pollo, una dona, una pizza. Gente de todas las edades y razas, con rostros risueños o adustos, sentados o parados, con grandes equipajes o pequeños bolsos, conversan o simplemente observan. Un grupo de cuatro jóvenes, posiblemente italianos, juegan cartas y sonríen animados. A mi lado derecho, una pequeña y joven mujer, de traje azul y amarillo y el cabello recogido, recoge la basura en un pequeño carrito que empuja con las manos. Al frente mío, una mujer madura, de blusa blanca y chaleco naranja, toma un café con una dona seguramente en medio de su descanso. Un joven de menos de 30 años, el cabello corto, camina de un lado a otro con su pequeño hijo en los brazos. Es verano en Lima y el calor se siente incluso en la noche. A mi lado izquierdo, una joven pareja se sienta con una bandeja de pollo y papas fritas. Y la gran mayoría, ensimismados, como zombies, en sus celulares seguramente observando sus redes sociales.

Seguramente se preguntarán a dónde viajo. Pues a Cajamarca, una provincia al norte del Perú, en la sierra. En los últimos años, desde que cumplí 30, he viajado bastante. He conocido Arequipa, Iquitos, Cuzco, Apurímac. Y del extranjero, Buenos Aires, Río de Janeiro, Madrid, Roma, Florencia, París y Nueva York. Antes, en mis veintes, no tenía el impulso de viajar, pensaba que no era necesario para encontrar el sentido a la vida o a mi vida. Sin embargo, eso cambió con la llegada a los 30. Seguramente sentí, como usted lector, que me estaba volviendo vieja o simplemente el reloj de la juventud comenzaba a correr. Entonces, al menos una vez al año, compraba un boleto de avión o un ticket de bus y partía a un lugar desconocido. En un aeropuerto, en cuestión de minutos u horas, te topas con gente diversa, con la que nunca más te volverás a encontrar, y tan pronto como te percatas de su existencia, al intercambiar miradas fugaces o una breve conversación durante la larga espera, desaparecen, se esfuman como por arte de magia. Por ejemplo, el joven simpático que hace cinco minutos comía una pizza frente a mí, que tenía los labios gruesos, bien delineados y la frente amplia, ha desaparecido, y ahora, en el mismo lugar, dos chilenos y una chilena, con aquel característico cantito, comen también la misma pizza caliente de aquel joven que nunca más volveré a ver.

Les confieso algo. Hoy cumplo 36 años. Bueno, al mediodía los cumpliré. 12 y 32 a.m.  para ser exactos, tal como indica mi partida de nacimiento. Arriba mío, una lámpara de techo me enceguece con su luz fluorescente. En la mesa de madera, restos de azúcar, del café que tomo, nacen desperdigados junto a una servilleta. Y un macetero pequeño luce unas plantas de tallos delgados y hojas largas, que sirven de separación con quienes se sientan frente a mí. Como les decía, hoy cumplo años y viajo sola a Cajamarca. No crean que soy solitaria o ermitaña, he realizado varios viajes con grupo de amigas, con alguna expareja o alguna amiga, pero también lo he hecho sola, y me parece una experiencia que vale la pena. En esos cinco o seis días que dura la travesía, se vive intensamente, y acumulas experiencias que quedarán grabadas por siempre en la memoria.

Veo la hora: es la 1:30 a.m. Es tiempo de pasar a la zona de embarque.


                                                                             ***

Mayólicas blancas relucientes que reflejan los fluorescentes de la amplísima sala de embarque. Frente a la pantalla del televisor que indicará la puerta de embarque de mi vuelo, espero sentada en un cómodo asiento de cuero negro y base metálica. La sala de embarque, a las 2 a.m., luce semivacía y, salvo por la música de moda tenue que fluye por los parlantes,  las tiendas de platería y comidas bien iluminadas, un halo de animosidad le confiere a la escena. La gente, sola o en grupo, busca algún asiento algo alejado, que le dé momentánea privacidad, para poder recostarse a descansar, ver algún video en su celular o comer algún bocadillo. Una mujer joven, con una gran mochila en la espalda, llega con una mascarilla que cubre su boca y se sienta frente a mí. Es el coronavirus, una epidemia que se originó en China y se ha esparcido en el último mes a Europa, y esta semana, ha llegado a América Latina.

