La última novela
de Renato Cisneros, Dejarás la tierra
(2017), es la secuela de su novela anterior La
distancia que nos separa (2013), que gira sobre su padre el militar el
Gaucho Cisneros y su conflictiva relación con este. En Dejarás la tierra se prosigue con esta búsqueda del autor sobre sus
raíces familiares, pero ya no sobre su progenitor, sino a partir del padre de
su bisabuelo Luis Benjamín Cisneros: el cura Gregorio Cartagena, quien tuvo
siete hijos no reconocidos con Nicolasa Cisneros. La novela, dividida en 19
capítulos, retrata la historia de Cartagena y Nicolasa; las vidas agitadas de
su bisabuelo Luis Fernán Cisneros (hijo de aquellos), de su abuelo Luis Fernán
Cisneros, y la búsqueda del autor por desentrañar ese pasado familiar y saber
sobre su verdadero origen. La historia arranca en el 2013 y, en el segundo
capítulo retrocede a 1828 en Huánuco, que es la época y el lugar en que el cura
Gregorio Cartagena y Nicolasa Cisneros iniciarán su clandestina historia de
amor. Luego los capítulos se van alternando con diferentes saltos en el tiempo,
que muestran cómo el bisabuelo Luis Benjamín Cisneros y el abuelo Luis Fernán
Cisneros, que crecieron pensando que su padre o abuelo era un hombre llamado
Roberto Benjamín (al que nunca vieron y que fue una invención de Nicolasa Cisneros),
descubren o intuyen su oscura procedencia. El autor Renato Cisneros, con buena
prosa y notorio talento, nos va narrando con aliento poético las peripecias de
sus antepasados, cómo aquellos repitieron o heredaron los mismos yerros,
temores, enfermedades nerviosas o respiratorias y el talento del cura Cartagena
y Nicolasa Cisneros. Todos ellos, al igual que su padre el Gaucho Cisneros,
vivieron amores clandestinos, tuvieron dos familias simultáneamente (la legal y
la oculta), y el autor comprende que procede básicamente de la segunda.
Dejarás la tierra es una novela interesante, ágil de leer, escrita
con buena prosa y despliegue de recursos. Mezcla la realidad con la ficción, el
trabajo de la crónica periodística con la imaginación. Personalmente, creo que
novela alcanza sus más altos picos cuando Cisneros deja de lado el dato
histórico exacto, la realidad de aquellos hechos, y se lanza a imaginar o
inventar lo que pudieron sentir aquellos personajes en circunstancias importantes
de sus vidas. En los últimos tramos de la novela, esta pierde fuerza, en mi
opinión, porque el autor comienza a apegarse demasiado a los hechos (como un
corsé que le impide moverse a sus anchas); aunque se justifica, pues la novela
gira sobre la historia y el origen de su familia.
En conclusión,
haciendo las sumas y las restas, Dejarás
la tierra es una buena novela que se disfruta, que tiene momentos altos, y
que muestra a un autor talentoso con gran proyección (el cual ha madurado en los últimos años), pero que aún no llega al nivel
de los grandes novelistas.
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