En la universidad leí “Vacas, cerdos, guerras y brujas. Los
enigmas de la cultura” (1974), del antropólogo Marvin Harris y siempre me quedé con ganas de
algún día releerlo y captar las cosas que se me pasaron. Claro que capté lo
esencial. Es decir, un libro en el que el antropólogo Harris trata de explicar
las razones prácticas o racionales que se esconden detrás de ciertos enigmas o
costumbres culturales a simple vista irracionales o sin explicación lógica.
Pues bien, ahora que lo he releído confirmo que el libro es valioso y encierra ensayos
muy interesantes, aunque unos mejores que otros.
El libro se divide en 11 ensayos y un epílogo. Sin embargo,
todos los ensayos, tal como menciona el autor en la introducción, están hilados
y se relacionan. Es decir, que para entender, por ejemplo, el ensayo “Mesías”
(que es el sétimo ensayo) hay que leer los anteriores.
En el primer ensayo, Harris explica el motivo de por qué los
hindúes no comen carne de vaca; en el segundo, por qué los judíos y musulmanes
no comen carne de cerdo; en el tercero, habla de las bases prácticas de las
guerras primitivas; en el cuarto, explica que el dominio sexual no depende de
las características físicas de cada género, sino de quién controla la
tecnología de la defensa y la agresión; en el quinto, explica el sentido
práctico de la búsqueda de estatus en las sociedades. En otros ensayos, refiere
cómo Jesús no fue un mesías pacífico. Pero sus discípulos trataron de borrar
esas huellas; en otro explica el fenómeno de la caza de brujas entre los siglos
13 y 17. Harris aquí sostiene que el fenómeno de las brujas fue creada por las
clases gobernantes y la Iglesia como medio de suprimir las sublevaciones del
pueblo, liberarse de su responsabilidad y que el pueblo achaque la razón de su
pobreza y sus desgracias a las “brujas”. Finalmente, en el último ensayo habla
de la contracultura como una rebeldía inofensiva que no daña al sistema y que
permite mantener las desigualdades contemporáneas. En suma, el libro de Harris es un libro agudo y lúcido que analiza varios fenómenos de la cultura que detrás de su irracionalidad esconden variables prácticas. Y en conjunto, estos ensayos logran ofrecer un buen panorama para entender mejor lo que ha ocurrido y ocurre a nuestro alrededor. Por tanto, este libro no ha perdido actualidad y es de lectura obligada.