lunes, 13 de mayo de 2019

Elogios criminales

El periodista y escritor Julio Villanueva Chang (1967) es uno de los cronistas peruanos más importantes y reconocidos en Latinoamérica. Sobre todo, es conocido por haber sido el creador y director de la revista Etiqueta Negra. Gracias a este revista, se conoce el trabajo de destacados cronistas de Latinoamérica y Estados Unidos. En nuestro medio, gracias a Villanueva, aparecieron talentosos cronistas como Daniel Tintinger, Juan Manuel Robles, Sergio Vilela, Marco Avilés, entre otros. Todos ellos publicaron libros de crónicas dignos de interés. Con respecto a Villanueva, había publicado antes el libro Mariposas y murciélagos, que era una antología de historias que escribió en su paso por el diario El Comercio. En el 2009, publicó el libro Elogios criminales, en el que hace una recopilación de sus mejores crónicas aparecidas en diversas revistas y diarios nacionales e internacionales, aunque con algunos agregados, correcciones y una crónica inédita "El alcalde ciego".

El libro está compuesto de seis crónicas: tres breves sobre el dentista del escritor Gabriel García Márquez; el cineasta alemán Werner Herzog, quien dirigió dos películas en el Perú en los años 70s y 80s, siendo la más conocida Fitzcarraldo; el célebre cronista polaco Ryszard Kapuscinski, quien le concedió una entrevista a Chang en el 2001. La otra crónica, de extensión mediana, es sobre el famoso tenor peruano Juan Diego Flores, a quien entrevistó en el 2006, y de quien realiza un perfil basado en su infancia, sus amistades, su familia, la llegada de la fama, sus inicios, su personalidad. Las dos crónicas más extensas (más de 70 páginas cada una) giran sobre Apolinar Salcedo, un alcalde ciego de la ciudad de Cali (Colombia), quien fue destituido de su cargo en el 2007 por la Procuradoría de la Nación; y el chef catalán Ferran Adria, considera un genio o "extraterrestre de la cocina".

Cada una de estas crónicas o perfiles ahondan en la personalidad de cada uno de estos célebres y curiosos personajes, los cuales -tal como señala el reputado cronista Jon Lee Anderson en el prólogo- son gente obsesiva con su trabajo. A esto, Villanueva Chang le agrega un sobrio y elegante trabajo con el lenguaje, pero sobre todo, una genuina curiosidad y meticulosidad por penetrar en el mundo de cada uno de estos individuos. Villanueva Chang, con paciencia de investigador y gran capacidad de observación, nos va brindando información sobre cada uno de ellos y va delineando sus personalidades. Es cierto, sin embargo, que al leer a Villanueva uno encuentra similitudes en el estilo que emplea en comparación con otros cronistas peruanos surgidos de la cantera de Etiqueta Negra; es decir, sus estilos son parecidos. No se distingue, por tanto, al menos desde mi impresión, un estilo peculiar o particular. 

Por otro lado, entre las crónicas que más me agradaron están la del cineasta alemán Werner Herzog y la del alcalde ciego Apolinar Salcedo, ya que no gira solo sobre él, sino también sobre la vida en Colombia, en la ciudad de Cali y los problemas que los aquejan: la violencia de las FARC, el narcotráfico, la pasividad y superficialidad de parte de los ciudadanos, etc, 

En suma, hay que leer Elogios criminales, de Villanueva Chang, ya que sin ser una obra maestra o poseer una prosa de alto nivel, sí muestra a un escritor-periodista apasionado por sus personajes, con un gran trabajo de investigación a cuestas y una excelente capacidad de observación para crear perfiles interesantísimos.

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