jueves, 10 de agosto de 2017

Petroaudios. Políticos, espías y periodistas detrás del escándalo



El periodista peruano Gustavo Gorriti, en agosto de 2009, publicó el libro Petroaudios. Políticos, espías y periodistas detrás del escándalo. Este se basa en el escándalo político ocurrido el 5 de octubre del 2008, cuando en el programa Cuarto Poder, de América Televisión, el ex ministro del Interior Fernando Rospigliosi presentó una serie de conversaciones grabadas, en las cuales Romulo León (ex ministro aprista), Alberto Quimper (miembro del directorio de Perupetro, empresa estatal encargada de promover la inversión extranjera en el sector petrolero del país) y el empresario dominicano Fortunato Canaán, promotor de la empresa noruega Discover Petroleum, conversan "sobre una serie de pagos de decenas de miles de dólares que se repartirían entre ellos por contribuir a que la empresa noruega se adjudicase cinco de los siete lotes de explotación petrolífera a los que postuló en una subasta organizada por Perupetro". Cosa que finalmente sucedió, pues esta empresa ganó la subasta.

En el libro Gorriti, periodista de gran trayectoria y prestigio en temas de investigación, describe con gran detalle los entretelones detrás de este escándalo político que llevó a la renuncia del primer ministro de entonces, el aprista Jorge del Castillo, y de su gabinete. Describe, además, los intereses de los protagonistas detrás de esos audios y evidencias electrónicas. Es decir, de los políticos, espías (chuponeadores) y periodistas implicados. Y sobre todo, se centra en los chuponeadores, que fueron a parar después a la cárcel (pese a que eran gente cercana a Alan García).

Lo más interesante del reportaje es esa minuciosa narración sobre cómo, después de la caída del gobierno de Alberto Fujimori y el desmantelamiento del servicio de inteligencia de Vladimiro Montesinos, mucho gente retirada de la Marina del Perú -que era experta en temas de espionaje electrónico- comenzó a ofrecer sus servicios a grandes empresas privadas y, otros, a "chuponear" a políticos y empresarios, y vender dicha información a gente interesada. Es en ese contexto -y en colaboración con ciertos periodistas y empresarios que tenían como fuentes o colaboradores a aquellos "chuponeadores"- que se creo el marco para terminar "chuponeando" a gente del gobierno.

Este libro se presenta como la primera parte de un reportaje más extenso, sin embargo, aún no aparece publicada la segunda parte. Tal vez por eso, la investigación, pese a ser interesante en ciertos tramos, parece como las piezas de un rompecabezas que no llegan a encajar aún. Es decir, se siente como si hubiera piezas sueltas. Por ejemplo, hay momentos de la investigación en que se deja de lado el caso de los Petroaudios y se pasa al rumor, por parte de los espías privados, del peligro de las FARC colombianas en el Perú. Es cierto que esto está de alguna manera implicado con el tema de los Petraudios y los "chuponeadores", pero de todas maneras se nota forzado y no tan claro el vínculo.

Algo interesante, asimismo, es la transcripción de algunos de estas conversaciones telefónicas y correos electrónicos entre los implicados en el caso de los Petroaudios. Es evidente -a través de un lenguaje encriptado pero a veces también propio de gente pícara e inescrupulosa- que el aprista Romulo León; el funcionario y miembro del directorio de Perupetro, Alberto Químper; y Fortunato Canaán, el empresario representante de la empresa noruega (que luego ganaría la licitación), que estaban cometiendo delito y "comprando" la licitación... Luego de destaparse el escándalo, los chuponeadores fueron a parar a la cárcel. Y en el caso de los chuponeados implicados, Alberto Químper pasó de arresto domiciliario a la cárcel durante un par de años. Fortunato Canaán sigue en República Dominicana, pese a que hace 5 años se ordenó su detención. En el caso del aprista Rómulo León, fue expulsado del partido aprista por Alan García (pese a que este ha aceptado haberse reunido con Canaán y según León estaba al tanto de sus negocios con aquel) y, luego de pasar 3 años en la cárcel, sin acusación fiscal, sin juicio y sin sentencia -al igual que Alberto Químper- pasó a arresto domiciliario. 

Ayer 9 de agosto del 2017, todos los implicados en el caso de los Petroaudios, entre ellos Rómulo León y Alberto Químper, fueron absueltos de los delitos de cohecho y tráfico de influencias por la Corte Suprema de Justicia, aduciendo esta, increíblemente, que los audios y correos que se difundieron en canal 4 no son una "prueba lícita" porque fueron obtenidos de manera ilícita. ¡Lamentable la impunidad!

  

  

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