lunes, 9 de agosto de 2021

Algún día te mostraré el desierto. Diario de paternidad

 

He quedado gratamente impresionado por este libro del escritor peruano Renato Cisneros. Publicado en el 2019, Algún día te mostraré el desierto es un libro de no ficción que, como el propio subtítulo sugiere, es una crónica sobre la espera de su primer hijo por parte del autor. La historia, que tiene saltos en el tiempo, se inicia con la noticia de que él y su pareja, Natalia, esperan un bebé. De ahí el narrador viaja al pasado para contar la historia con su pareja, de cómo se conocieron, se enamoraron, se casaron y viajaron a Madrid, Poco a poco, a manera de un diario, Cisneros nos va desnudando su esencia, es decir, los temores y anhelos que lo rodean. Nos va contando, además, con lujo de detalles, el proceso de espera, las primeras ecografías, la noticia sobre el sexo de su bebé (mujercita), el acondicionamiento para el nuevo hogar de la niña, el baby shower, la elección de su nombre (Julieta), las decisiones y discusiones de los padres primerizos, el día del parto y sus complicaciones, los primeros días con Julieta, etcétera. Y todo esto acompañado de una prosa muy bien elaborada, cargada de inteligentes símiles y metáforas, y salpicada del humor del autor e interesantes reflexiones. 


Sin embargo, en el último tramo del libro, la historia cobra un giro inesperado y, ya nacida Julieta y con solo unos cuantos meses, Cisneros narra el conflicto interno que lo embarga y lo lleva a tomar la decisión de dejar a su esposa y su hija. Una suerte de depresión o vacío interno se apodera de él, como sintiéndose vacío y oprimido, y pese a que no encuentra una explicación lógica a esto, decide separarse de su mujer y su  hija, pese a quererlas. Esta última parte del libro es la más poderosa y conmovedora. De pronto, Cisneros se convierte en un padre ocasional, que solo visita por una horas al día a su hija, y mantiene cada vez más un contacto gélido y distante con su expareja, de quien termina divorciándose. 


Con este libro, Renato Cisneros da un salto cualitativo en su trabajo literario y demuestra, sin lugar a duda, que el género de no ficción no está a la sombra de la ficción. Por el contrario, es un género rico y muy fértil en posibilidades.



 







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