miércoles, 14 de julio de 2010

Tratado de arqueología peruana


Tratado de arqueología peruana (Fondo editorial de la Universidad Católica,2005) es un libro del poeta peruano Roberto Zariquiey que contiene poemas y prosas poéticas en torno al tema del título. Tuve la oportunidad de leer su primer poemario, Lo torpe (2001), y desde la comparación entre ambos doy mi subjetiva opinión: Lo torpe era un libro sencillo y bonito –incluso creo que el autor pensaba algo similar-; sin embargo, y para bien y para mal, Tratado de arqueología peruana ha pretendido ser mucho más ambicioso y original, pero el resultado final no es mejor que el primero. Creo que el joven Zariquiey (en ese entonces de 25 años) se excedió en sus fuerzas –o no midió sus fuerzas- y el libro lo sobrepasó. Por eso, el resultado es un libro irregular y forzosamente articulado. A pesar de esto, Zariquiey es un buen escritor y consigue momentos buenos como “En la arena de Puerto Inca”, “Sobre sus muertos”, “En Chavín de Huántar” y sobre todo la excelente prosa poética “La tradición oral contemporánea entre los shipibos del río Ucayali. La imagen mítica de Shawan Pico (Pedro Canallo)”. Finalmente, debo indicar que el autor utiliza un lenguaje sencillo que permite la fácil comprensión y el goce placentero.

martes, 6 de julio de 2010

17 narradoras latinoamericanas


He leído el libro 17 narradoras latinoamericanas (2002, ediciones Peisa) donde se aprecia el interesante nivel de las escritoras mujeres en esta parte del continente. Leí este libro básicamente porque palpé mi ignorancia en cuanto a escritoras del género femenino y traté de compensar esta falencia de formación (sólo recuerdo en mi mente los muy buenos libros de Emily Bronte, “Cumbres borrascosas”; Simone de Beauvoir, “Una muerte muy dulce”; Rosa Montero, “La loca de la casa”; y algunos cuentos de Agatha Christie, Emilia Pardo Bazán y la misma Montero).

Luego de leer aquel libro, que es una antología de 17 cuentos de narradoras latinoamericanas, compruebo el buen nivel de estas, pero sin llegar a escribir obras maestras. Digamos que son interesantes narradoras, unas más que otras, pero no alcanzan la maestría del género (y que por cierto, es mu y difícil). Los cuentos más interesantes, para mi subjetivo gusto, son “La siesta” de la argentina Cecilia Absatz, “Cartas de amor traicionado” de Isabel Allende, “Una semana de siete días” de la puertorriqueña Magali García, “La fiesta ajena” de la argentina Liliana Heker, “La otra Mariana” de la peruana Viviana Mellet, “En la playa” de la uruguaya Cristina Peri, “Cine Prado” de la mexicana Elena Poniatowska, y “El lenguado” de la peruana Mariella Sala. En todos estos relatos se perciben los más disímiles estilos, pero todos tienen su encanto. Incluso de este pequeño grupo, si tuviera que ser más selectivo y riguroso, me quedaría con “Una semana de siete días”, “La fiesta ajena”, “Cine Prado” y “El lenguado”. Además, el cuento más original, más existencialista, pero no necesariamente el mejor, es “En la playa” (claro, todo desde mi subjetivo gusto y mi sensibilidad).

lunes, 5 de julio de 2010

Rafo Ráez


El viernes pasado, después de buen tiempo, me fui al bar “Acá no más” de Miraflores a ver a Rafo Ráez y los Paranoias. Y la verdad que lo pasé de la puta madre, así textualmente. Rafo es un capo y tiene ya un amplio repertorio con muy buenas y brillantes canciones. Además, cada vez que está en el escenario hace una original performance y se entrega a su público. Canciones deliciosas como “Nada como una risa tuya”, “Campo minado de corazones”, “Piel de miel”, “Suicida de 16”, la entrañable “Los regalos del viento” y otras, iniciaron el show de poco menos de 2 horas. Luego vino una sección donde Rafo complació pedidos y yo vencí mi timidez y me atreví a pedir la hermosa “Obsequio”, y, por supuesto, fui complacido. Después, llegó la última parte del show donde la banda de los Paranoias junto con Ráez (una sólida banda que tiene en el bajo a Eduardo Cisneros y en la batería a Raúl Loza) la rompió. Rolas como “Doctor Merengue”, “Tronador”, "Chica canela", “El hombre que quería ser árbol”, “Pelicano” me dejaron en un estado de extasis y alegría plena que hacía tiempo no experimentaba. Y todo a través de la música, y todo a través de Ráez y su súper banda.

“Tronador” fue una de las primeras canciones que me fascinó (fue en el año 1998, en que me compré su disco El loco y la sucia) y la escuchaba una y otra vez sin tregua. Aquí va un enlace a esta inolvidable canción.


http://www.youtube.com/watch?v=2mo91w0Jedw&feature=related