Al observar trabajando al personal de limpieza, con sus pantalones azules y camisas celestes, al joven del counter de información, a la muchacha que atiende en el Starbucks, al carrito con luz titilante que se desplaza por la pista de aterrizaje, uno entiende que hay vida mientras la gran mayoría se entrega a las manos de morfeo. 








jueves, 13 de agosto de 2020

El vampiro temeroso

El vampiro temeroso (2019) es un libro del escritor peruano Santiago Roncagliolo dirigido al público infantil. Compré el libro pensando en mi sobrina de casi 7 años, pero lo leí por curiosidad y pasé un momento divertido y entretenido. Este libro de Roncagliolo trata sobre una niña cuya madre ha fallecido recientemente, y recibe la noticia de su padre que van a mudarse a la provincia de Ancash. Ahí tiene que integrarse a su nuevo colegio, donde sufre el bullying de una niñas, y conoce a la nueva novia de su padre, a quien ve como una intrusa que usurpa el sitial de su madre. En ese contexto, Mariela -la niña protagonista- conoce a un joven vampiro quien trata de asustarla, pero sin éxito. Por supuesto, esto se asemeja al relato de Oscar Wilde, "El fantasma de Canterville", pero, sin embargo, Roncagliolo se vale bien de este recurso del vampiro torpe, para crear una divertida e ingeniosa historia.

Con el transcurrir de esta historia, se crea un vínculo de amistad entre Mariela y el vampiro. Y este le ayuda a ella a superar el bullying que sufre por parte de aquellas compañeras del colegio. Por otro lado, destaco la prosa y el humor de Roncagliolo. Hay momentos hilarantes y muy bien contados. Las ilustraciones, en blanco y negro, solo son regulares, Finalmente, el joven vampiro le enseña a Mariela a aceptar a las personas no por lo que parecen, sino por lo que son por dentro. Eso la lleva a ella a darle una oportunidad a la novia de su padre. 

Por lo anterior, si tienes una niña o niño en casa entre 7 a 9 años, creo que este libro sería un hermoso regalo para que se enamore de la lectura. 













domingo, 9 de agosto de 2020

Mario. El universo Vargas Llosa

 

Mario. El universo Vargas Llosa es una historia gráfica, aparecida en el 2019, sobre la vida del premio nobel de Literatura 2010, el peruano Mario Vargas Llosa. El guion está escrito por Carlos Enrique Freyre y las ilustraciones a cargo de cuatro jóvenes: Jesús Castro, Doménico Pagano, Daniela Gamarra y Omar Carrillo. La historieta está dividida en 4 capítulos que abarcan la vida del escritor peruano desde su infancia hasta su consagración, con pequeños saltos en el tiempo. Por ejemplo, el capítulo 1 se titula "Origen" y el ilustrador es Jesús Castro; el segundo capítulo se denomina "Formación", y el ilustrador es Doménico Pagano; el tercer capítulo, "Expansión", a cargo de Daniela Gamarra; y el último capítulo, "Consagración", a manos de Omar Carrillo

Esta biografía de nuestro nobel a manera de historia gráfica es un bonito homenaje a aquel. Está muy bien hecha y brinda información valiosa que no conocía. Por ejemplo, que Vargas Llosa, para finalizar su segunda novela La Casa Verde, se hizo pasar por un ingeniero, con un gran proyecto agrícola, para que el Ejército peruano lo llevara a la selva peruana y pudiera recorrer nuevamente el Alto Marañón y poder visitar así la comunidad Santa María de Nieva, en donde se ambientaba parte de su novela. Asimismo, las ilustraciones, cada una con un propio estilo, pero con una unidad de conjunto, aporta al desarrollo de la trama bien engarzada. Valga decir, la propia vida de Vargas Llosa es una novela en sí misma, casi como una aventura de algunos de sus personajes más célebres, aunque con un desenlace feliz. 

En suma, este libro es recomendable para todos aquellos que quieran adentrarse en la biografía del notable escritor peruano. Y será, estoy seguro, la delicia de sus admiradores, entre los cuales me incluyo. ¡Excelente iniciativa esta historia gráfica! 

sábado, 25 de julio de 2020

El código García



El código García (2020) es un libro que, a través de nueve artículos y una historieta de diversos autores, analiza la figura del ex presidente del Perú, Alan García Pérez, quien se suicidó en abril del 2019 cuando iba a ser detenido por el caso de corrupción de Odebrecht, la empresa brasileña. Como bien señala la contratapa del libro, este "reúne a diez figuras del mundo periodístico, artístico e intelectual quienes ofrecen [...] valiosas claves para comprender el ADN político y personal del multifacético Alan García". 

