martes, 29 de julio de 2014

Introducción (o lo que pudo ser una introducción)

Hace poco más de un año escribí una introducción para el libro que estoy escribiendo. Ayer la releí y sentí que estaba de más, que no era necesario incluir una presentación, proemio e introducción en un libro. Mejor es que el libro se defienda solito. Pero para que no quede en el olvido, incluyo esto que pudo ser una introducción y no fue:


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Escribo esto a mitad del libro, y lo hago porque tengo una pena en el corazón. Hace tres meses conocí a una cuzqueña linda en una discoteca. Primera vez que conocía a alguien en serio en una discoteca, donde lo normal es tener solo aventuras. Hicimos química de inmediato y salimos una vez junto con sus amigas. No miento, fue una de las salidas más bonitas que tuve en mi vida. Pensé: yo quiero una chica así. Y ese día, no pude contener mis ganas, le dije que me parecía linda y que quería conocerla. Ella aceptó y acordamos salir para conocernos. Pero su trabajo y falta de tiempo impidió que esto ocurriera un par de veces. Sin embargo, conforme las semanas pasaban, ella comenzó a poner excusas cada vez más inverosímiles y comencé a sospechar que su interés estaba disminuyendo. Me esforcé entonces por hacer méritos para salir con ella, pero parece que no dio resultado. Hace tres semanas fue la última vez que hablamos por teléfono y le confesé nuevamente mi gran interés, pero ella se excuso diciendo que estaba ocupada, que acababa de salir de una relación y que me veía como amigo. Y yo ahora, a pesar de mantener ese gran interés, he tenido que hacer de tripas corazón y no he vuelto a insistirle. En estas semanas no la he llamado, a pesar que ganas no me han faltado. Y esta sensación de vacío, pena, nostalgia por algo que pudo ser y parece que no será, me deja apenado. Sin embargo, viéndolo desde un plano más amplio y optimista, pienso que sí me sirve de repente no para escribir una historia de ella (porque faltó que sucedieran más cosas), pero sí para dar pie a este libro, para recoger emociones que me hicieron recordar historias pasadas, para recordar que a pesar de la evidente pena, esta pasa y la alegría y la sonrisa vuelven a aparecer. Me gustaría pensar que la historia con esa chica (la cuzqueñita) va a acabar en una final feliz, en un final a lo Charles Chaplin en Tiempos modernos o La quimera de oro, pero eso es incierto. Sin embargo, el tiempo pasa y lo más importante, a pesar de las derrotas amorosas y que a veces nos provoque llorar, es mantener la sonrisa, el optimismo. Sí, eso es, mantener la sonrisa, el optimismo y pensar que eso que sueñas pasará.

 

sábado, 19 de julio de 2014

Necesario pero no suficiente


“Necesario, pero no suficiente” (2000) es una “novela empresarial” de Eliyahu M. Goldratt, autor de bestsellers como “La meta”, “No es cuestión de suerte”, “Cadena crítica”. Lo leí por motivos de trabajo y porque lo encontré de casualidad sobre el escritorio de mi hermano: me llamó la atención que tenía el rótulo de “novela empresarial” y como nunca había leído algo similar me embarqué en la aventura.

La novela gira sobre una empresa de software, a finales de los 90s, que ha llegado a su techo, o cree haberlo llegado, y tiene que buscar ampliar su mercado para no estancarse y seguir creciendo con las altas tasas de los últimos años. La historia empieza bien y se centra en el director de la empresa  -el brillante y ambicioso Scott- y sus más cercanos colaboradores (Maggie, Lenny, Gail); poco a poco  vamos conociendo los nuevos retos que se le impone a la empresa de software en el mercado. Narrada de manera ágil y con cuidado del lenguaje (al menos en la primera parte) la historia fluye muy bien hasta la mitad o poco más (el libro tiene 259 páginas), pero en la última parte la novela se vuelve demasiado técnica y didáctica con el fin de que el autor explique a fondo su Teoría de las Limitaciones (TOC) y soluciones que competen solo a personas que trabajan en plantas, almacenes y tienen que lidiar con existencias y  stocks. Lo que queda claro luego de leer esta novela es que una empresa de software (u otra cualquiera) siempre debe estar innovando y buscando reinventarse, ya que es la única forma de seguir creciendo. E incluso cuando crees que ya estás llegando a tu techo, siempre falta bastante, solo es cuestión de ampliar la perspectiva y ser buen observador de lo que ocurre alrededor.

En suma, esta novela inicia bien, pero luego se vuelve demasiado didáctica y técnica y se presta solo para que el autor explique su Teoría de las Limitaciones, que puede interesar a cualquier empresario o gente vinculada al ramo.  

domingo, 13 de julio de 2014

Mundial de fútbol Brasil 2014

Recuerdo la frase de Albert Camus de que “el fútbol es como la vida”. Lo comprobé o lo verifiqué con certeza luego de ver el Mundial del Brasil 2014, en el cual Alemania se llevó la copa derrotando al equipo argentino (1 a 0). Y sí, el fútbol es como la vida porque en un partido se ve lo mejor y lo peor del ser humano, se ven escenas conmovedoras, de juego limpio, de hermandad, de valentía, de trabajo en equipo, de ganas de dejar lo mejor de uno mismo; pero también se ven faltas certeras y de mala entraña, partidos para el olvido y la sensación de que se trata de un deporte primitivo carente de mística.
   Pero luego de ver el mundial, y ver cómo cayeron selecciones favoritas como España o Brasil, se entiende que es como la vida. Porque incluso los grandes caen, tienen días pésimos en que la derrota los envuelve, pero eso sirve, finalmente, para reflexionar, levantarse y seguir adelante. Brasil, luego de este par de calamitosas derrotas, sabrá, estoy seguro, recuperar la humildad y trabajar en silencio para recuperar el sitial que ostentan: ser la potencia mundial en fútbol.
   Alemania, por su parte demostró, regularidad en su fútbol, en su sistema, en una apuesta por un trabajo a largo plazo que dio frutos en este mundial. En Sudáfrica 2010, quedaron terceros, con un equipo de jovencitos, y ya se perfilaba como favorita para este mundial. Argentina, por su parte, mejoró de manera notable y si no ganó el Mundial fue por suerte o porque su máxima figura, Lionel Messi, no estuvo en su mejor noche. La vida le sabrá dar una revancha.
   Esto también se traslada a equipos como Costa Rica que dio la sorpresa quedando primero en su grupo derrotando a grandes selecciones como Italia y Uruguay. Esto fue un ejemplo de que trabajando serio y con un trabajo de mentalidad se puede llegar lejos.  
   Lo mismo ocurre con los jugadores. Hubo grandes jugadores que tuvieron opacas actuaciones, es el caso de Cristiano Ronaldo. Messi tuvo una regular participación, aunque fue figura indiscutible en la primera parte del torneo. El holandés Robben demostró ser un gran jugador y estoy seguro pasó a la historia del fútbol y quedó en la memoria de muchos niños que vieron por primera vez un mundial. Con qué gusto jugaba el condenado pelado. Parecía un chiquillo de colegio que sale al recreo dispuesto a divertirse con la pelota. Parecía como quisiera pasar a la historia y dejar la última gota.
  En suma, muchas postales para el recuerdo nos dejó este mundial, incluido la mordida que le propinó el uruguayo Luisito Suárez al defensa italiano, pero sobre todo nos hizo o me hizo entender a cabalidad esa sentencia del escritor y filósofo francés Albert Camus: “La vida es como el fútbol”. Sin lugar a dudas.