sábado, 23 de agosto de 2014

Lucy


Luc Besson (1959), el director francés, vuelve con fuerza con “Lucy” (2014), su nueva película, de ciencia ficción, protagonizada por la guapa Scarlett Johansson y Morgan Freeman. Veinte años después del estreno de la inolvidable “El profesional”, y luego de una película regularona, “Mala vita” (2013), que hacía pensar que su nivel creativo iba en descenso, Besson nos vuelve a demostrar que su genio sigue intacto. La prueba contundente de esto es “Lucy”, película que exuda talento y genio por todos lados y que en su primera semana de estreno en Estados Unidos y Canadá ha sido un éxito de taquilla y de crítica.

La historia comienza como una clásica historia de Besson sobre drogas y mafiosos, en la cual Lucy –interpretada magistralmente por Johansson– es obligada a hacer de burrier por unos mafiosos chinos. Sin embargo, esta sufre un percance y tras una paliza, la droga, que es una droga nueva y muy poderosa, y que está dentro de su cuerpo, se esparce y hace que desarrolle habilidades y poderes sobrenaturales que se van incrementando cada vez más. Con la ayuda de estos poderes, trata de cobrar venganza y encontrarle un sentido a su vida sabiendo que no le queda mucho tiempo.  Como en las películas de Besson, quien es guionista y director, este argumento podría parecer intrascendente,  sin embargo el genio del director francés hace que esta cinta brille y uno como espectador quede perplejo de tanta belleza visual que arroja el inmenso ecran.  Porque en Besson, si hay una lección que nos deja, es que en el arte cualquier tema es bueno y que lo más importante no es tanto lo que cuentas, sino sobre todo cómo lo cuentas. Y es ahí cuando Besson hace arte sublime. Una película de acción, de drogas, de disparos, de sangre, se vuelve en una puesta en escena que maravilla. Otra cosa más, Besson aquí vuelve a apostar por un personaje femenino  como protagonista (recordemos a Nikita, Matilda, Mila Jovovich en “El quinto elemento” y en “Juana de Arco”) y vaya que crea otro personaje de antología, rico, llenos  de matices, fuerte y a la vez vulnerable.

A los que hemos seguido parte de la carrera de Besson, nos alegra mucho esta nueva película. Sabemos que se convertirá en un nuevo clásico del cine y en una cinta que enriquecerá su ya inolvidable obra. Solo me queda destacar que celebramos su gran regreso, que aún esperamos más de él (ver si nos puede seguir regalando su talento con otras historias) y resaltar que con el peso de los años, lo siguen acompañando sus fieles compinches de varias y espléndidas batallas: Eric  Serra (en la música) y Thierry Arbogast (en la fotografía). ¡Gracias, Luc!