Lo primero que llama la atención de estos artículos e ilustraciones es su tono ameno y periodístico. No se trata de sesudos ensayos reflexivos llenos de citas y notas a pie de página, sino más bien de  textos entretenidos, bien escritos y que analizan con detalle y profundidad distintos ángulos de la figura del cuestionado líder del Apra. Por ejemplo, el escritor Santiago Roncagliolo enfoca la relación de aquel con Víctor Polay, líder del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, y quien en su juventud fue un militante aprista amigo de García y que compartieron aventuras en Europa.  En otro texto, el periodista y escritor peruano Marco Sifuentes evoca la figura de García cuando le tocó cubrir la campaña presidencial de este en el 2006, y que lo llevó  a ocupar la banda presidencial por segunda vez, para gran sorpresa de muchos. Ambos artículos destacan por su agilidad narrativa y por el buen uso de fuentes para dotar de fundamento las ideas que sostienen. La mayoría de textos gozan de estas características y, por eso, este libro es de interés para entender la figura y la muerte del polémico expresidente.

Es cierto también que el libro, en general, muestra una visión negativa sobre Alan García, sin embargo, esto se entiende porque se hace un balance con pruebas y testimonios al alcance. Hay, sin embargo, algunos textos entretenidos que pecan de excesiva subjetividad y condenan a García sin pruebas y solo a partir de pálpitos y fruto de la pasión exacerbada que genera el controvertido personaje. Es el caso del texto de Gabriela Wiener o de la historieta de Jesús Cossío que, sin matices de por medio, muestran a García como un simple corrupto y violador de derechos humanos. Y con esto no estoy defendiendo a García, sino que, simplemente, para hacer un análisis riguroso, se deben dejar de lado las pasiones, y mostrar los matices del personaje y del contexto de la época que se vivió, tal como en una buena novela.

En síntesis, el Código García es un libro de interés para entender el por qué del suicidio del expresidente del Perú y las sombras y luces que rodeaban a uno de los políticos del país más controversiales de los últimos 40 años. 
















sábado, 18 de julio de 2020

Diario de un profesor (70)

En tiempos de Coronavirus, me he convertido en un docente en modalidad virtual. No me desagrada. Pese a que me he estresado, siento que es un poco más tranquilo que las clases presenciales. Buscamos crear un vínculo con los alumnos, pero, al no involucrarnos tanto, el desgaste emocional y físico es menor. Por ejemplo, no he tenido problemas de disciplina. Y eso alivia el trabajo y lo hace más llevadero. Como me señaló el otro día una colega, con los años, el profesor siente más ese desgaste físico y emocional, y eso repercute en nuestro rendimiento. No es casualidad que muchos profesores mayores parecen hastiados de su oficio y la pasión parece ausente. No obstante, yo trato de dar lo mejor de mí, aunque a veces fallo. Por ejemplo, el otro día, hacía una retroalimentación de un ejercicio a un grupo de estudiantes. Al finalizar, una alumna me dice cordial: "¡Muchas gracias, profesor, por su paciencia. Disculpe por hacerlo renegar!". Yo suelto una carcajada. Le pregunto curioso: "Qué, ¿se me nota que reniego?". "¡Sí, profesor!", me contesta. Yo me río y le digo: "Gracias por la sinceridad" y, luego de despedirnos, me quedo pensando. Siempre hay cosas por mejorar. Siempre. Como una vez me dijo un profesor mío: "Nunca hay que creérsela".

miércoles, 15 de julio de 2020

Libros de cuarentena

En estos más de cien días de cuarentena, no hubiera podido sobrellevar esta, sino hubiese sido por mis amigos los libros. Estos eran como una bocanada de aire fresco que me permitieron oxigenarme y hacer más llevadero este encierro obligado. Básicamente, releí tres libros y leí dos nuevos. Entre los tres que releí, están las hermosas biografías de los tenistas André Agassi y Rafael Nadal. El primero titulado Open, que es una maravilla y está escrito por el periodista estadounidense J.R. Moehringer ganador del premio Pulitzer. El segundo, titulado Rafa, está escrito por el periodista británico John Carlín. En este ramo del tenis, leí también una novela de suspenso, del extenista Ilie Nastase, Break point. Sin duda, Nastase tiene talento no solo en el tenis, sino también en la escritura. 

El otro libro que releí es Contarlo todo, del escritor peruano Jeremías Gamboa. Me volvió a gustar y pasé momentos entretenidos, aunque fui más consciente de los logros y falencias de esta novela. Pero en el balance, es una bonita novela de aprendizaje que destaca por la sinceridad y los conflictos del personaje principal. Es también un muy buen retrato del mundo del periodismo y una oda a la verdadera amistad. Sin embargo, no es, como indicaron las campañas de marketing, una novela que haya revolucionado la literatura latinoamericana. Sin duda, existen mejores libros y más arriesgados. 

Finalmente, leí un libro que tenía pendiente y que me encantó: Rosaura a las diez, del escritor argentino Marco Deneví. Sin duda, el mejor libro de todos, tanto por su factura literaria, la pericia del autor, el uso del lenguaje, el manejo del suspenso y la intriga, el final inesperado, el humor, el tratamiento de los personajes, etc. 

Otros amigos, sin duda, fueron las películas y las canciones que escuché. Gracias a Lisbeth Salander y las películas de la saga Millenium; a la temporada 2 de Walking Dead; a Dos besos , del director Francisco Lombardi: a la saga de Batman, de Nolan; y entre los músicos, a Alejandro y María Laura, "Sana sana" es otra notable canción; a Cindy Lauper y su "All through de night"; y un larguísimo etcétera. Gracias, gracias.

domingo, 14 de junio de 2020

Rosaura a las diez



En tercero de media, en el colegio, leí una antología de cuentos latinoamericanos que me encantó. Uno de mis relatos favoritos era "La cola del perro" de un argentino llamado Marco Denevi (1922-1998). La historia fantasiosa giraba a partir de un amo que un día, cansado de la holgazanería de sus animales, le ordena a su perro que deje de mover la cola y se dedique a cuidar a su rebaño. Eso trastoca la relación entre el fiel y noble animal y su dueño. Siempre me quedó grabado ese cuento y el nombre de su autor. Por eso, hace seis años, cuando conocí Buenos Aires, no dudé en comprarme en el Ateneo el libro más conocido de Marco Denevi y por el cual ganó un premio literario en 1955: Rosaura a las diez. Pues bien, hace una semana recién leí dicha novela y debo decir que su autor es mejor escritor de lo pensé, y que su obra es una joyita de la literatura argentina y latinoamericana. 

Pese a que solo tenía 33 años cuando salió a la luz este libro -gracias a aquel concurso- Rosaura a las diez muestra a un escritor ya maduro, con una prosa exquisita y bien trabajada, con una maestría en el uso de los recursos literarios y el manejo del humor. La novela relata el asesinato de Rosaura, una joven bella y misteriosa, a través de cuatro personajes que la conocieron de cierto modo. Cada uno de estos recrea, desde su propia y subjetiva perspectiva, los hechos que presenciaron en torno al extraño romance entre ella y Camilo Canegato, un hombre cuarentón y tímido, quien es el principal sospechoso de ser el asesino tras su casamiento con Rosaura. Lo interesante de la novela de suspenso, además de su logrado trabajo con el lenguaje, las exquisitas reflexiones y el fino humor, es que cada personaje ofrece un contrapunto diferente sobre la situación, enriqueciendo la historia, pero también generando la duda en el lector sobre lo que realmente pasó. El misterio, finalmente, se resuelve con una carta escrita por Rosaura, que uno de los personajes llega a encontrar. Sin duda, es un desenlace inteligente y que cierra una hermosa novela que vale la pena ser leída y, sobre todo, disfrutada. ¡No olvidemos a este muy buen escritor: Marco Denevi! 





miércoles, 10 de junio de 2020

Diego Junqueira


Diego Junqueira es un extenista argentino nacido a fines de 1980. No llegaba al metro setenta, era rechoncho y no tenía mucha habilidad para el tenis. Sin embargo, eso lo compensaba con una gran pasión por este deporte. Pese a que nadie apostaba un peso por él, decidió ser tenista profesional. Debutó en 1999 y durante varios años se pasó disputando torneos menores en los cuales la derrota era la moneda corriente y sus ganancias eran exiguas. Cuando cumplió 24 años, solo había llegado a ocupar el puesto 570 del mundo. Seguramente a estas alturas, muchos le hubieran dicho: "Retírate, no sirves para esto. Eres muy malo". Pero Junqueira, que amaba el tenis, perseveró pese a su limitaciones técnicas. Las compensó con trabajo y más trabajo. A los 25 años, fruto de su esfuerzo, comenzó a ganar algunos torneos menores, pasó a disputar torneos de rango medio y escaló al puesto 221. Poco a poco empezó a curtirse, a perfeccionar su juego, a no frustrarse con las derrotas cotidianas, y pudo ganar algunas competencias Challenger (torneos previos al circuito ATP). Sin embargo, luego de llegar al puesto 177 a los 26 años, comenzó nuevamente a perder de manera clamorosa y descendió hasta el puesto 373 del ATP. Tenía casi 27 años y parecía que la lucha había sido en vano. Cualquiera se hubiera rendido. Pero Junqueira no renunció, sino que volvió a tomar un aire disputando esos torneos menores de sus inicios y, una vez recuperada la confianza, se reintegró con fuerza al circuito. El 2008 fue el año de despegue de Diego Junqueira. Llega a ganar tres torneos Challenger y, por primera vez en su carrera profesional, clasifica al torneo de Roland Garros y llega a segunda vuelta. En el 2009, disputa tres de los cuatro torneos más importantes del tenis (los Grand Slams): el Australian Open (pierde en primera ronda en un reñido partido a 4 sets con el francés Richard Gasquet), el Roland Garros (nuevamente alcanza la segunda ronda) y el Wimbledon (pierde en primera ronda sin atenuantes con su compatriota Guillermo Cañas). Ese 2009, a los 28 años, ingresó a la lista de los 100 mejores del mundo por diez meses y ocupó el puesto 68. En el 2011, ya con 30 años, por primera vez en su carrera, clasificó al último Grand Slam que le faltaba, el US Open, en el cual llegó a segunda ronda y perdió contra su paisano de Tandil, el argentino Juan Martín del Potro por 2-6/1-6/5-7. Ese 2011, con casi 31 a cuestas, fue el último año en que volvió al top 100 por dos meses. Se retiró en el 2013 a los 32 años. ¡Un verdadero campeón!

Foto: Dave Winter / Icon Sport

domingo, 31 de mayo de 2020

Counting Crows

A mediados de 1994, en las radios de Lima, comenzó a sonar "Mr. Jones" de un grupo desconocido llamado Counting Crows. Basta decir que me enamoré de la canción. Esperaba los programa musicales de fin de semana para ver, en la TV, el video de aquel gordito con rulos, con su casaca de cuero marrón, que se agitaba como poseso al ritmo de la canción. No sabía qué decía, pero sentía que me hablaba a mí. Un sábado, con mis propinas, me fui solo a Polvos Rosados, a comprarme el casete (sí, el casete). Consulté en algunos puestos el precio, pero comencé a dudar: "¿Y si el disco es malo y solo tiene una canción buena?". Pedí el casete y me quedé contemplando ensimismado la tapa: decía "August and everything after" en letras negras y el fondo era de tonos amarillos y naranjas, como una carta cuarteada por el paso del tiempo. Entonces le solicité a la señorita que atendía que, por favor, pusiera el disco para escuchar algunas canciones. La joven accedió a mi pedido y puso play. En ese momento, comenzó a sonar una melodía que empezaba con un punteo de guitarra que se repetía como una letanía. La canción comenzaba lenta, pero luego desencadenaba en un clímax que me dejó emocionado y aturdido. Miré la contratapa del casete y leí el título de aquella canción: "Round here". Fue entonces que alcé la mirada y afirmé, con absoluta certeza: "¡Señorita, me llevo el disco!"
https://www.youtube.com/watch?v=SAe3sCIakXo

domingo, 17 de mayo de 2020

Tie-break

El rumano Ilie Nastase (1946) fue número 1 del tenis en los años setentas y ganó dos Grand Slams: el  US Open (1972) y el Roland Garros (1973). Fue también finalista del Wimbledon en dos ocasiones. En 1985, publicó la novela policial Tie-Break que, como señala el título, tiene como telón de fondo al mundo del tenis.

La novela empieza lenta y, en sus primeras páginas, pese a la prosa estilizada y las buenas descripciones del narrador sobre la vida cotidiana del campeón Koras Belinkas (su álter ego), parece tratarse de una obra superflua, vacía, sin mayor trascendencia, producto de un exdeportista de elite sin oficio para la escritura. Sin embargo, esa primera impresión es errada. Conforme transcurren las páginas, y sobre todo a partir de la súbita muerte del tenista peruano Armando Reyes (¡sí, peruano!) en el torneo de Roland Garros, la novela comienza a cobrar interés. A partir de ahí, la historia se vuelve ágil, los personajes toman vuelo (los tenistas que acompañan en el circuito a Koras: Dumbo Cooper, Milo Trigrid, Terry Laville, etc; el detective Matt Malone; la princesa; la esposa de Laville; la joven francesa de la cual se enamora Koras; etc), y uno se involucra en la trama para llegar a saber quién mató al tenista peruano y al otro tenista polaco que es asesinado durante el torneo de Wimbledon. En ese momento, el lector comienza a notar el talento evidente de Nastase para narrar, para contar una historia de suspenso con buena prosa, con inteligentes descripciones y observaciones sobre el mundo del tenis y las banalidades que lo rodean.  Y pese a que el desenlace no es del todo logrado, uno, tras finalizar la lectura de la novela, acaba con una sonrisa agradecida por haber pasado dos semanas llevaderas -en medio de la cuarentena por el Coronavirus- gracias a este entretenido y bien escrito libro. ¡Recomendable para los amantes del tenis y el suspenso!


viernes, 15 de mayo de 2020

Anécdota de colegio

Estábamos en cuarto de media de un colegio de hombres. Por algún motivo que no recuerdo, castigaron a todo el año y nos obligaron a pasar el recreo parados, bajo un sol intenso, en el gran patio de cemento del pabellón que ocupábamos. Habían transcurrido unos diez minutos del castigo (el recreo duraba media hora) cuando el director, un cura al que habíamos apodado José María "Pendejo", anunció -a través del micrófono- que podían ir a la capilla quienes acostumbraban confesarse. Debo indicar que, efectivamente, en los recreos, unos pocos solían acudir a la capilla para expiar sus pecados. Luego del anuncio del cura, y tras contemplarnos las caras entre nosotros, vimos que los "cuatro gatos" de siempre salían de la formación y caminaban en dirección a la pequeña iglesia. Sin embargo, poco a poco, vimos sorprendidos, que comenzaban a salir rostros que no identificábamos, precisamente, por su devoción religiosa. Luego, risueños y casi llorando de la risa, observamos que de la formación se desprendían decenas de alumnos que, súbitamente, parecían haber tenido una revelación y encontrado a Dios. En ese momento, el rostro del joven cura enrojeció y sus ojos destilaban fuego.

sábado, 25 de abril de 2020

Static and silence

Creo que estaba cursando el último ciclo de la universidad o uno de los últimos. Una tarde, regresando de la universidad a mi casa, me topé con un compañero de la facultad de Comunicaciones que había terminado hacía poco. No era mi amigo pero habíamos conversado un par de veces. Tenía fama de melómano, porque hablaba con erudición de discos, músicos y grupos que nunca había escuchado en mi puta vida (en toda facultad, había un bicho raro que parecía haber leído todos los libros del mundo; o visto todas las películas; o todos los animes y mangas). Luego de intercambiar algunas palabras con aquel muchacho (creo que se llamaba Rafael), me animé a pedirle que me recomendara un disco. "¿Qué tipo de música escuchas", me dijo. Yo me quedé mudo, me daba pudor decir que escuchaba a los baladistas de la radio, desde Bryan Adams hasta Alejandro Sanz, y que lo más rebuscado que oía era Charly García y Serú Girán. Creo que entendió mi silencio e intuyo mis dudosos gustos; fue entonces que me recomendó, con seguridad y una pasión que brotaba por sus poros, dos discos. Le agradecí y le prometí que los conseguiría. Y eso hice. Ese mismo día, fui a unas galerías y me compré uno de ellos (el otro disco no lo tenían). No voy a mentir, el álbum no me gustó, me encantó, se convirtió de uno de mis preferidos. Durante un par de meses, lo escuchaba mañana, tarde y noche. Era un dúo casi desconocido y con una sensibilidad en sus melodías que me envolvía. Un par de años después, me encontré con aquel chico, y no dude en acercarme y agradecerle por la recomendación. Él sonrió victorioso. 

Han pasado más de 10 años de eso. Ahora que estamos en la cuarentena, hace un par de semanas, me volví a topar con aquel disco y su tapa llena de polvo en uno de mis estantes. Lo coloqué en mi equipo y estas semanas lo he estado escuchando. Una maravilla. El buen arte es como una bocanada de aire fresco. Y nuevamente, se me vino a la mente la imagen de aquel compañero de facultad, le agradecí y le deseé suerte. El disco es "Static and silence" y el grupo es The Sundays. Esta es la primera canción del álbum de 1997, que fue su tercera y última grabación.


jueves, 9 de abril de 2020

Diario de un profesor (69)

 Extraído del libro Open, Memorias (del tenista Andre Agassi)

"Cuando entré en el mundo del tenis, era como la mayoría  de los críos: no sabía quién era y me rebelaba cuando los mayores me decían quién era. Creo que los mayores cometen constantemente ese error con los jóvenes: los tratan como productos acabados cuando, de hecho, están en proceso. Es como juzgar un partido antes de que acabe, y yo, demasiadas veces, he remontado..."

martes, 17 de marzo de 2020

Tiempos recios

Tiempos recios (2019) es la última novela del premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa. En esta historia el escritor peruano aborda, principalmente, el golpe de Estado que sufrió el presidente de Guatemala, Jacobo Árbenz, en 1954, a manos del militar Carlos Castillo Armas, apodado "Cara de Hacha", con el apoyo de los Estados Unidos y la CIA. Con ese fin se creó la excusa o "la mentira que pasó por verdad" de que Árbenz era un presidente que estaba alentando la entrada del comunismo soviético en América. Cuando, por el contrario, fue un gobernante que quiso implantar un gobierno democrático, pero que acabara con la discriminación e injusticias contra la gran mayoría de gente nativa de su país. Con ese fin, implantó algunas medidas impopulares y que eran vistas como "comunistas": la reforma agraria de las tierras ociosas (sin trabajar), apoyo a la formación de sindicatos de trabajadores, implantación del pago de impuestos para empresas extranjeras, como la United Fruit, etc. 

Vargas Llosa cuenta la historia desde la perspectiva de distintos personajes, con continuos saltos en el tiempo, para ofrecer un mosaico más amplio de lo ocurrido. Por ejemplo, narra también la llegada al poder del golpista Carlos Castillo Armas, cómo este comienza a perder el apoyo de los Estados Unidos, y finalmente termina siendo asesinado en 1957. Otro personaje importante es Marta Borrero Parra, la amante de Carlos Castillo Armas, y quien, tras la muerte de "Cara de Hacha", termina huyendo a República Dominicana, con la ayuda de Johnny Abbes, jefe del servicio de Inteligencia del dictador dominicano Rafael Trujillo. Precisamente, Johnny Abbes es otro de los personajes fundamentales de la historia, ya que está detrás del asesinato de Carlos Castillo Armas, quien no había correspondido a los favores que recibió de Trujillo para derrocar a Árbenz.

La novela del escritor peruano se lee de manera ágil, a través de capítulos cortos. Salvo uno de los capítulos iniciales, que es algo denso en información histórica y se lee como un reportaje periodístico, la historia sobre los juegos turbios en la política guatemalteca (y americana) toma vuelo en el transcurso. Luego esta historia se conecta, a través del personaje de Johnny Abbes, con la novela La fiesta del Chivo (2000), que gira sobre la longeva dictadura del presidente de República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo. En el capítulo final, tal como en la novela Historia de Mayta, la ficción histórica se mezcla con la realidad. En este epílogo, el narrador es el mismo Vargas Llosa, quien entrevista a una anciana Marta Borrero, que confirma, desmiente o evita comentar varios de los hechos narrados en la novela. Y a partir de este encuentro, lanza a manera de ensayo una conclusión sobre la trascendencia negativa que tuvo el derrocamiento del presidente guatemalteco Jacobo Árbenz para América Latina. 

En conclusión, Tiempo recios no está a la altura de las grandes novelas de Vargas Llosa, sin embargo, es una novela que reviste interés y resulta entretenida. Aquí el premio Nobel realiza una severa crítica a los Estados Unidos y su doble discurso sobre "democracia". Además, ahonda en un hecho histórico ocurrido en un pequeño y poco conocido país centroamericano (Guatemala) que causaría un gran impacto en nuestro continente. 








jueves, 20 de febrero de 2020

Guerras del interior


Guerras del interior (2018) es un libro de crónicas del periodista y escritor peruano Joseph Zárate (2016), ganador de numerosos reconocimientos, como el Premio Gabriel García Márquez 2018 en la categoría Texto, o el Premio Ortega y Gasset 2016 a mejor historia o investigación periodística. Este libro se compone de tres crónicas o reportajes periodísticos. Se titulan “Madera”, “Oro” y “Petróleo” y realmente son dignas de encomio: no solo poseen un fuerte mensaje de denuncia social, sino que revelan un Perú desconocido para la capital y, además, están escritos con gran rigor periodístico y aliento literario. Joseph Zárate, por ende, se suma a la talentosa y numerosa camada de cronistas peruanos de los últimos 15 años, entre los que destacan Daniel Titinger, Juan Manuel Robles, Gabriela Wiener, Marco Avilés y el mismo Zarate. Este joven autor ha pergeñado un libro de crónicas breve pero compacto y rotundo, que no deja al lector indiferente. En la línea De dónde venimos los cholos, de Avilés, Joseph Zárate también indaga, como un perspicaz y agudo antropólogo (con dotes de literato y comunicador), en ese Perú profundo y alejado de la capital.

En “Madera” se cuenta, a partir del asesinato del agricultor Edwin Chota, el problema de la tala ilegal de árboles en Pucallpa (Ucayali). Chota fue jefe de la comunidad de Saweto, en la Amazonía, quien se enfrentó a las mafias de la tala ilegal que explotaban a los asháninkas saqueando sus bosques. En “Oro”, se narra la aventura de Máxima Acuña Atalaya, una campesina que vive en la zona de Tragadero Grande (Cajamarca) y que se ha negado a abandonar su terreno, junto a la Laguna Azul, pese a que la gran minera Yanacocha desea instalar ahí su proyecto minero Conga. Debajo de las tierras de Máxima Acuña se haya una de las más grandes reservas de oro del país, la cual generaría gran progreso económico para la zona, sin embargo, también el fin de Laguna azul y otras dos lagunas más, además de los terrenos de cultivo de la zona. Finalmente, en “Petróleo”, se relata la historia del niño awajun Osman Cuñachi, de pueblito de Nazareth (Amazonas) y cómo, en junio del 2016, una rotura del Oleoducto Norperuano  produjo el derramamiento de unos 500 mi litros de petróleo y contaminó el río Chiriaco. Osman Cuñachi fue uno de los numerosos niños que fueron contratados, junto con pobladores adultos de la zona, por ingenieros de Petroperú (la empresa petrolera estatal peruana) para recoger, en baldes, y sin ninguna protección, el combustible del río, a cambio de una regular suma de dinero. Esto llevaría a que muchos niños, entre ellos Osman Cuñachi, terminen contaminados con cadmio, plomo, arsénico y mercurio en sus organismos. Esta crónica de Zarate -al igual que en “Madera” y “Oro”- muestra y confronta las perspectivas opuestas del discurso modernista que alienta el “progreso” con el discurso ecologista que defiende, a veces también con radicalidad, al medio ambiente. Aunque Zarate tiene una visión más ecologista, no realiza un discurso sesgado en sus reportajes periodístico-literarios, sino que lo contrasta, lo coteja y lo matiza con las opiniones contrarias.

En conclusión, Guerras del interior es un excelente libro de crónicas periodísticas de aliento literario que refleja la buena salud de este género en nuestro país. Además, muestra a un muy talentoso y joven autor, que emplea la crónica para hacer denuncia social y -como señala su epílogo- encontrar o redescubrir sus raíces (amazónicas).    

domingo, 9 de febrero de 2020

La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile


Este libro es un reportaje periodístico-literario sobre la aventura del cineasta chileno Miguel Littín, quien, en 1985, filmó un documental sobre la realidad de su país tras doce años de dictadura de derecha del general Augusto Pinochet. Con ese fin, Littín -tras 12 años de destierro- ingreso a su país infiltrado como un turista uruguayo totalmente diferente en apariencia y gestos. Durante seis semanas, apoyado por diversos equipos de filmación de países europeos (que habían obtenido la aprobación legal a través de sus embajadas), pudo captar la situación de su país en aquel momento, tanto en Santiago como en las provincias más alejadas. 

El premio Nobel García Márquez al escuchar en boca de Littín las peripecias que tuvo que pasar para grabar su película Acta general de Chile (1985) [en youtube la pueden encontrar como Clandestino en Chile], decidió escribir una crónica de esto, lo cual se tradujo en el libro que reseño y que se publicó en 1986 con bastante éxito.  

García Márquez, como un riguroso periodista, interrogó durante casi una semana a Littin y contó su historia en primera persona para mantener el tono confesional y personal del cineasta chileno. Salvo algunos cambios en los nombres de algunos personajes y “muchas circunstancias alteradas” para preservar la seguridad de estos-, la historia es fidedigna. El escritor colombiano le otorga al relato la fluidez y calidez de su prosa lírica, envuelve al lector en las aventuras de este cineasta chileno que parece no temerle a la temible y sangrienta represión del dictador Pinochet y, como en una novela de aventuras o de acción, el suspenso está presente. Hay que indicar que Littin es un hombre de izquierda y trabajó para el gobierno del derrocado presidente Salvador Allende. El inicio del libro es llamativo porque lo primero que le impacta al cineasta al recorrer las calles de Santiago es su modernidad, limpieza, orden; sin embargo, poco a poco va descubriendo las grietas de los efectos de la dictadura: la gente con miedo a expresarse, la pobreza escondida, la represión silenciosa y acechante. Hubiera sido interesante profundizar en esos contrastes a lo largo del libro y no solo al inicio, ya que conforme transcurre el relato, se pierde la fuerza inicial y se torna en un mero recuento de anécdotas vividas por Littín para grabar su película y no ser descubierto por la policía.   
      
En conclusión, La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile es un libro de sumo interés que muestra a García Márquez como un excelente cronista. Sin embargo, faltó profundizar más en la situación que vivía el país del sur en 1985 -con sus diversos contrastes-, tras doce años de dictadura del general Pinochet.